16 Obispos de Roma han pasado por la Ciudad del Vaticano en los 198 años de historia juninense desde su fundación el 27 de diciembre hasta la actualidad, 2025. Desde León 12 a Francisco: reseña histórica.
En el marco de la historia de Junín, desde 1827 -su fundación- a la actualidad -2025- han pasado por la Catedral de San Pedro en la Ciudad del Vaticano un total de dieciseis papas : León XII, Pío VIII, Gregorio XVI, Pío IX, León XIII, Pío X, Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco -el papa argentino- y León XIV, el papa estadounidense-peruano.
Se conoce como papa al romano pontífice, que es el obispo de Roma, y es considerado por el cristianismo católico sucesor del apóstol Pedro, vicario de Cristo, cabeza del Colegio Episcopal y pastor de la «Iglesia universal en la tierra». Es, además, el soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Conforme a la tradición católica, el papado tiene su origen en Pedro, apóstol de Jesús, que fue constituido como primer papa y a quien se le otorgó la dirección de la Iglesia y el primado apostólico. Hasta el pontífice presente, la Iglesia católica enumera una lista de 266 papas en sus dos milenios de historia. No obstante, en otras confesiones cristianas, tanto la primacía de Pedro como la sucesión papal y hasta el papado mismo no son considerados como verdaderos o se interpretan bajo sentidos diferentes al sentir católico.
Como jefe supremo de la Iglesia, tiene las facultades de cualquier obispo y, además, aquellas exclusivas e inherentes a la cátedra petrina, como la declaración universal de santidad (canonización), el nombramiento de cardenales y la potestad de declarar dogmas. Esta última es una de la más controvertidas, ya que implica la llamada infalibilidad papal, por la cual, conforme al dogma católico, el pontífice está exento de cometer errores en materias de fe y moral, pero únicamente si habla ex cathedra.
El romano pontífice es elegido por el Colegio Cardenalicio reunido en cónclave. El último papa designado fue Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, cardenal argentino elegido el 13 de marzo de 2013, fallecido el 21 de abril de 2025.
El término proviene de la voz griega πάππας (papas), originalmente ‘padre’ o ‘papá’ (en latín clásico, 'tutor'). En el campo eclesiástico era usado antiguamente para referirse a los obispos en Asia Menor y fue tomado como título por el obispo de Alejandría desde mediados del siglo III. A partir del siglo XI en Occidente se usa de forma exclusiva para referirse al obispo de Roma.
Popularmente se cree que PAPA (abreviado P. o PP.) es un acrónimo del latín Petri Apostoli Potestatem Accipiens: «recibiendo la potestad del apóstol Pedro».
En el año de la fundación 1827 gobernaba la Iglesia Católica el papa León XII (en latín: Leo PP. XII ), de nombre secular Annibale della Genga (Genga, 2 de agosto de 1760-Roma, 10 de febrero de 1829) fue el 252.º papa de la Iglesia católica entre 1823 y 1829.
LEON XII
Aún con la activa oposición de Francia, que lo tenía por acreditado germanófilo, fue elegido papa el 28 de septiembre de 1823 tras sólo veinte días de cónclave. Su elección fue facilitada por el hecho de que el cardenal Giuseppe Albani, diácono de S. Eustachio, había presentado el veto del emperador Francisco I de Austria contra el favorito Antonio Gabriele Severoli, cardenal del título de S. Maria della Pace. La mayoría de cardenales habían optado entonces por un papa de transición, y Della Genga estaba muy enfermo, casi en el umbral de la muerte. Él mismo manifestó a los cardenales que acababan de elegir "a un hombre muerto". Sin embargo, sorpresivamente siguió viviendo. El 5 de octubre siguiente fue coronado por el cardenal Fabrizio Ruffo, protodiácono de S. Maria in Via Lata.
Su política exterior, que confió primero a Giulio Maria della Somaglia, cardenal obispo de Ostia-Velletri y decano del Sacro Colegio, y luego a Tommaso Bernetti, cardenal diácono de San Cesareo in Palatio, se movía en las líneas generales que durante el papado anterior había dejado marcadas Ercole Consalvi, cardenal diácono de Santa Maria ad Martyres y secretario de Estado
Personalmente, León XII redujo los impuestos, hizo que la justicia fuera más barata, y logró encontrar financiación para ciertas mejoras públicas. Aun así dejó la tesorería más exhausta de lo que la había encontrado, y ni siquiera el muy planificado jubileo de 1825 consiguió mejorar la economía pontificia. A la conclusión del jubileo, con la bula Charitate Christi extendía a todo el mundo sus beneficios espirituales, al tiempo que recordaba la prohibición de la usura y la obligación universal de contribuir al sostenimiento de la Santa Sede.
La capilla puesta bajo la advocación de San Ignacio de Loyola en los tiempos del Fuerte (Reconstrucción generada por IA)
Su política interior se dirigió a combatir a las sociedades bíblicas, los carbonarios y los masones. Tomó las medidas más fuertes en relación con agitaciones políticas que se solían dar en las funciones de teatro. Al revés de lo que suelen propalar las obras protestantes, el pueblo no estaba enemistado con León XII, sino que le veía como había visto a los anteriores papas.
Parece ser que León XII habría recibido la extremaunción diecisiete veces durante su vida, la más famosa de ellas fue durante su coronación en 1823, y se consideró un milagro su salvación, en la víspera de Navidad.
El Papa León, de carácter fuerte y decidido, continuó trabajando hasta el final de sus días, a pesar de su mala salud. Murió en Roma el 10 de febrero de 1829. Fue sepultado en las Grutas Vaticanas, delante del altar del papa León I el Grande. A pesar de su impopularidad, el epitafio que figura en su estatua, realizada por Pasquino, afirma: Aquí yace della Genga, por su y nuestra paz.
Pío VIII (en latín: Pius PP. VIII), de nombre secular Francesco Saverio Castiglioni (Cingoli, 20 de noviembre de 1761-Roma, 30 de noviembre de 1830), fue el 253.er papa de la Iglesia católica entre 1829 y 1830. Fue cardenal-prefecto de la Congregación del Índice entre 1821 y 1829. Durante ese período prohibió, entre otras, la lectura de la Crítica de la razón pura de Immanuel Kant (decreto del 8 de julio de 1827).
Su ascenso al pontificado tuvo lugar en el cónclave que siguió al fallecimiento de León XII y que tuvo lugar en el palacio del Quirinal de Roma. Fue elegido el 31 de marzo de 1829 y coronado cinco días después por el cardenal Giuseppe Albani, protodiácono de Santa Maria in Via Lata.
En sus actos iniciales prosiguió en diversos aspectos la obra de su predecesor: condena de las corrientes racionalistas y liberales, represión del carbonarismo, fomento e impulso de la obra misional, prudencia ante los movimientos de emancipación civil y política de los católicos en Gran Bretaña, Bélgica y Polonia. Su defensa del orden constituido y de la Europa de la Santa Alianza no impidió, sin embargo, su firme repulsa ante los intentos de Federico Guillermo III de Prusia de someter los matrimonios mixtos, celebrados en sus estados católicos, a una legislación protestante, que prescribía el que los hijos legítimos de tales matrimonios habían de ser educados en la religión paterna. Por el breve Litteris altero abhinc armo, del 25 de marzo de 1830, manifestó que en la celebración de los matrimonios mixtos en los que la educación católica de los futuros hijos no hubiera quedado previamente establecida, los prelados sólo permitirían la asistencia pasiva del sacerdote.
En su encíclica Traditi humiliati condenó el indiferentismo religioso, el jansenismo y las sociedades secretas.
La Revolución de julio de 1830 en Francia contra Carlos X provocó una oleada de violento anticlericalismo. Pío VIII reconoció la monarquía liberal de Luis Felipe de Orleans y ordenó al episcopado francés la sumisión al nuevo orden político. Aprobó las resoluciones del Concilio de Baltimore. El Pontífice trató también de mejorar la administración temporal de los dominios de la Santa Sede y de mejorar las condiciones de vida de las clases más humildes.
Enfermo durante casi todo su pontificado, falleció en Roma el 30 de noviembre de 1830. En 1846 sus restos fueron trasladados a las grutas vaticanas de San Pedro.
Gregorio XVI (en latín: Gregorius PP. XVI ), de nombre secular Bartolomeo Alberto Cappellari Pagani Gesa (Belluno, 18 de septiembre de 1765-Roma, 1 de junio de 1846) fue un religioso camaldulense, elegido el 254.º papa de la Iglesia católica, entre 1831 y 1846.
A la muerte de Pío VIII había un candidato que contaba con el apoyo mayoritario, hasta el punto de que su elección se daba por hecha y que el cónclave sería de puro trámite. Se trataba de Giacomo Giustiniani, cardenal del título de Ss. Pietro e Marcellino y arzobispo-obispo de Imola. Sin embargo, el cardenal Juan Francisco Marco y Catalán, diácono de S. Agata alla Suburra, camarlengo y vicegobernador de Roma, se encargó de presentar a los cardenales reunidos el veto interpuesto por el rey Fernando VII de España contra la elección de Giustiniani, que había sido nuncio en Madrid y al cual aquel rey imputaba serias responsabilidades en los hechos revolucionarios ocurridos en España en la década anterior. Este veto complicó mucho la elección, por lo que tuvieron que transcurrir cincuenta días de discusiones y treinta y ocho votaciones en el cónclave para que se formara una mayoría a favor de Mauro Cappellari
Fue elegido papa el 2 de febrero de 1831. Puesto que no era obispo (el último de los papas que no lo era en el momento de su elección), tuvo que ser inmediatamente consagrado por el cardenal Bartolomeo Pacca, decano del Colegio cardenalicio. El mismo día fue coronado sumo pontífice por el cardenal Giuseppe Albani, protodiácono de Santa Maria in Via Lata.
Pocos días después de iniciar su pontificado, el 4 de febrero de 1831, estallaba en Bolonia una insurrección que dio paso a un gobierno provisional que, en poco tiempo, rechazó la soberanía del papa sobre esa ciudad y su provincia. La insurrección se propagó a otras provincias de los Estados Pontificios y el papa tuvo que recurrir a la ayuda del Imperio austríaco para reestablecer la situación. Las tropas austriacas tomaron Bolonia el 25 de febrero, el Gobierno provisional huyó a Ancona; el 5 de abril el papa pudo afirmar que se había reestablecido el orden.
En ese mismo mes de abril se reunieron en Roma representantes de las cinco potencias: Austria, Rusia, Francia, Prusia e Inglaterra. Bajo la mirada del papa, pero sin su participación en la conferencia, se alcanzó un acuerdo plasmado en un memorándum para la "Reforma de los Estados Pontificios" (21 de mayo de 1831), muchas de ellas, pero no todas, fueron aceptadas por el papa, especialmente las que reorganizaban el gobierno local en tres niveles (legaciones, provincias y municipalidades) y el poder judicial. "Sin embargo, todas estas reformas, a pesar de su extensión, estaban lejos de satisfacer los objetivos del partido revolucionario. Las tropas austriacas fueron retiradas el 15 de julio de 1831, pero en diciembre gran parte de los Estados Pontificios se rebelaron nuevamente", y la sumisión de los rebeldes exigió de nuevo la intevención de tropas austriacas, y como protesta Francia tomó y retuvo Ancona -perteneciente a los Estados Pontificios- en violación del derecho internacional.
Las revoluciones en Francia y los Países Bajos hicieron que el papa, desde el mismo comienzo de su pontificado, tuviera que enfrentarse a las presiones que, desde una y otra parte, le pedían que condenase o aprobase el cambio; "en agosto de 1831, emitió el Informe Sollicitudo Ecclesiarum, en el que reiteró las declaraciones de los antiguos pontífices sobre la independencia de la Iglesia y su negativa a enredarse en la política dinástica". De acuerdo con estos principios actuó cuando la situación en algunos países exigió su intervención, movido solo por la defensa de la fe y la disciplina eclesiástica.
El 15 de agosto de 1832 el papa publica la encíclica Mirari vos; se trataba de la encíclica inaugural de su pontificado, aunque las perturbaciones liberales en los Estados Pontificios la habían retrasado más de un año. En ella reprobaba, aunque no se las nombrase expresamente, las fórmulas que el periódico L'Avenir y Lamennais proponían para la realización desde el campo católico de la república en Francia: la libertad de prensa y la separación de la Iglesia y el Estado. Sobre este último planteamiento el papa escribía:
Las mayores desgracias caerían sobre la religión y las naciones, si se cumplieran los deseos de quienes pretenden la separación de la Iglesia y el Estado, y que se rompiera la concordia entre el sacerdocio y el pode civil. Consta, en efecto, que los partidarios de una libertad desenfrenada se estremecen ante la concordia, que fue siempre favorable y tan saludable, así para la religión como para los pueblos
Encíclica Mirari vos
Aunque la encíclica suponía una clara condena doctrinal del liberalismo político como ideología, no se dirigía directa y exclusivamente contra él sino más bien contra el indiferentismo religioso, el galicanismo y, por tanto, contra el regalismo en cualquiera de sus formas. Pero, en líneas generales, durante su gestión eclesiástica mostró un talante conservador. Su posición «tradicionalista y excluyente» contra la modernidad se plasmó en el veto impuesto durante su papado al ferrocarril y al alumbrado de gas en los Estados Pontificios.
El Congreso de Viena había asignado a Prusia las provincias renanas católicas, el gobierno de Berlín trató de que los sacerdotes católicos participasen en la celebración de matrimonios mixtos, cuyos ritos y condiciones habían sido determinados por el Conde de Bunsen, quien aspiraba a una iglesia nacional prusiana. Gregorio XVI, siguiendo los criterios que había marcado Pío VIII, rechazó con firmeza esa posibilidad; y protestó ante el encarcelamiendo de dos obispos fieles al papa. El gobierno prusiano buscó el apoyo en unos católicos disidentes, seguidores de Georg Hermes, profesor de Dogmática en Bonn que había intentado a partir del kantismo una síntesis de la filosofía y el dogma; aunque Hermes murió en 1831, en el seno de la Iglesia, sus doctrinas fueron condenadas por el papa, con el breve Dum acerbisimas. El intento de que la facultad de teología de Bonn, de orientación hermesiana, sustituyese a la católica de Colonia, no alcanzó su objetivo.
Este papa, que había sido Prefecto de la Congregación de Propaganda Fide, atendió especialmente la obra de las misiones, fue sumamente crítico con la esclavitud, la cual seguía practicándose en muchos países, especialmente en América; siempre que pudo aprovechó la actitud más o menos benevolente de los gobiernos americanos para extender la Iglesia en aquellos países, resultando uno de los máximos responsables del progreso católico en América. Fundó la Obra de la Santa Infancia, mediante la cual pudo recoger fondos procedentes de los más modestos bolsillos.
La Curia romana y la ciudad de Roma
Al iniciar su pontificado Gregorio XVI nombró prosecretario de Estado a Tommaso Bernetii, al que unos meses después designó como Secretario de Estado. En 1836 fue relevado en su cargo por Luigi Lambruschini que fue Secretario de Estado hasta 1845.
En sus quince años de pontificado Gregorio XVI creó 75 cardenales, de los cuales 29 lo fueron in pectore. Con todo, seis nombres de estos últimos jamás fueron revelados. Teniendo en cuenta que en el cónclave que le eligió participaron 45 cardenales, es considerable el número de sus nombramientos. Así a su muerte había 69 cardenales, aunque en el cónclave que eligió a su sucesor, Pío IX, solo participaron 54.
El mundo de las artes le debe la restauración de la Basílica de San Pablo Extramuros,[23] destruida por un incendio en 1830, y la creación del Museo Etrusco, Egipcio y Cristiano. En 1839 Gregorio XVI promovió la adquisición, para la Calcografia Camerale, de numerosas planchas grabadas del famoso Piranesi que se conservaban (y seguían imprimiendo) en el taller Firmin-Didot de París. La Calcografia, junto con dichas matrices, subsiste en Roma bajo la tutela del Istituto Nazionale per la Grafica.
Al comenzar el año 1846, el papa tuvo un presentimiento de su fin próximo y escribió en su testamento:
Nos, Gregorio XVI, indigno heredero de la Cátedra de San Pedro, teniendo presente la hora de nuestra muerte y del llamamiento del tribunal divino..., encomendamos nuestra pobre alma a Nuestro Señor Jesucristo... Encomendamos al mismo divino Redentor la Iglesia, su amada Esposa, en las numerosas tribulaciones y persecuciones que la asaltan
Citado en Castella (1970), p. 298.
El 20 de mayo de 1846 el papa se sintió mal; el día 16 de mayo se le declaró una erisipela en la cara. Al principio, no se pensó que el ataque fuera serio, pero el 31 de mayo sus fuerzas fallaron repentinamente y se vio que el final estaba cerca. Murió temprano el 1 de junio, con solo dos asistentes cerca de él; sus últimas palabras, cuando le recordaban las grandes obras de su pontificado, fueron: "quiero morir como un monje, no como un Soberano".
Está sepultado en la Basílica de San Pedro del Vaticano, en un mausoleo, que fue sufragado por los cardenales que habían sido creados por él. La obra, realizada por el escultor Luigi Amici, fue iniciada en 1848 y quedó concluida en 1857. Está situada en el inicio de la girola, la imagen del papa se apoya en una base con un bajorrelieve que representa la institución de las Misiones por el Pontífice. Dos figuras alegóricas a los lados de la base representan la sabiduría y la prudencia. El mausoleo está situado sobre la puerta que da acceso a la capilla del Santísimo Sacramento.
Pío IX (en latín: Pius PP. IX), registrado al nacer como Giovanni Maria Battista Pellegrino Isidoro Mastai Ferretti (Senigallia, 13 de mayo de 1792-Roma, 7 de febrero de 1878) fue el 255.° papa de la Iglesia católica y último soberano de los Estados Pontificios. Su pontificado de 31 años, 7 meses y 22 días –desde el 16 de junio de 1846 hasta su muerte el 7 de febrero de 1878–, ha sido el segundo más largo de la historia de la Iglesia, o el más largo si se descarta el de Simón Pedro, cuya duración es difícil de determinar. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000 junto a Juan XXIII.
El cónclave que siguió a la muerte de Gregorio XVI en 1846 tuvo lugar en un momento de ambiente político inestable en Italia. Esto motivó que varios cardenales extranjeros decidieran no asistir a él. A su comienzo, solo estaban presentes 46 de los 62 cardenales.
Este cónclave se celebró en el palacio del Quirinal de Roma, que entonces era la residencia pontificia, y fue escenario de una división entre conservadores y liberales. Los conservadores apoyaban a Luigi Lambruschini, cardenal obispo de Sabina y secretario de Estado del papa Gregorio XVI. Los liberales, en cambio, apoyaban alternativamente a dos candidatos: a Tommaso Pasquale Gizzi, cardenal del título de Santa Pudenziana y antiguo nuncio apostólico en el reino de Cerdeña, y al cardenal Mastai Ferretti. En la primera votación, Mastai Ferretti obtuvo quince votos y los demás votos fueron para Lambruschini y Gizzi. Muchos pensaban que si Lambruschini no resultaba elegido, lo sería Gizzi con toda probabilidad.
Llegado el cónclave a un punto muerto a causa del desacuerdo, los liberales y moderados decidieron votar por Mastai Ferretti, una decisión que fue contraria al sentir de buena parte de los gobiernos de Europa. El segundo día del cónclave, el 16 de junio de 1846, Mastai Ferretti fue elegido papa con una mayoría de 36 votos, mientras que Lambruschini solo obtuvo diez; Gizzi no recibió ningún voto. Dado que era de noche, no se realizó ningún anuncio formal, exceptuando la fumata blanca. Muchos católicos asumieron que Gizzi había sido escogido como sucesor de san Pedro. De hecho, empezó a haber celebraciones en su ciudad natal, Ceccano, y sus ayudantes, de acuerdo con una antigua tradición, quemaron sus vestiduras cardenalicias.
A la mañana siguiente, se anunció la elección del cardenal Mastai Ferretti ante lo que debió ser una sorprendida multitud de católicos. Cuando el nuevo papa apareció en el balcón, el clima fue de júbilo. Mastai Ferretti escogió el nombre de Pío IX en honor de Pío VII. A las pocas horas de su elección llegó a Roma Carlo Gaetano von Gaisruck, cardenal del título de San Marco y arzobispo de Milán, que llevaba el veto del emperador Fernando I de Austria a la elección de Mastai Ferretti, pero los hechos ya se habían consumado.
Pío IX fue entronizado el 21 de junio por el cardenal Ludovico Gazzoli, protodiácono de San Eustachio. Inmediatamente nombró a Gizzi secretario de Estado. Los liberales europeos aplaudieron su elección como sumo pontífice.
Pío IX tenía fama de ser un hombre culto; al ser elegido proclamó una amnistía para los presos con delitos políticos e instituyó «la Consulta», una cámara deliberante de representación popular —pero elegida no por sufragio universal, sino censitario— que propició una mayor participación ciudadana en el gobierno de los Estados Pontificios. También abolió el antiguo gueto judío de Roma. Para sus propósitos liberalizadores tuvo que pugnar arduamente con la propia curia romana, hasta el punto de que en dos años tuvo no menos de siete secretarios de Estado.
Durante las revoluciones de 1848 se proclamó la república en Roma, y el papa tuvo que huir a Gaeta, en el Reino de las Dos Sicilias, disfrazado de monje. Desde allí pidió ayuda a las principales potencias católicas: España, Austria, Francia y las Dos Sicilias, que acudieron en su ayuda. Cuando sus territorios le fueron restituidos por los franceses, volvió animado por propósitos menos liberales, ejemplo de ello, la restauración del gueto judío.
En 1853 se reconcilió con las monarquías protestantes de los Países Bajos y el Reino Unido, las cuales permitieron el restablecimiento en sus países de la jerarquía católica.
Los siguientes actos que llevó a cabo, tanto políticos como religiosos, fueron encaminados a la defensa doctrinal y a la preservación de los Estados Pontificios, amenazados por la unificación de los territorios italianos que estaba llevando a cabo el reino de Piamonte. Hacia 1860 el rey Víctor Manuel II había conquistado casi todos los dominios papales.
En 1864 Pío IX promulgó la encíclica Quanta cura que lleva como apéndice el celebérrimo Syllabus errorum, compendio de ochenta proposiciones condenatorias de las doctrinas del momento. Específicamente anatematizó el panteísmo, el naturalismo, el racionalismo, el indiferentismo, el latitudinarismo, el socialismo, el comunismo, el liberalismo (al que calificó como «el error del siglo»),[8] las sociedades secretas, el biblismo, y la autonomía de la sociedad civil. Reafirmaba la invalidez del matrimonio celebrado entre católicos no separados de la Iglesia, que se celebrase ante una autoridad civil, por un defecto de forma canónica.
Otras acciones dignas de destacar de este papa son la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción (encíclica Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854) y la convocatoria del Concilio Vaticano I (1869-1870), donde se definió la infalibilidad papal para sus pronunciamientos ex cathedra -circunstancia esta que se produce en contadísimas ocasiones- y el fortalecimiento del primado romano (constitución apostólica Pastor Aeternus de 18 de julio de 1870). El Concilio también recogió las tesis del Syllabus y mediante la constitución Dei Filius (De fide catholica) reconocía a los romanos pontífices el primado de jurisdicción sobre todos los obispos, tanto individual, como colectivamente considerados.
Los esfuerzos de Pío IX para conservar los Estados Pontificios fueron en vano, ya que el 20 de septiembre de 1870 el ejército piamontés entró en Roma y puso fin a la soberanía de los papas, que había durado más de mil años.
Se negó a reconocer el Reino de Italia, a establecer relaciones diplomáticas con él, rechazó las garantías personales que se le ofrecían y excomulgó a Víctor Manuel II, convertido ya en rey de la Italia unificada. Mediante la bula Non Expedit prohibió a los católicos, bajo severas penas canónicas, toda participación activa en la política italiana, incluido el sufragio.
Los últimos años de su pontificado los vivió en condiciones de aislamiento en los palacios del Vaticano, viendo cómo las propiedades de la Iglesia en Italia eran confiscadas, mientras que en Alemania, el canciller Otto von Bismarck comenzaba su Kulturkampf contra el catolicismo. Su pontificado había sido uno de los más largos de la historia y, a su vez, uno de los que tuvo que afrontar problemas más graves.
El 23 de julio de 1858, las autoridades civiles de los Estados Pontificios retiraron la patria potestad a los padres de Edgardo Mortara, que eran judíos, dado que había sido bautizado como cristiano por la criada de la casa cuando el niño corría el peligro de morir por una enfermedad, cosa permitida por la Iglesia católica.[9]Fue acogido en una institución de educación católica; con todo, sus padres intentaron recuperar la custodia durante doce años, empeño que nunca consiguieron. Cuando, finalmente, a raíz del declive del poder de los Estados Pontificios, le fue posible reencontrarse con sus padres judíos, rechazó tal posibilidad. Poco tiempo después, fue ordenado sacerdote. El llamado Caso Mortara conmovió a la opinión pública de la época y, más recientemente, ha sido causa de las críticas que recibió la beatificación de Pío IX.
Inicios del catolicismo social
Durante el pontificado de Pío IX se inicia en la Iglesia el denominado catolicismo social, para defender los derechos de los trabajadores tras la revolución industrial.
Los católicos tomaron pronto conciencia de los problemas político-religiosos que se derivaban de la Revolución francesa, sin embargo muy lentamente, como el resto de la sociedad, fueron conscientes de una segunda revolución de otra naturaleza que estaba modificando en profundidad la sociedad tradicional, la denominada revolución industrial.
Desde 1830 los teóricos y activistas, como Robert Owen (cartistas) en Inglaterra y Saint-Simon, Fourier y Proudhon en Francia, habían denunciado las injusticias del capitalismo y del liberalismo, promoviendo la resistencia obrera. En 1847 Marx y Engels habían elaborado el “manifiesto comunista”, la carta magna del socialismo científico.
Mientras el movimiento obrero se organizaba de este modo, amplios sectores de la sociedad, hasta el fin del siglo, rechazaban tomar en consideración la necesidad de lo que hoy se llama “reforma de las estructuras” sea por incomprensión de los nuevos problemas, sea por la absoluta novedad de los mismos.
Lo penoso de la situación fue reconocido por un número cada vez mayor de personas, sin embargo éstos no veían otra solución que la caridad privada y las obras de beneficencia, que más bien eran remedios sintomáticos para paliar algunas de las consecuencias de la nueva estructura socioeconómica de Europa, pero no para atacar las raíces del problema.
No obstante, una minoría muy pronto hizo propias estas preocupaciones sociales, dándose cuenta de que la cuestión obrera constituía un grave problema de justicia. Sobre todo en Alemania, la toma de conciencia de esta situación se adelantó al resto de países, de modo que, en justicia, debe ser colocado en este país el origen del movimiento social católico que en 1891 tendrá su primera expresión oficial en la encíclica Rerum Novarum de León XIII.
Con todo, no es exacto que con esta encíclica se iniciara la doctrina social de la Iglesia. Pío IX, si bien más preocupado por las repercusiones del liberalismo en el campo político y doctrinal, no ignoraba la faceta social de esta doctrina. A menudo se olvida que Pío IX, en la encíclica Quanta Cura, (1864) condenó el socialismo y el liberalismo económico, por lo que hizo un primer esbozo de las enseñanzas que León XIII desarrollará: denunciaba conjuntamente, por una parte, la pretensión del socialismo del siglo XIX de sustituir la Providencia divina por el Estado y, por otra, el carácter materialista del liberalismo económico que excluye el aspecto moral de las relaciones entre capital y trabajo.
Una de las características del pontificado de Pío IX fue la superación del jansenismo en la Iglesia católica. El jansenismo es un movimiento del siglo XVI en cuya base está una doctrina sobre la gracia, que dio por resultado una especie de catolicismo “calvinizado”.
En síntesis, la posición dogmática del jansenismo era que el pecado original había provocado una corrupción radical de la naturaleza humana. La voluntad humana desde la caída de Adán es impotente ante el asalto de la concupiscencia. No puede evitarse el pecado en tanto al hombre no le sea concedida la gracia divina. La gracia es omnipotente e irresistible. Si Dios concede la gracia, el hombre evita el pecado; sin la gracia no se puede hacer otra cosa que pecar. Sin embargo, la gracia solo se concede a unos pocos, a quien Dios desea salvar; por lo tanto Cristo no murió por todos los hombres, sino por unos pocos.
Esta doctrina fue reprobada repetidas veces por los Romanos Pontífices; sin embargo este movimiento seguía ejerciendo influencia en el catolicismo, especialmente en Francia y en los Países Bajos.
En particular, la práctica jansenista del uso de los sacramentos en general, y de la penitencia y la eucaristía en particular era contraria al espíritu de la Iglesia post-tridentina.
Para el movimiento jansenista la comunión eucarística solo era una recompensa para el que triunfaba en la virtud; es más, rechazar la recompensa era, incluso, más meritorio que aceptarla. Por ello, en los territorios de influencia jansenista, era frecuente que los fieles católicos recibieran raramente la comunión.
Dadas estas premisas, se puede señalar, por contraposición, que una de características de la vida sacramental promovida durante el pontificado de Pío IX como superación del jansenismo, es la mayor frecuencia en la recepción de los sacramentos, en especial de la eucaristía y la penitencia, así como un aumento de las devociones de los fieles católicos. En síntesis, y sin afán de exhaustividad, se puede enumerar:
Aumento de la piedad eucarística y de la adoración al Santísimo Sacramento fuera de la celebración eucarística. Y así, en efecto, en 1851 Pío IX recomienda oficialmente la Adoración Perpetua.
Otro rasgo de la superación del jansenismo es la extensión a toda la Iglesia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Pío IX proclama venerable a Margarita María Alacoque y extiende la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús a la Iglesia Universal. En este sentido, es destacable la iniciativa para consagrar al Sagrado Corazón individuos, familias, congregaciones religiosas, incluso Estados. Hubo una petición presentada a Pío IX al acabar el Concilio Vaticano I suscrita por casi todos los obispos y superiores de Órdenes religiosas y más de 1 000 000 de fieles laicos para consagrar el mundo entero al Sagrado Corazón de Jesús.
Redescubrimiento de Cristo: El jansenismo daba más importancia a la majestad abstracta de Dios que a Cristo “Perfectus Deus, Perfectus Homo”. Ahora la piedad se hace más cristocéntrica; de modo que, con propiedad, algunos autores señalan la espiritualidad de esta época como la del “redescubrimiento de Cristo”. En este sentido, y con carácter anecdótico, se puede señalar la gran popularidad y difusión que tuvieron algunas obras de espiritualidad centrada en la vida de Cristo, como por ejemplo “la Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo” de Ana Catalina Emmerick.[10]
La renovación de la Teología moral
También en este campo, el jansenismo había dejado su huella, generando una teología moral que se caracterizaba por un rigorismo muy acentuado; se puede sintetizar señalando que entendían que las obras de los no cristianos no tenían absolutamente ningún valor; además rechazaban el dolor de atrición (en contradicción con el Concilio de Trento) por considerarlo sumamente imperfecto.
Frente a esta postura moral, surgió ya en el siglo XVIII la figura de san Alfonso María de Ligorio, cuya renovación en este campo es recomendada por Roma en numerosas ocasiones; Pío IX, en este sentido, en un gesto muy significativo, proclamó a san Alfonso María de Ligorio doctor de la Iglesia en 1871, a petición de un número muy elevado del episcopado mundial —unos seiscientos obispos—. Esta nueva perspectiva moral fue acogida con entusiasmo por los clérigos.
Últimos años y muerte
Pío IX logró vivir lo suficiente para presenciar la muerte de su antiguo adversario, Víctor Manuel II de Italia en enero de 1878. Tan pronto como se enteró de la gravedad de la situación del rey, Pío IX lo absolvió de todas las excomuniones y otras penas eclesiásticas. El propio Pío IX murió un mes después, el 7 de febrero de 1878 a las 5:40 de la tarde, de una epilepsia que dio lugar a un repentino ataque al corazón, mientras rezaba el rosario con sus colaboradores.
Desde 1868, el papa sufría erisipelas faciales y luego, llagas abiertas en las piernas.[12] Sin embargo, insistió en la celebración de la misa todos los días. El calor sofocante del verano de 1877 empeoró sus llagas, llegando incluso a tener que ser transportado para poder moverse. Se sometió a varios procedimientos médicos dolorosos, que llevó a cabo con notable paciencia. Pasó la mayor parte de sus últimas semanas en su biblioteca, donde recibió a sus cardenales y realizó audiencias.[13] El 8 de diciembre, en la fiesta de la Inmaculada Concepción, su situación mejoró notablemente hasta el punto de que pudo volver a caminar. En febrero podía decir la misa de nuevo por su cuenta, de pie, disfrutando de la fiesta popular del 75.o aniversario de su primera comunión.
Bronquitis, una caída al suelo y un aumento de las temperaturas empeoraron su situación después del 4 de febrero de 1878. Siguió bromeando sobre sí mismo, cuando el cardenal vicario de Roma ordenó tocar las campanas y decir oraciones durante su recuperación. «¿Por qué quieres impedirme ir al cielo?», le preguntó con una sonrisa. Pero le dijo a su médico que había llegado su hora.[14] Con su muerte a los 85 años, se concluyó el pontificado más largo en la historia del catolicismo, después del de san Pedro, que la tradición sostiene había reinado durante 37 años. Sus últimas palabras fueron: «Guarda la Iglesia a la que tanto amé y sagradamente», según lo registrado por los cardenales de rodillas al lado de su cama.
Su cuerpo fue enterrado inicialmente en las grutas vaticanas, pero se trasladó en procesión la noche del 13 de julio de 1881 a la Basílica de San Lorenzo Extramuros, tal y como él mismo había señalado en su testamento. Cuando el cortejo se acercaba al Tíber, un grupo de romanos anticlericales amenazó con lanzar el ataúd al río. Solo la llegada de un contingente de la milicia libró al cuerpo de Pío IX de semejante acto.
Durante casi treinta años, los restos de Pío IX descansaron en un sepulcro construido por Raffaele Cattaneo, cuya lápida ostentaba la frase «Ossa et cineres Pii IX papae. Orate pro eo» («Huesos y cenizas del papa Pío IX. Rogad por él»). El 28 de junio de 1956, se llevó a cabo la exhumación del cuerpo para verificar su incorruptibilidad, tras la cual fue reubicado en una capilla próxima al altar de la basílica de San Lorenzo para veneración pública.
Beatificación
El proceso para la beatificación de Pío IX —que en sus primeras etapas tuvo la firme oposición del gobierno italiano— se inició el 11 de febrero de 1907 y se reanudó en tres ocasiones. Sin ningún tipo de oposición italiana, el papa Juan Pablo II lo declaró venerable el 6 de julio de 1985 y lo beatificó el 3 de septiembre de 2000 —cuando también se incluyó la beatificación del papa Juan XXIII—.Se le conmemora litúrgicamente el 7 de febrero, aniversario de su muerte.
La beatificación de Pío IX fue controvertida y criticada tanto por judíos como por cristianos debido a la percepción de su política como autoritaria y reaccionaria, la acusación de abuso del poder episcopal y el antisemitismo —en concreto, el caso de Edgardo Mortara—. Los críticos sostienen que su beatificación coloca «una carga insoportable sobre las relaciones entre los judíos y católicos», especialmente teniendo en cuenta los gestos conciliadores de Juan Pablo II hacia el judaísmo. El proceso coincidió con la también polémica canonización de Edith Stein.
León XIII (en latín: Leo PP. XIII ), de nombre secular Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi Pecci (Carpineto Romano, 2 de marzo de 1810-Roma, 20 de julio de 1903), fue el 256.º papa de la Iglesia católica. Su pontificado, de veinticinco años de duración, se desarrolló entre los años 1878 y 1903.
En los años siguientes se produjo la Unificación italiana, que supuso la liquidación de los Estados Pontificios y el enfrentamiento radical entre la Iglesia católica y el Estado liberal (especialmente, el nuevo Reino de Italia). La postura moderada que mantuvo en estos temas el cardenal Pecci lo convirtió en un candidato idóneo para suavizar las tensiones, razón que probablemente influyó en la decisión del Colegio Cardenalicio de elegirlo papa al morir Pío IX en 1878.
Efectivamente, en un cónclave de solo dos días y a la tercera votación, Gioacchino Pecci fue elegido papa el 20 de febrero de 1878. El 3 de marzo siguiente fue coronado en la basílica de San Pedro por el cardenal Teodolfo Mertel, Cardenal diácono de San Eustaquio, por delegación del cardenal Prospero Caterini, protodiácono de S. Maria in Via Lata y ad commendam de S. Maria della Scala, que se encontraba enfermo.
Fotografía de León XIII junto a su séquito por Jules David, junio de 1878.
León XIII se preocupó desde el inicio de su mandato por mejorar las bases intelectuales del clero, alejándose en lo doctrinal de la mera actitud defensiva de su predecesor. Con este fin nombró en 1879 a cuatro cardenales consagrados exclusivamente a los estudios (entre ellos, el erudito John Henry Newman), y el 4 de agosto de ese año —en la encíclica Aeterni Patris— presentó el tomismo como la filosofía a seguir por los católicos para afrontar los problemas de su tiempo.
Los primeros años de su pontificado quedaron marcados por una serie de iniciativas académicas: la fundación de un nuevo instituto en Roma para el estudio de la Filosofía y la Teología, centros de estudio de las Escrituras y un centro astronómico. Además, se abrieron los archivos del Vaticano, tanto a los estudiosos católicos como a los no católicos. Vivió sin lujos y frugalmente durante su pontificado.
Su largo pontificado significó un acercamiento de la Iglesia a las realidades del mundo moderno. Frente al creciente problema obrero, en 1891 dio a conocer la encíclica Rerum novarum (Acerca de las nuevas cosas). La misma deploraba la opresión y virtual esclavitud de los numerosísimos pobres por parte de «un puñado de gente muy rica» y preconizaba salarios justos y el derecho a organizar sindicatos (preferiblemente católicos), aunque rechazaba vigorosamente el socialismo y mostraba poco entusiasmo por las instituciones de la democracia liberal y el sindicalismo obrero. Las clases y la desigualdad, afirmaba León XIII, constituyen rasgos inalterables de la condición humana, como son los derechos de propiedad. Condenaba el socialismo como ilusorio y sinónimo del odio y el ateísmo.
El realismo político y la habilidad diplomática de León XIII permitieron poner fin a la hostilidad del régimen imperial alemán hacia los católicos (abandono por el canciller Otto von Bismarck de la Kulturkampf en 1879 y visita a Roma del emperador Guillermo II de Alemania en 1888). Igualmente, propugnó el fin de la confrontación entre la Iglesia francesa y la Tercera República, avalando la participación de los católicos franceses en el régimen republicano. Por el contrario, mantuvo el enfrentamiento numantino con el Estado italiano, insistiendo en el boicot de los católicos italianos a la vida política nacional.
León XIII pensaba que el servicio diplomático papal debía desempeñar un papel de primer orden tanto en la consolidación de la disciplina interna de la Iglesia como en la conducción de las relaciones Iglesia-Estados. En 1885, España, Alemania y Reino Unido recurrieron a él como mediador en la disputa sobre la posesión de las islas Carolinas, en el Pacífico, siendo España quien las consiguiera; aunque a contrapartida, Alemania tomó las islas Marshall. Ya en 1899, el zar Nicolás II de Rusia y la reina Guillermina I de los Países Bajos se beneficiaron de sus buenos oficios en el intento de convocar una conferencia de paz de todos los países de Europa.
Reflexionando sobre la diplomacia de la Santa Sede con ayuda de las obras de Santo Tomás de Aquino, replanteó en su encíclica Immortale Dei (1885) la relación entre la Santa Sede y los Estados-nación. El nuncio papal, en opinión de León XIII, era el representante de la soberanía espiritual del papa del mismo modo que un embajador representa la soberanía política de su país.
Reforzó los lazos con la Iglesia estadounidense, fomentando la expansión del catolicismo en Estados Unidos. Con todo ello, León XIII contribuyó a dotar a la Iglesia de un nuevo protagonismo a escala mundial, reforzado por dos tipos de iniciativas suyas: por un lado, el acercamiento a la Comunión anglicana y a los ortodoxos griegos, que inició la tendencia ecuménica de los papas del siglo XX; y por otro, el impulso de la acción misionera, especialmente en África.
Juninenses a la salida de misa un domingo de 1898 (Imagen generada por la IA en base a una foto original en blanco y negro)
Interior del templo de San Ignacio de Loyola a fines del siglo 19 en Junín. (Imagen generada por la IA a partir de una foto original en blanco y negro)
Tuvo especial interés en promover el rezo del Santo Rosario, al cual dedicó diversas encíclicas. Cabe mencionar que, a inicios de su papado —el 16 de abril de 1879—, se produjo la muerte de Bernadette Soubirous, vidente de las apariciones marianas de Lourdes, a quien León XIII enviara su bendición antes de morir. La Virgen María quien, bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes, dijera de sí misma «Yo soy la Inmaculada Concepción», se había presentado —según el relato de Bernadette— con un rosario en sus manos, lo que no pasaría desapercibido a la mente del pontífice. El Papa León XIII, nacido en 1810, fue filmado en 1896, convirtiéndose en la persona con la fecha de nacimiento más antigua registrada en una película.
En sus veinticinco años de papado llegó a nombrar un total de 147 cardenales en 27 consistorios.
Falleció en Roma el 20 de julio de 1903; había sido el primer Papa en haber nacido en el siglo XIX, y también fue el primero que murió en el siglo XX. Vivió hasta la edad de 93 años, lo que lo convierte en el tercer papa con más larga vida.
En el momento de su muerte, León XIII era el tercer papa con más tiempo de pontificado, solo superado por Pedro (entre 34 y 37 años) y su predecesor, Pío IX (31 años). Fue sepultado inicialmente en la basílica de San Pedro; sin embargo, en 1924 sus restos fueron trasladados hasta la basílica de San Juan de Letrán, su catedral como obispo de Roma, y una iglesia en la que tuvo un interés particular.
Pío X (en latín: Pius PP. X), de nombre secular Giuseppe Melchiorre Sarto (Riese, 2 de junio de 1835-Roma, 20 de agosto de 1914), fue el 257.º papa de la Iglesia católica desde el 4 de agosto de 1903 hasta su muerte en 1914.
Es principalmente recordado por su fuerte oposición al modernismo teológico y por dirigir la primera codificación del derecho canónico de la historia de la Iglesia católica, que fue publicada en 1917.
Pio X gobernó la Iglesia católica con mano firme en una época en que esta se enfrentaba a un laicismo muy fuerte en todo el mundo, así como a numerosas tendencias del modernismo en los campos de los estudios bíblicos y la teología.
El nuevo papa desconfiaba de las tendencias progresistas y se apartó conscientemente de la línea más aperturista seguida por su predecesor León XIII. De hecho Pío X creía necesaria una reacción, adoptando desde el principio una actitud de retirada y de «defensa católica»; esto le llevó a reivindicar para la Iglesia una independencia plena respecto al poder civil, y a recelar abiertamente de la democracia cristiana y evitando "compromisos" con grupos o gobiernos no católicos en partidos políticos, sindicatos, o instituciones académicas, que solamente podían definirse claramente como católicas o no.
Introdujo algunas reformas en la liturgia. Permitió la práctica de la comunión frecuente y fomentó el acceso de los niños a la Eucaristía. Promovió mucho el estudio del catecismo y encomendó al canonista Pietro Gasparri la confección del Código de Derecho Canónico (Codex Iuris Canonici) para reunir y unificar la legislación eclesiástica, hasta entonces dispersa.
El 20 de enero de 1904 había promulgado la constitución apostólica Commissum Nobis por la que se prohibían los vetos a la elección papal basados en el derecho de Ius exclusivae por parte de los estados gobernados por monarcas católicos y que disponían de él como privilegio histórico (caso de España, Francia y Austria). En este mismo año había relativizado el Non Expedit de Pío IX, con lo que se entreabría la puerta a la participación de los católicos italianos en los asuntos públicos de su país. Dentro de su esfuerzo en oponerse al laicismo, promovió la Neoescolástica basada en una actualización de la filosofía de Tomás de Aquino.
1905: Construcción del nuevo templo de la Iglesia Matriz San Ignacio de Loyola. Foto original en Blanco y Negro de Edmundo Cuenin, generada en color por la IA.
En 1905 denunció el Concordato que, bajo las condiciones draconianas impuestas por Napoleón, había firmado en 1801 la Santa Sede con Francia. Con esta denuncia el papado alcanzaba la total libertad de nombramiento de obispos en Francia, libertad de la cual, a pesar de los diversos regímenes que se habían sucedido en este país, en realidad jamás había gozado.
En julio de 1908, culminó la reorganización de la Curia romana con la aparición de tres decretos mediante los que se modificaron y sistematizaron de manera más racional las atribuciones de las congregaciones romanas, adaptando así la administración eclesiástica a las tareas que trajo consigo una centralización en constante aumento desde mediados del siglo XIX.
Su relación con las iglesias ortodoxas y católicas orientales, marcada por la falta de preparación del pontífice y sus nuevos colaboradores al respecto, ha sido calificada como «época de transición». El decreto papal Tradita ab antiquis del 14 de septiembre de 1912 —que permitía a los católicos orientales asistir a los oficios según los ritos latinos— materializó el retroceso del interés orientalizante y unionista de su predecesor León XIII, retomado más tarde por su sucesor Benedicto XV.
Milagros en vida
Pío X tiene la peculiaridad de ser el papa más reciente al que se le ha adjudicado la capacidad de realizar milagros durante su pontificado, como la curación a través de la imposición de manos y el ver el alma de las personas. Aparentemente, él era consciente de esta fama, aunque nunca afirmó explícitamente el poder realizar tales milagros.
En una de las historias más difundidas, supuestamente, durante una audiencia papal, Pío X sostenía en sus brazos a un niño paralítico que al soltarlo empezó a correr por la habitación. En otra ocasión, una pareja (que se había confesado con él mientras era obispo de Mantua) con un niño de dos años con meningitis le escribieron, y Pío X les respondió que tuvieran esperanza y rezaran. Dos días después, el niño se curó.
Salida de misa un domingo de 1905 en calle Rivadavia Junín. (Imagen original en blanco y negro tomada por Edmundo Cuenin, imagen en colores generada por la IA)
El cardenal Ernesto Ruffini (más tarde arzobispo de Palermo) visitó al Papa después de ser diagnosticado con tuberculosis. Pío X le había dicho que volviera al seminario y se solucionaría. Días después, se curó sin explicación. Ruffini contó esta historia a los investigadores durante la recopilación de testimonios para la causa de canonización del pontífice.
En cierta ocasión, un hombre que sufría de un brazo paralizado le rogó a Pío X que lo ayudara. Tomándole el brazo con la mano, el papa simplemente le dijo: "Ten confianza en el Señor... sólo ten fe y el Señor te sanará". En ese momento, el hombre pudo mover el brazo y llamó alegremente al papa, quien simplemente se puso un dedo sobre los labios para no llamar la atención sobre lo que había sucedido, indicándole que simplemente se callara
Otro caso fue el de una niña irlandesa cubierta de llagas que fue llevada por su madre a ver al papa. Cuando Pío X la vio, puso su mano sobre la cabeza y las llagas desaparecieron por completo. Otro caso fue el de una colegiala romana que contrajo una grave enfermedad en el pie que la dejó lisiada desde que tenía un año. A través de una amiga logró adquirir uno de los calcetines del Pío X y le dijeron que se curaría si se lo ponía, lo cual hizo. En el momento en que se puso el calcetín, el pie enfermo se curó instantáneamente. Cuando Pío X se enteró de esto, se rio y dijo: “¡Qué broma! ¡Yo uso mis propios calcetines todos los días y aún así sufro de constantes dolores en los pies!”
Muerte
Funeral del papa Pío X en la basílica de San Pedro, 21 de agosto de 1914
Pío X falleció en el Palacio Apostólico de Roma el 20 de agosto de 1914, a los 79 años de edad, a causa de un infarto agudo de miocardio.
Coincidentemente, el mismo día de su deceso ocurrió el del 25.º superior general de la Compañía de Jesús, Franz Xaver Wernz.
Fue enterrado en las grutas vaticanas, donde permanecieron sus restos hasta que, en 1951, fueron trasladados al altar de la capilla de la Presentación de la basílica vaticana, donde están expuestos a la veneración de los fieles. En su epitafio se lee: Su tiara estaba formada por tres coronas: pobreza, humildad y bondad.
Beatificación y canonización
Pío X fue beatificado el 3 de junio de 1951, y canonizado el 3 de septiembre de 1954, en ambas oportunidades por el papa Pío XII.
El 19 de mayo de 1944, los restos mortales de Pío X fueron exhumados y expuestos para veneración pública en la Capilla de la Santa Cruz de la Basílica de San Pedro. Del reconocimiento canónico resultó su estado de completa incorrupción, treinta años después de su muerte y aunque el sumo pontífice había manifestado su voluntad de que no fueran sometidos a procesos de embalsamamiento. Los cardenales Alfredo Ottaviani y Nicola Canali fueron testigos de este hecho.
Benedicto XV (en latín: Benedictus PP XV), nacido como Giacomo della Chiesa (Génova, 21 de noviembre de 1854-Roma, 22 de enero de 1922) fue el 258.º papa de la Iglesia católica, entre el 3 de septiembre de 1914 hasta su muerte. Su pontificado fue eclipsado en gran medida por la Primera Guerra Mundial y las consecuencias de esta, tanto políticas, sociales como humanitarias.
Entre 1846 y 1903, la Iglesia católica tuvo dos administraciones de larga duración, la de Pío IX de 31 años y la de León XIII de 25 años. Para 1914, el Colegio Cardenalicio indicó su deseo de un nuevo gobierno de larga duración, eligiendo a della Chiesa, que contaba con 59 años al momento de su elección. Su elección coincidió con el estallido de la Primera Guerra Mundial, que él llamó «el suicidio de la Europa civilizada».
La guerra y sus consecuencias fueron el foco principal de su pontificado. De inmediato se declaró la neutralidad de la Santa Sede, y desde allí buscó mediar la paz entre 1916 y 1917. Ambas partes rechazaron sus iniciativas: los alemanes lo llamaron un insulto y los franceses un movimiento antifrancés. El papa se caracterizaría por condenar y combatir el nacionalismo, el racismo, el materialismo y, sobre todo, el socialismo.
Habiendo fracasado con las iniciativas diplomáticas, Benedicto XV se centró en los esfuerzos humanitarios para disminuir los impactos de la guerra, a través de la asistencia a los prisioneros de guerra, el intercambio de soldados heridos y la entrega de alimentos a las poblaciones necesitadas en Europa. Después de la guerra, se repararon las difíciles relaciones con Francia, restableciéndose totalmente en 1921. Durante su pontificado, las relaciones con Italia mejoraron, a través del permiso que supuso darle a Luigi Sturzo la dirección católica de participación política.
En 1917, Benedicto XV promulgó el Código de Derecho Canónico, lanzado el 27 de mayo, y obra de della Chiesa junto a Pietro Gasparri y Eugenio Pacelli. El nuevo código se considera que ha estimulado la vida y las actividades religiosas en toda la Iglesia. Él nombró a Gasparri su secretario de Estado y a Pacelli como arzobispo. La Primera Guerra Mundial causó un gran daño a las misiones católicas en todo el mundo, por lo que el papa buscó revitalizarlas en su Maximum Illud, llamando a los católicos de todo el mundo a participar. Por eso, ha sido referido como «el Papa de las Misiones».
Monseñor Vicente Peira, designado cura párroco de Junín, funda en 1917 el diario La Verdad, perteneciente a la Iglesia Católica.
Su última preocupación fue la persecución emergente de la Iglesia católica en la Unión Soviética y la hambruna posterior a la revolución. Benedicto XV era devoto de la Santísima Virgen María y autorizó la fiesta de María, Mediadora de todas las Gracias. Fue el primer Papa en nombrar la Patrona de una ciudad, en concreto fue a la Virgen de los Remedios, Patrona de la ciudad española de Chiclana de la Frontera, el 12 de julio de 1916. También bajo su pontificado fue coronada canónicamente la Virgen del Rocío, patrona de Almonte, en 1919.
Después de siete años en el cargo, murió el 22 de enero de 1922, después de luchar contra una neumonía durante un mes. Fue enterrado en las grutas vaticanas. Con sus habilidades diplomáticas y su apertura a la sociedad moderna, «se ganó el respeto de sí mismo y el papado».
Pío XI (en latín: Pius PP. XI), de nombre secular Ambrogio Damiano Achille Ratti (Desio, 31 de mayo de 1857-Ciudad del Vaticano, 10 de febrero de 1939) fue el 259.º papa de la Iglesia católica desde su elección en 1922 hasta su muerte, así como el primer soberano de la Ciudad del Vaticano tras su proclamación como Estado independiente en 1929, lo que hace que su pontificado comprenda casi todo el período de entreguerras.
El 6 de febrero de 1922, en el cónclave que siguió a la muerte de Benedicto XV, resultó elegido papa. Era un hombre de estudio, de una cultura excepcional y además estaba muy bragado en los asuntos de la curia romana, pero su experiencia pastoral y cardenalicia se limitaba a unos pocos meses.
Fue coronado tres días después de su elección por el cardenal Louis Billot, S.J., al estar indispuesto el cardenal Gaetano Bisleti, protodiácono de S. Agata in Suburra. La ceremonia tuvo lugar en la explanada del Vaticano, y se convirtió en la primera coronación papal celebrada públicamente desde que, en 1870, Pío IX proclamó la «cautividad» de la Iglesia católica. Sus predecesores habían sido coronados en ceremonias restringidas, ya sea en la Basílica de San Pedro o en la más exclusiva Capilla Sixtina (caso este último de León XIII, Pío X y Benedicto XV).
Por su extensa actividad, Pío XI habría de merecer diversos títulos: «el papa de las encíclicas», por haber escrito una treintena de estas; «el papa de los concordatos», al buscar mejorar las condiciones de la Iglesia en diversos países mediante la firma de 23 convenios; «el papa de la Acción Católica», pues uno de los principales objetivos de su pontificado fue organizar a los laicos a través de la Acción Católica, con el fin de cristianizar todos los sectores de la sociedad; «el papa de las misiones», por su impulso a la actividad misionera; y «el papa de las canonizaciones», por haber elevado a los altares a 33 santos y haber dado cauce en su pontificado a 500 beatificaciones. Entre los santos proclamados por este papa se encuentran Tomás Moro, Juan María Vianney y Roberto Belarmino. Entre las canonizaciones más recordadas, se encuentran las de Teresa de Lisieux (1925), Juan Bosco (1934) y Bernadette Soubirous, vidente de las apariciones marianas en Lourdes —proclamada santa durante el Jubileo de la Redención de 1933—. Además, durante su papado también proclamó doctores de la Iglesia a san Juan de la Cruz y san Alberto Magno.
Pío XI junto al cardenal Eugenio Pacelli (futuro Pío XII) y el ingeniero Guillermo Marconi durante la inauguración de Radio Vaticano el 12 de febrero de 1931
Algunos años antes, en 1931, y con la colaboración de uno de los inventores de la radio, el marqués italiano Guillermo Marconi, se inauguraron las transmisiones de Radio Vaticano, a través de las cuales la Iglesia manifestó desde entonces sus opiniones a nivel mundial, ya que la emisora muy pronto desarrolló transmisiones en diversos idiomas, cosa que hasta el presente continúa haciendo.
Pío XI murió el 10 de febrero de 1939, cuando apenas faltaban unos meses para el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Está sepultado en las Grutas Vaticanas.
Pío XII (en latín: Pius PP. XII), de nombre secular Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli (Roma, 2 de marzo de 1876-Castel Gandolfo, 9 de octubre de 1958), fue el 260.º papa de la Iglesia católica y el segundo soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 2 de marzo de 1939 hasta su muerte en 1958. El papa Benedicto XVI lo declaró venerable el 19 de diciembre de 2009 junto a Juan Pablo II.
Antes de su elección al papado, Pacelli se desenvolvió como secretario de la Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, nuncio apostólico y cardenal secretario de Estado, desde donde pudo alcanzar la conclusión de varios concordatos internacionales con estados europeos y americanos, entre los que destacó el Reichskonkordat con la Alemania nazi, firmado en 1933 y aún en parte vigente.[3] Por otra parte, tuvo un influjo decisivo en la redacción de la carta encíclica de Pío XI titulada Mit brennender Sorge a los obispos alemanes, del 14 de marzo de 1937, que significó una advertencia severa al régimen de Adolf Hitler.
Su gestión como nuncio en Alemania y como cabeza de la Iglesia católica durante la Segunda Guerra Mundial sigue siendo motivo de análisis y controversia, principalmente en lo que respecta a la intensidad de su reacción frente a los crímenes del régimen nazi contra millones personas en Europa por cuestiones étnicas o ideológicas.
Le tocó ser el papa de la Guerra Fría y en este contexto su opción fue clara: ferviente anticomunismo y aproximación a la nueva potencia emergente, los Estados Unidos. En este sentido resultó determinante su amistad personal con Francis J. Spellman, arzobispo de Nueva York y vicario militar de las fuerzas norteamericanas, al cual nombró cardenal del título de Ss. Giovanni e Paolo (1946).
Terminada la guerra, Pío XII también fue el vocero para instar a la clemencia y al perdón de todas las personas que participaron en el conflicto, incluyendo a los criminales de guerra. Así también intercedió, mediante el nuncio apostólico en Estados Unidos, para conmutar las sentencias de los alemanes convictos por las autoridades de ocupación. El Vaticano solicitó el perdón para todos aquellos que estaban condenados a muerte, una vez que se permitió la ejecución de criminales de guerra en 1948. Una red de conventos e instituciones religiosas católicas, junto con la Cruz Roja, ayudaron a numerosos criminales nazis a evadirse de la justicia, entre ellos figuras tan relevantes como Adolf Eichmann, quienes se dirigieron a países como Argentina, España, Australia o EE. UU.
Reconoció explícitamente el régimen surgido en España de la guerra civil (1936-1939). En 1953 firmó con el general Francisco Franco un concordato que daba base jurídica al llamado «Nacional-catolicismo» español, que otorgaría notables ventajas a la Iglesia a cambio de la legitimación de aquel sistema.
Pío XII también realizó el concordato con el dictador Rafael Trujillo de la República Dominicana en 1954. En este país, los derechos de la Iglesia católica fueron violados por los regímenes represivos. Pío XII también excomulgó a Juan Domingo Perón en 1955 por sus arrestos a sacerdotes de la Iglesia.
Pío XII murió en su residencia de verano de Castel Gandolfo, a los 82 años, tras sufrir una insuficiencia cardíaca aguda causada por un infarto de miocardio.
San Juan XXIII (en latín: Ioannes PP. XXIII), de nombre secular Angelo Giuseppe Roncalli (Sotto il Monte, Italia 25 de noviembre de 1881-Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), fue el 261.er papa de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1958 y 1963.
En su dilatada labor apostólica, ocupó varios cargos de relevancia en la Iglesia católica en el período de preguerra. Como obispo titular de Areopoli y, más tarde, de Mesembria, desempeñó el cargo de visitador apostólico en Bulgaria desde 1925, luego como delegado apostólico en la misma Bulgaria desde 1931. Fue designado arzobispo titular de Mesembria y delegado apostólico en Turquía y Grecia el 30 de noviembre de 1934, cargo que desempeñó durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial. A fines de 1944 fue designado nuncio apostólico en Francia, donde permaneció hasta 1953. Creado cardenal presbítero de Santa Priscila en el consistorio de ese año, fue patriarca de Venecia hasta su elección como sumo pontífice en el cónclave de 1958. Su pontificado, relativamente breve, fue sin embargo sumamente intenso.
Sus encíclicas Mater et Magistra ('Madre y Maestra', 1961) y Pacem in Terris ('Paz en la Tierra', 1963), esta última escrita en plena guerra fría luego de la llamada «crisis de los misiles» de octubre de 1962, se convirtieron en documentos señeros que marcaron el papel de la Iglesia católica en el mundo actual. Pero el punto culminante de su trabajo apostólico fue, sin dudas, su iniciativa personal, apenas tres meses después de su elección como pontífice, de convocar el Concilio Vaticano II, que imprimió una orientación pastoral renovada en la Iglesia católica del siglo XX. Con todo, en el momento de su muerte acaecida el 3 de junio de 1963, apenas había transcurrido la primera de las etapas conciliares —que finalmente alcanzaron el número de cuatro—, sin haberse promulgado ningún documento y fue Pablo VI quien enfatizó los propósitos básicos del concilio y lo guio a través de las tres etapas conciliares siguientes hasta su final.
Presbiterio con la cátedra de San Pedro en la basílica homónima, durante el Concilio Vaticano II. Foto de Lothar Wolleh.
Caracterizado por un notable sentido del humor, en Italia se recuerda a san Juan XXIII con el cariñoso apelativo de «Il Papa Buono» (en español: «el papa bueno»). Fue beatificado durante el «Gran Jubileo» del año 2000 por Juan Pablo II. El 5 de julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autorizó la canonización de San Juan XXIII, que se efectuó conjuntamente con la de Juan Pablo II el 27 de abril de 2014, según lo anunciado en el consistorio realizado el 30 de septiembre de 2013. A dicha ceremonia también asistió Benedicto XVI, entonces ya papa emérito. Junto a Pablo VI y a Juan Pablo II es uno de los papas más recientes en ser venerado como santo.
Pablo VI o Paulo VI (en latín: Paulus PP. VI),[3] de nombre secular Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini (Concesio, Italia 26 de septiembre de 1897-Castel Gandolfo, Italia 6 de agosto de 1978), fue el 262.º papa de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 21 de junio de 1963 hasta su muerte ocurrida el 6 de agosto de 1978. Fue canonizado en 2018, durante el pontificado del papa Francisco, lo que lo convierte en santo de la Iglesia católica.
Sucediendo a Juan XXIII, decidió continuar con el Concilio Vaticano II, gran obra del pontífice anterior. Asimismo, fomentó las relaciones ecuménicas con las iglesias ortodoxas, anglicanas y protestantes, dando lugar a muchas reuniones y acuerdos históricos.
Entre 1922 y 1954 trabajó en la secretaría de Estado de la Santa Sede. Durante su estadía allí, Montini, junto a Domenico Tardini fueron considerados como los más cercanos e influyentes colaboradores de Pío XII, quien en 1954 lo nombró arzobispo de Milán, la diócesis más grande de Italia, por lo que se convertía automáticamente en secretario de la Conferencia Episcopal Italiana. Allí fue conocido pronto como el «arzobispo de los pobres», por su amistad con los trabajadores de las fábricas a los que visitaba. Juan XXIII lo elevó al cardenalato en 1958, y después de la muerte de Juan XXIII, Montini fue considerado uno de los más probables sucesores.
Tomó el nombre de Pablo para indicar su misión renovadora en todo el mundo de la difusión del mensaje de Cristo. Reabrió el Concilio Vaticano II, dándole prioridad y dirección. Después de que el Concilio hubiera finalizado su labor, Pablo VI se hizo cargo de la interpretación y aplicación de sus mandatos, a menudo caminando por una delgada línea entre las expectativas contrapuestas de los distintos grupos dentro de la Iglesia católica. La magnitud y la profundidad de las reformas afectaron a todas las áreas de la Iglesia, superando durante su pontificado las políticas similares de reforma de sus predecesores y sucesores.
Pablo VI fue un gran devoto mariano, por lo que constantemente habló en congresos marianos y reuniones mariológicas, visitó varios santuarios y publicó tres encíclicas marianas. Citando las enseñanzas de Ambrosio de Milán, nombró a María como la Madre de la Iglesia durante el Concilio Vaticano II. Pablo VI buscó el diálogo con el mundo, con otras religiones y no creyentes. Se vio como un humilde servidor de la humanidad y exigió cambios significativos de los acaudalados de Estados Unidos y Europa a favor de los pobres en el Tercer Mundo.
Sus posiciones opuestas al control de la natalidad (véase Humanae vitae) y otros temas fueron controvertidos en Europa Occidental y América del Norte, pero fueron aplaudidos en Europa Oriental y América Latina. Durante su pontificado se llevaron a cabo muchos cambios en el mundo, revueltas estudiantiles, la guerra de Vietnam y otros trastornos mundiales. Pablo VI trató de entenderlos a todos, pero al mismo tiempo, de defender el «depósito de la fe», que se le había confiado.
El 24 de diciembre de 1974 presidió la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, dando inicio al Jubileo de 1975, que fue seguido por aproximadamente mil millones de personas en todo el mundo.
De entre los cardenales que creó, tres llegarían a ser sus sucesores como papa: Albino Luciani el 15 de agosto de 1973, quien se convertiría en Juan Pablo I el 26 de agosto de 1978; Karol Wojtyła el 26 de junio de 1967, quien tomaría el nombre de Juan Pablo II el 16 de octubre de 1978; y Joseph Ratzinger el 27 de junio de 1977, electo papa el 19 de abril de 2005 bajo el nombre de Benedicto XVI.
Su proceso de beatificación comenzó el 11 de mayo de 1993. El 7 de mayo de 2014 se aprobó un milagro por el cual el papa Pablo VI, sería declarado beato. El cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, se reunió con el papa Francisco para acordar la fecha de beatificación, que finalmente se fijó para el 19 de octubre de 2014. La beatificación tuvo lugar en la misa de clausura del Sínodo extraordinario de obispos sobre la familia realizada en la plaza de San Pedro. En 2017, fue aprobado un segundo milagro atribuido a la intercesión de Pablo VI, cuya canonización fue presidida por el papa Francisco en la plaza de San Pedro el 14 de octubre de 2018.
Juan Pablo I (en latín: Ioannes Paulus PP. I), de nombre secular Albino Luciani (Canale d'Agordo, Italia 17 de octubre de 1912-Ciudad del Vaticano, 28 de septiembre de 1978), fue el 263.er papa de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 26 de agosto de 1978 hasta su muerte, ocurrida treinta y tres días después. Su pontificado fue uno de los más breves de la historia, dando lugar al más reciente año de los tres papas. Fue el primer papa nacido en el siglo XX y también el último en morir en dicho siglo. Asimismo es el último pontífice italiano hasta la fecha tras una larga sucesión ininterrumpida de papas italianos a lo largo de más de cuatro siglos, iniciada con Clemente VII en 1523.
Antes de celebrarse el cónclave que lo eligió, expresó su deseo de no ser elegido, confesando a aquellos más cercanos a él que renunciaría al papado si era elegido; pero cuando fue elegido por los cardenales, se sintió obligado a aceptar. Fue el primer papa que eligió un nombre papal compuesto, «Juan Pablo», en honor a sus dos predecesores inmediatos, Juan XXIII y Pablo VI. Explicó que quiso homenajear a ambos al sentirse agradecido y en deuda con ellos por haberle nombrado obispo y cardenal, respectivamente.
Sus dos sucesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, han recordado su actitud cercana, amable y cariñosa en múltiples ocasiones. En Italia es recordado con los apelativos de Il Papa del Sorriso (‘el papa de la sonrisa’)[4] e Il Sorriso di Dio (‘La sonrisa de Dios’). La revista Time y otras publicaciones se refirieron a él como The September Pope (‘el papa de septiembre’).
Fue declarado siervo de Dios, el primer paso en el camino a la santidad, el 23 de noviembre de 2003, por Juan Pablo II. El papa Francisco confirmó su virtud heroica el 8 de noviembre de 2017 y le proclamó venerable. En octubre de 2021 se anunció que sería beatificado, tras confirmarse la atribución a su intercesión en la curación milagrosa de una niña de Argentina. La beatificación tuvo lugar el 4 de septiembre de 2022 en la plaza de San Pedro.
Tras su elección, Juan Pablo I tomó una serie de decisiones que hicieran "más humano" al papa, admitiendo públicamente que se ruborizó cuando Pablo VI le nombró patriarca de Venecia. Fue el primer papa moderno en hablar en singular utilizando "yo" en lugar del plural mayestático, aunque las grabaciones oficiales de sus discursos fueron reescritas de un modo más formal por algunos de sus ayudantes más tradicionalistas, que reincorporaron el plural mayestático en notas de prensa y en las noticias de L'Osservatore Romano. También fue el primero en rechazar la silla gestatoria, hasta que le convencieron de que era necesaria para que pudiera ser visto por los fieles.
Juan Pablo I eligió como lema de su papado la expresión latina Humilitas ("humildad"), lo que se reflejó en su polémico rechazo de la coronación y de la tiara papal en la ceremonia de entronización, sustituyéndola por una simple investidura en contra de lo prescrito por la Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo, promulgada por Pablo VI en 1975.
Una de sus declaraciones, de gran repercusión en la prensa, fue: «Dios es Padre, y más aún, es madre»,refiriéndose a Isaías, que compara a Dios con una madre que no olvida a su hijo Sion. El papa realizó este comentario durante su ángelus del 10 de septiembre de 1978, en el que también pidió que se rezase por los Acuerdos de Camp David.
Juan Pablo I fue encontrado muerto en su cama poco antes del amanecer del 29 de septiembre de 1978, treinta y tres días después de su elección. Según las fuentes oficiales, el papa, de 65 años, murió de un infarto.
Su muerte alimentó toda clase de teorías de conspiración.
Según la reconstrucción de los hechos presentada por la escritora Stefania Falasca en su libro Papa Luciani, Crónica de una muerte, Juan Pablo I se había quejado de dolores en el pecho horas antes de su muerte, así como durante la noche anterior, pero no les prestó atención y ordenó no llamar a su médico. La investigación oficial de la Santa Sede confirmó que el pontífice murió de un ataque cardíaco en las últimas horas de la tarde del 28 de septiembre.
Margherita Marin, una de las dos hermanas que encontraron muerto al papa, contó que Juan Pablo I había adoptado la costumbre de tomarse un café por las mañanas en la sacristía y después acudir a rezar a la capilla antes de ocuparse de los asuntos diarios. A las 5:15 am del 29 de septiembre, la hermana Vincenza Taffarel había dejado servido el café matutino del papa en la sacristía. Horas más tarde, al ver que Juan Pablo I no se lo había tomado, fue a buscarlo a su dormitorio, donde lo encontró muerto.[38] Inmediatamente llamó a Marin, quien también entró en la habitación.
En su testimonio, Marin recordó que las manos de Juan Pablo I estaban frías y que le llamó la atención la oscuridad de sus uñas. También afirmó que el papa "estaba en la cama con una leve sonrisa en su rostro", aun llevaba puestas sus gafas y tenía unas hojas en su mano.
A diferencia de lo que muchos reportajes aseguran, el cadáver fue inspeccionado por los médicos encargados de su embalsamamiento, a fin de determinar la causa de la muerte. El 9 de octubre de 1979, Renato Buzzonetti, uno de los embalsamadores, envió un informe detallado al cardenal secretario de Estado Agostino Casaroli, asegurando que los dolores que Juan Pablo I había experimentado horas antes de morir eran compatibles con un infarto.
Pietro Parolin habló sobre las diversas conspiraciones en torno al fallecimiento del pontífice, describiéndolas como "reconstrucciones noir"; y que su repentina muerte, sumada a otros hechos como un error en los informes del Vaticano, que aseguraban que fueron los secretarios del papa quienes lo encontraron muerto en vez de la hermana Vincenza Taffarel, y la tradición de no realizar una autopsia a los cuerpos de los pontífices, alimentó "una miríada de teorías, sospechas y suposiciones basadas en opiniones más que en hechos"
El cuerpo de Juan Pablo I reposa en las grutas vaticanas desde el 4 de octubre de 1978.
JUAN PABLO II
Juan Pablo II (en latín: Ioannes Paulus II), de nombre secular Karol Józef Wojtyła (; Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920-Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el papa 264.º de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.] Fue canonizado en 2014, durante el pontificado de Francisco, lo que lo convierte en santo de la Iglesia católica.
Tras haber sido obispo auxiliar (desde 1958) y arzobispo de Cracovia (desde 1964), se convirtió en el primer papa polaco de la historia, y en el primero no italiano desde 1523. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la historia de la Iglesia católica, después del de san Pedro (se cree que entre 34 y 37 años, aunque su duración exacta es difícil de determinar) y el de Pío IX (31 años).
Juan Pablo II fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, recordado especialmente por ser uno de los principales símbolos del anticomunismo, y por su lucha contra la expansión del marxismo por lugares como Iberoamérica, donde combatió al movimiento conocido como la teología de la liberación, con la ayuda de su mano derecha y a la postre sucesor, Joseph Ratzinger.
Jugó asimismo un papel decisivo para poner fin al comunismo en su Polonia natal y, finalmente, en toda Europa, así como para la mejora significativa de las relaciones de la Iglesia católica con el judaísmo, el islam, la Iglesia ortodoxa oriental, y la Comunión anglicana.
Entre los hechos más notorios de su pontificado destacó el intento de asesinato que sufrió el 13 de mayo de 1981, mientras saludaba a los fieles en la plaza de San Pedro, a manos de Mehmet Ali Ağca, quien le disparó a escasa distancia entre la multitud. Tiempo después el terrorista fue perdonado públicamente por el pontífice en persona. A este se sumó otro atentado ocurrido en Fátima en la noche del 12 al 13 de mayo de 1982 a manos del sacerdote ultraconservador Juan María Fernández Krohn, hecho que no trascendió hasta después de la muerte del pontífice.
Misa de Juan Pablo II en Luján en junio de 1982. Fue asistido por el Pbro. Raúl Seira quien fue párroco de la iglesia Nuestra Señora del Carmen en Junín. En ese momento se encontraba en sus últimos años de seminario y ofició de diácono en dicha celebración litúrgica.
Videos del Papa Juan Pablo II en la Jornada Mundial de la Juventud en Argentina, en 1987.
Fue uno de los líderes mundiales más viajeros de la historia, visitó 129 países durante su pontificado. Hablaba los siguientes idiomas: italiano, francés, alemán, inglés, español, portugués, ucraniano, ruso, croata, esperanto, griego antiguo y latín, así como su idioma materno, el polaco. Como parte de su especial énfasis en la llamada universal a la santidad, beatificó a 1340 personas y canonizó a 483 santos, más que la cifra sumada de sus predecesores en los últimos cinco siglos. El 19 de diciembre de 2009, Juan Pablo II fue proclamado venerable por su sucesor, Benedicto XVI, quien posteriormente presidió la ceremonia de su beatificación el 1 de mayo de 2011 (el Domingo de la Divina Misericordia), y fue canonizado junto con el papa Juan XXIII el 27 de abril de 2014 (otra vez el Domingo de la Divina Misericordia) por el papa Francisco.
Benedicto XVI (en latín: Benedictus PP. XVI), de nombre secular Joseph Alois Ratzinger (Marktl, 16 de abril de 1927-Ciudad del Vaticano, 31 de diciembre de 2022), fue el 265.º papa de la Iglesia católica[nota 2] y el séptimo soberano de la Ciudad del Vaticano, desde el 19 de abril de 2005 hasta su renuncia el 28 de febrero de 2013.
Es considerado un teólogo importante de los siglos XX y XXI y antes de su elección al papado tuvo una influencia considerable en la política eclesiástica durante el pontificado de Juan Pablo II. Ordenado sacerdote en 1951 en su natal Baviera, se embarcó en una carrera académica y se estableció como un teólogo de gran prestigio a finales de la década de 1950. Comenzó a ser conocido en su competencia intelectual al participar en el Concilio Vaticano II como asesor teológico del cardenal Josef Frings. Tras una larga carrera como profesor de teología en varias universidades alemanas, fue nombrado arzobispo de Múnich y Frisinga y creado cardenal por el papa Pablo VI en 1977, una promoción inusual para alguien con poca experiencia pastoral. En 1981 fue llamado a Roma para ser prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (uno de los dicasterios más importantes de la Curia romana) por el papa Juan Pablo II, quien años más tarde le nombró decano del Colegio Cardenalicio y, como tal, cardenal-obispo de Ostia en 2002.
Como cardenal de la Iglesia, estuvo en tres cónclaves: el de agosto de 1978, el de octubre del mismo año y el de 2005, que resultó en su elección como papa.
Sus escritos fueron prolíficos y, en general, defendieron la doctrina, los valores y la liturgia católica tradicionales. Originalmente fue un teólogo liberal, pero adoptó puntos de vista conservadores después de 1968.] Durante su papado, abogó por un retorno a los valores cristianos fundamentales para contrarrestar la creciente secularización de muchos países occidentales. Consideraba que la negación de la verdad objetiva por parte del relativismo, y la negación de las verdades morales en particular, eran el problema central del siglo XXI. También revivió varias tradiciones y permitió un mayor uso de la misa tridentina. Fortaleció la relación entre la Iglesia católica y el arte, promovió el uso del latín y reintrodujo vestimentas papales tradicionales.
El 28 de febrero de 2013 renunció al papado alegando una «falta de fuerza mental y física» debido a su avanzada edad. Asumió entonces el título de papa emérito, que conservó hasta su fallecimiento, con la intención de dedicarse a la oración y al estudio, mientras que su tratamiento siguió siendo el de Su Santidad. Su renuncia fue anunciada por él mismo el 11 de febrero, y supuso una decisión excepcional en la historia de la Iglesia, ya que, si bien el sumo pontífice más próximo que renunció al papado fue Gregorio XII (1415), el precedente de Celestino V (1294) es el único del que puede asegurarse que fue de forma libre y voluntaria.
Tras su renuncia, se celebró el cónclave en el que resultó elegido como romano pontífice el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, que tomó el nombre de Francisco.
Francisco y Benedicto 16.
Hablaba diez idiomas, de los que dominó por lo menos seis: alemán, italiano, francés, latín, inglés y español. Además, leía el griego antiguo y el hebreo. Fue miembro de varias academias científicas de Europa. Recibió ocho doctorados honoris causa de diferentes universidades y numerosos premios y distinciones a lo largo de su vida. Fue un experto pianista; su compositor favorito era Mozart. Fue el sexto papa alemán desde Víctor II y el más longevo de la historia. La revista Time llegó a incluirlo en la lista de las cien personas más influyentes del mundo.
Falleció la mañana del 31 de diciembre de 2022, a los 95 años de edad, en el monasterio Mater Ecclesiae, situado en la Ciudad del Vaticano, al que había hecho su residencia tras su renuncia al pontificado. Su funeral tuvo lugar el 5 de enero de 2023, presidido por su sucesor el papa Francisco en la plaza de San Pedro, tras el cual fue sepultado en las grutas vaticanas, justamente en el mismo lugar donde había estado enterrado su predecesor Juan Pablo II.
Francisco (en latín: Franciscus PP.), de nombre secular Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, 17 de diciembre de 1936-Ciudad del Vaticano, 21 de abril de 2025), fue el 266.º papa de la Iglesia católica y el octavo soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 13 de marzo de 2013 hasta su fallecimiento el 21 de abril de 2025. Fue el primer pontífice americano de la historia, y el tercer hispanohablante nativo desde Alejandro VI.
De nacionalidad argentina, antes de entrar en el seminario como novicio de la Compañía de Jesús trabajó una temporada como técnico químico. Fue profesor de Literatura y Psicología en la escuela jesuita Inmaculada Concepción de Santa Fe (1964-1965). En 1969 fue ordenado sacerdote. Fue nombrado superior provincial de los jesuitas en Argentina (1973-1979) y rector del Colegio Máximo y de la Facultad de Filosofía y Teología del Partido de San Miguel (1980-1986). Luego de un breve paso por Alemania y por Buenos Aires, se estableció en la provincia argentina de Córdoba durante seis años.
Su espiritualidad y carácter llamaron la atención del cardenal Antonio Quarracino y, el 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II designó a Bergoglio obispo titular de la diócesis de Oca y uno de los cuatro obispos auxiliares de la arquidiócesis de Buenos Aires. Luego de desempeñarse como vicario general de Quarracino, el 3 de junio de 1997 fue designado arzobispo coadjutor de Buenos Aires con derecho a sucesión, por lo que ocupó el cargo de su mentor en el episcopado tras su muerte, el 28 de febrero de 1998, convirtiéndose también en el gran canciller de la Universidad Católica Argentina.
Juan Pablo II creó a Bergoglio cardenal presbítero de San Roberto Belarmino el 21 de febrero de 2001. Tras la muerte de dicho pontífice, el 2 de abril de 2005, fue considerado como uno de los candidatos para ocupar el trono de san Pedro, cargo para el que fue elegido finalmente el alemán Joseph Ratzinger, quien adoptó el nombre papal de Benedicto XVI. Bergoglio fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos consecutivos, desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. Impedido por el Estatuto de la Conferencia para asumir un nuevo mandato, durante la 102.ª asamblea plenaria de ese organismo se eligió al arzobispo de la arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, para sucederlo.
El 13 de marzo de 2013, el cónclave que se celebró tras la renuncia de Benedicto XVI eligió como papa a Jorge Mario Bergoglio, quien manifestó su voluntad de ser conocido como Francisco en honor al santo de Asís. Bergoglio fue el primer papa jesuita y el primero proveniente del hemisferio sur. Fue también el primer pontífice originario de América y el primero no europeo desde el sirio Gregorio III, fallecido en 741. Durante su pontificado, apoyó una mayor inclusión de mujeres en la Iglesia católica, defendió valores de justicia social, tuvo un trato más acogedor con las personas LGBT que los papas anteriores, apoyó acciones para combatir el calentamiento global, defendió a los migrantes y rechazó las políticas hostiles contra ellos.
Conocido por su humildad, su adhesión a la opción preferencial por los pobres —principio que abarca a los marginados y sufrientes de distinta extracción— y su compromiso de diálogo con personas de diferentes orígenes y credos, Francisco mostró una variedad de gestos pastorales indicativos de sencillez, entre los que se incluyen su decisión de residir en la Casa de Santa Marta en lugar de la residencia papal del Palacio Apostólico Vaticano usada por sus antecesores desde 1903. Asimismo, se caracterizó por su sentido del humor y por decidir llevar una vestimenta papal más austera. También destacan sus iniciativas de reforma de la curia romana en campos tan diversos como la economía y las finanzas, la administración, los tribunales eclesiásticos y el derecho canónico, las comunicaciones sociales, la sanidad, el laicado y la familia. Con ello propugnó soluciones en temas complejos que incluyen la transparencia en las finanzas vaticanas, la coherencia entre la misión evangelizadora y la actividad económica, la simplificación de la burocracia, la eficacia de la comunicación, la nulidad matrimonial, la lucha contra la pedofilia y los abusos y la protección de menores y migrantes.[22] Al poco tiempo de su elección, en 2013, la revista Time lo consideró una de las cien personas más influyentes, incluyéndolo en el grupo de los «líderes», y meses más tarde lo nombró la «persona del año» de 2013. Su fotografía fue portada de la revista Rolling Stone internacional en dicho año.]
Falleció el 21 de abril de 2025, lunes de Pascua, a las 7:35 (UTC+2), hora local de la Ciudad del Vaticano. - las 2.35 hora argentina- Su funeral tuvo lugar el 26 de abril siguiente en la plaza de San Pedro, y luego sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, siendo con ello el primer papa desde León XIII que está enterrado fuera del Vaticano.
León XIV (en latín: Leo PP. XIV), de nombre secular Robert Francis Prevost (pronunciación en inglés: /'priːvoʊst/; Chicago, 14 de septiembre de 1955), es el 267.º papa de la Iglesia católica y noveno soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 8 de mayo de 2025. Es el segundo sumo pontífice procedente de América, el primer estadounidense y de América del Norte, el primer peruano, el primer agustino y también el primero en contar con dos nacionalidades, así como el primer anglohablante nativo desde Adriano IV.
Pasó los inicios de su carrera clerical en su ciudad natal, trabajando para su orden, hasta que fue enviado a Perú como misionero. Sirvió en las ciudades de Piura, Chulucanas, Trujillo y Chiclayo de 1985 a 1986 y de 1988 a 1998, como vicario parroquial, funcionario diocesano, profesor de seminario y administrador parroquial. Posteriormente, fue elegido prior general de la Orden de San Agustín, cargo que ocupó de 2001 a 2013. El papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo a su regreso a Perú en 2015, año en el que también adquirió la nacionalidad peruana. Ocupó ese cargo de 2015 a 2023, cuando fue nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos y, también, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, desempeñando estos cargos hasta abril de 2025. Fue creado cardenal en septiembre de 2023.
A las 18:08 del 8 de mayo de 2025,(13:08, horaargentina) en la cuarta ronda de votaciones del segundo día del cónclave, el cardenal Prevost fue elegido sucesor de Francisco, siendo el cardenal protodiácono Dominique Mamberti quien anunció desde el balcón central de la Basílica de San Pedro la elección del pontífice bajo el nombre de León XIV con la fórmula en latín.
Es el segundo papa de procedencia americana así como también es el primer papa perteneciente a la Orden de San Agustín. Pese a que Eugenio IV y otros papas estuvieron vinculados estrechamente a la orden agustiniana, no fueron frailes agustinos.
Su nombre de León XIV evoca a papas anteriores como León I el Magno y León XIII, conocidos en su tiempo por su liderazgo y compromiso social,[94] debido, según propias palabras, a que «el Papa León XIII, con su Rerum novarum, abordó la cuestión social en el contexto de la primera revolución industrial. Hoy, la Iglesia debe responder a otra revolución industrial: la de la inteligencia artificial».
En su primera aparición pública, expresó gratitud por el legado de su predecesor, el papa Francisco, y dirigió un mensaje de paz a todos los pueblos. También se dirigió en español a su antigua diócesis de Chiclayo, mostrando su cercanía con la comunidad latinoamericana.
Por ser el primer papa norteamericano, nacido en los Estados Unidos entre la comunidad de Hispanos y latinos, con doble nacionalidad estadounidense y peruana, y el primer anglófono nativo desde Adriano IV (1154-1159), el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, felicitó a León XIV por ser el primer ciudadano de los Estados Unidos de América en recibir la investidura papal, y poco después también lo hizo la Embajada de los Estados Unidos en el Perú. A su vez, fue felicitado por la presidenta del Perú, Dina Boluarte, así como por otros políticos del Congreso peruano.
Millones de personas en el Perú celebraron la elección del primer papa peruano (sobre todo en su ciudad adoptiva, Chiclayo) debido a su familiaridad con la cultura de dicho país y la adopción de las tradiciones mestizas locales, siendo tendencia en las redes sociales y la televisión. De igual forma, fue elogiado por el clero de Chiclayo, que preparó misas de acción de gracias en su honor, y por el clero de la ciudad capital, que hizo sonar las campanas de la Catedral Metropolitana de Lima.
En España, el rey, Felipe VI de Borbón, así como el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegaron a celebrar su victoria, y la Conferencia Episcopal Española honró el hecho de que su pontificado fortalezca la Hispanidad en el mundo
Papado
Primeros actos
El 9 de mayo de 2025, un día después de ser elegido, celebró su primera misa como pontífice en la Capilla Sixtina para los cardenales. Lo hizo en italiano pero inició hablando en inglés y agradeció "las bendiciones que Dios continúa derramando sobre nosotros"
El 11 de mayo de 2025 dio su primera oración Regina Caeli donde pidió la paz en Ucrania y Gaza,aunque en general dijo "No más guerras" y también mandó un mensaje por el día de la madre en Italia “una oración por ellas y por las que ya están en el cielo” dijo en el discurso. Se estima que unas 100.000 personas fueron a rezar para la oración en la Plaza de San Pedro. Así mismo el papa rompió el protocolo ya que dio la oración desde el balcón central de la misma (Donde ese mismo jueves tras ser elegido en el Cónclave saludo a sus fieles) en vez de en el Palacio Apostólico, como lo habían hecho los anteriores papas.
Durante esa tarde reabrió el apartamento pontificio del Palacio Apostólico, que es el lugar donde vivirá durante su pontificado.
Pensamiento y posiciones
Política de la Iglesia
En mayo de 2023, Prevost afirmó que el liderazgo episcopal debía priorizar la fe sobre la administración. La primera prioridad es «comunicar la belleza de la fe, la belleza y la alegría de conocer a Jesús». Su primer mensaje como papa enfatizó el saludo de paz de Jesús resucitado, «quien dio su vida por el rebaño de Dios», brindando «una paz desarmada y que desarma». Dijo que quería continuar la bendición del papa Francisco: «¡Dios cuida de ustedes, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá! Estamos todos en las manos de Dios».
Los temas de su primer mensaje incluyen a Jesús como la luz que el mundo necesita, la conversión en una Iglesia misionera mediante el diálogo y la apertura, la fidelidad al Evangelio, el caminar juntos en la sinodalidad (en), el trabajo como Iglesia unida por la paz y la justicia, la cercanía a los que sufren y la oración a María, que está cerca. En dos ocasiones mencionó la necesidad de no tener miedo, un mensaje constante del papa Juan Pablo II. León XIV enfatizó la ayuda de Dios para "tender puentes" para que "todos podamos ser un solo pueblo siempre en paz".
Sinodalidad
Prevost es un firme defensor de la sinodalidad, uno de los legados distintivos del papa Francisco. Considera que la participación y la corresponsabilidad de todos los fieles abordarán la polarización en la Iglesia. Más importante aún, tiene fe en que «el Espíritu Santo nos impulsa hacia una renovación». Afirma que todos los fieles están «llamados a la gran responsabilidad de vivir lo que yo llamo una nueva actitud». Esto significa «escuchar ante todo al Espíritu Santo, escuchar lo que Él pide a la Iglesia».
Mujeres
Prevost se opone a la ordenación de mujeres al diaconado, argumentando que «no necesariamente resuelve un problema» y podría generar nuevos problemas. Al comentar sobre el nombramiento de tres mujeres para el Dicasterio para los Obispos por el papa Francisco en 2023, señaló que sus perspectivas a menudo coinciden con las de otros miembros, pero pueden aportar nuevos puntos de vista valiosos.
Católicos nominales y practicantes
Prevost llegó a respaldar opiniones críticas del papa Francisco contra la hipocresía de católicos practicantes en lo litúrgico, pero que de hecho tienen una doble vida como católicos no practicantes que «van a Misa, pero no viven como cristianos», en cuanto a no dar testimonio de la Teología moral católica en sus modos de vida, lo cual genera el riesgo de producir escándalos perjudiciales a la imagen del catolicismo entre los medios de comunicación de masas o el público general, que posteriormente produce apostasías entre personas decepcionadas que se pasan al ateísmo por presenciar un mal ejemplo de vida cristiano entre figuras populares (como empresarios, artistas o autoridades), así como una relajación de la fe entre la religiosidad popular (incluyendo el peligro de que la mayoría de católicos se comporten de hecho «como paganos» llenos de indiferentismo).
Cuestiones sociales y políticas
Prevost es visto como moderado o centrista.[139][140] En abril de 2025, el periódico italiano La Repubblica afirmó que Prevost era una figura «cosmopolita» y «apreciada por conservadores y progresistas» dentro de la Iglesia.[141] Prevost se opone a la eutanasia, a el aborto[60], el libre porte de armas,[142] y a la pena de muerte.[143] También realizó duras críticas al comunismo y el socialismo por promover el relativismo moral y ser tentaciones ideológicas que esclavizan el alma en nombre de la justicia social, así como a teologías marxistas que buscan reemplazar la gracia por la revolución.[144]
“El comunismo ha penetrado incluso en ambientes cristianos disfrazado de solidaridad. Es nuestro deber pastoral desenmascararlo.”
Participación en la política de los EE. UU.
Según los registros de inscripción de votantes, Prevost votó en las primarias demócratas en 2008 y 2010 y en las primarias republicanas de Illinois en 2012, 2014 y 2016, pero nunca se ha registrado para un partido político.
En 2016, tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, Prevost compartió la opinión del cardenal y arzobispo de Chicago, Blase Joseph Cupich, de que aquello ha sido el reflejo de una gran polarización social entre los estadounidenses ante la sensación de un sistema que no les representa (influyendo en esto la alta disparidad económica, la desilusión ante la democracia liberal, y la sensibilidad al impacto social del Racismo en Estados Unidos desde la Guerra Civil), así como que en gran medida influyo en la victoria del Partido Republicano el voto de los católicos opuestos al aborto, pero que a su vez pone en riesgo la unidad de la iglesia católica en los Estados Unidos en cuanto a como promover la doctrina social de la Iglesia, debido al deseo de muchos obispos de querer atender otras cuestiones sociales que los trumpistas no muestran importancia, pero sin tampoco conceder apoyo al Partido Demócrata por sus ideas progresistas contrarios a los valores tradicionales de la teología moral católica.
Temas LGBT+
Prevost se opuso a lo que llamó «ideología de género» en los currículos escolares peruanos, afirmando que promueve «géneros inexistentes».
En 2012, durante el papado de Benedicto XVI, criticó la simpatía de la cultura popular por el «estilo de vida homosexual» y las familias diversas y las adopciones homoparentales. También considera que, si bien ser homosexual no es pecado y que estos deben ser atendidos con compasión, si considera que los actos homosexuales son pecaminosos y antinaturales (teniendo un llamado a evitar caer en la lujuria), y que los movimientos LGBT son fenómenos ajenos en Chiclayo, considerando que «todo lo que escuchamos es de fuera, de Lima y del mundo. Aquí no hay colectivos, no salen a marchar, nada de eso».
Prevost expresó reservas sobre la «simpatía por creencias y prácticas que contradicen el evangelio» y no apoyó ni rechazó plenamente la Fiducia supplicans, una declaración doctrinal sobre las bendiciones para las personas en relaciones del mismo sexo. Afirmó que las conferencias episcopales nacionales deberían «interpretar y aplicar dichas directivas en sus contextos locales, dadas las diferencias culturales».[154]
Cuestión migratoria
Prevost apoyó a los refugiados venezolanos en Perú durante su tiempo en Chiclayo. En la plataforma de redes sociales Twitter, expresó simpatía por George Floyd y criticó las políticas de inmigración de Estados Unidos bajo el presidente Donald Trump y el vicepresidente J. D. Vance.
A su vez retuiteo una crítica de Rocco Palmo contra la histeria colectiva entre los estadounidenses por la Crisis Migratoria en el país, oponiéndose a la violencia, furia y disgusto descontrolado contra los inmigrantes ilegales (haciendo énfasis a los reportes de ataques callejeros contra hispanos y latinos en California), además de los perjuicios ante niños y parejas juveniles (ya nacidos en los EEUU) que pasan miedo por la amenaza de deportación a sus padres que se esconden por irregularidad en sus documentos, a su vez que reconocía que "Nuestro sistema de inmigración ha estado roto durante mucho tiempo. Nuestros líderes podrían haberse unido y haber resuelto este problema en cualquier momento de los últimos 15 o 20 años". También reposteó en X una crítica a la reunión de Trump con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien ofreció detener a criminales de cualquier nacionalidad deportados de los Estados Unidos en cárceles salvadoreñas.
Cambio climático
Prevost ha abogado por una acción más contundente de la Iglesia contra el cambio climático, afirmando en un seminario celebrado en noviembre de 2024 que el «dominio sobre la naturaleza» no debería ser «tiránico».
Comunicación y redes sociales
En una entrevista de mayo de 2023, Prevost enfatizó la necesidad de prudencia y responsabilidad en el uso de las redes sociales para evitar «alimentar divisiones y controversias» y causar «daño a la comunión de la Iglesia». Esta opinión concuerda con su tendencia a hablar «con cautela y gran deliberación», con «férrea determinación y claridad».
Integra las páginas doradas de la historia del Club Atlético Platense. Fue tapa de la revista "El Grafico". Falleció un 19 de abril de 1970, en un accidente de tránsito en la ruta provincial 65 cuando regresaba de la ciudad de Nueve de Julio. Su figura es recordada también por la calidad conque desplegó su profesión de médico pediatra en Junín y la región. El 19 de abril de 1970 por un accidente automovilístico. Junín pierde a un destacado médico y deportista que brilló en el escenario futbolístico nacional. Se trataba de Mario Raúl Pajoni. Nació en nuestra ciudad el 31 de julio de 1910, hijo de Victoriano Pajoni y su madre Antonia Bizcarreta. Casado el 26 de marzo de 1936, con Elba Rodríguez, nacida el 25 de octubre de 1912. De esta unión nacieron tres hijos: Raúl Victoriano, Carlos Mario, Guillermo. Estudió en la UBA, fue un profesional destacado en su especialidad, con una gran personalidad. Ingresó al Hospital de Junín el 5 de junio de 1957 como oficial 7°, mas adelant...
La Inteligencia Artificial recuperó fotos antiguas del Junín en blanco y negro de la última década del siglo 19 y la recrea en colores. Qué les pasaba cotidianamente a los juninenses de la época, cómo se vestían, qué colores se usaban en el Junín de 1890 a 1900, la ciudad y sus matices. Fotos como nunca antes se vieron. ====================== 1890 ====================== La locomotora que llegó a Junín en 1884, en los primitivos talleres ferroviarios -Entre los pioneros del partido que actuaron en faenas campesinas estaba en 1890, el señor Miguel Perata, fundador de la colonia agrícola "Coronel Marcos Paz", siendo decisiva su acción y empeño y así fue como otros labradores imitaron sus pasos y contribuyeron con él al mayor desarrollo de la siembra y crianza de vacunos en la zona de Agustín Roca. En esta localidad formó parte de los gestores de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos desempeñando en varios períodos cargos de importancia. ***** -El Consejo Escolar envió una circ...
El 12 de septiembre de 1990 fallece el ex intendente Roberto Antonio Sahaspe VER SOBRE SU TRAYECTORIA Y BIOGRAFIA El 1 de mayo de 1992 fallece el doctor Carlos Quattordio VER MAS SOBRE SU TRAYECTORIA 1992: el año de defunción de los ferrocarriles argentinos Las primeras voces de alerta comenzaron concretamente el sábado 18 de enero de 1992. La lucha de la Unión Ferroviaria seccional Junín liderada por Raúl Marcos Conte. En mayo dejaron de correr "El Sanrafaelino" y "El Condor". La comitiva juninense que viajó a Buenos Aires encabezada por el intendente Abel Miguel. Cómo se fue dando el proceso de cierre. La manifestación popular que unió a Junín y Chacabuco en las estaciones. VER MAS HACIENDO CLIK ACA Los ´90: el fin del San Carlos, Italiano y Crystal En 1992 se terminaba de bajar el telón en las tradicionales pantallas de los cines San Carlos, Crystal e Italiano, poniendo fin a décadas del reinado por excelencia del séptimo arte en la ciudad que llegó a contar c...
Paredes y sitios que respiran historia -Vista actual de la ex Casa Basterreix en Benito de Miguel y Belgrano. El comercio fue fundado en 1860 por Juan y Pedro Narbondo dedicado a la venta de mercaderías generales. En el centenario de Junín la firma estaba integrada por Francisco, Luis y Julio Basterreix acompañados también por Valentí Calleja y Alberto A. Larrañaga. Actualmente -2012- funciona en gran parte del edificio, en la planta baja, la confitería "Chiqué". (Foto: Diario LA VERDAD) El rico pasado juninense es protegido por una ordenanza sancionada hace 17 años. De esta manera se busca salvaguardar monumentos vinculados al deporte, la cultura, la religión, la vida institucional y social. Junín cuenta con más de setenta sitios pertenecientes al patrimonio histórico y cultural de la Ciudad. por sus estilos, características o la historia que encierran sus paredes. A ellos se suman dos áreas consideradas como patrimonio natural: el Parque Laguna de ...
1980: Año verde para Junín El año que hasta el pan fue "Verde" en Junín. Tom Jones es el otro suceso del año. Villa Belgrano se lleva el campeonato de la Liga Deportiva del Oeste (VER MAS HACIENDO CLIK ACA) Tom Jones llega un 2 de marzo de 1980: Agua, leche, te, vodka, vino, fruta, champagne y whisky Por los años '80 la carrera de Jones tiene un repunte significativo. El espectáculo fue en la cúpula de la Sociedad Rural. Llegó en un avión de LAPA con una comitiva de 35 personas y se alojó en el Hotel Embajador. Las exigencias del divo a la productora que lo trajo a nuestra ciudad. VER MAS HACIENDO CLIK ACA Noviembre de 1980: Saint Jean en Junín se reúne con intendentes y docentes MIRA MAS HACIENDO CLIK ACA El recordado barrio Carosio: Las necesidades del sector por 1980 MIRA MAS HACIENDO CLIK ACA El 15 de noviembre de 1980 disertó en Junín el doctor Mario Socolinsky Fue en el teatro La Ranchería y en el marco de los actos programados ese año por el deci...
PERSONALIDADES DE LOS CASI 200 AÑOS DE HISTORIA JUNINENSE QUE SE DESTACARON EN LA VIDA EDUCATIVA, CULTURAL, DEPORTIVA, PROFESIONAL, SOCIAL, INSTITUCIONAL DEL DISTRITO La memoria juninense lo sigue recordando: Gastón Barral, el músico, actor y cantante que dio vuelo a las alas de sus sueños Su brillante carrera con promisorios proyectos y objetivos fue truncada el 21 de enero de 2014 cuando fue asesinado en un crimen que no se resolvió. La última actuación en Junín fue en 2013. Su recuerdo permanece vivo en la ciudad que lo vio nacer y desarrollar su carrera artística MIRA MAS HACIENDO CLIK ACA Estudiaba derecho y dejó la carrera para dedicarse a los memes: ¿Quién es el juninense que está detrás de una de las cuentas más virales del país? Se llama Emmanuel Gorjón y es el creador de "Al Pedo", una comunidad que acumula millones de seguidores en distintas plataformas digitales. En el 2019 Emmanuel fue nominado al Martín Fierro Digital, en la categoría "Mayor interacción e...
En los primeros días de octubre de 2008 entrevisté al coronel Dardo Forti, autor del libro "Hasta el último día" quien había llegado a nuestra ciudad invitado por el Taller Literario de Junín dirigido por Roberto Cánepa Leiva -en esos días celebraba los treinta años de fundación de la organización cultural- quien desarrolló una charla en el auditorio del Sindicato Empleados de Comercio. El militar -quien sigue en servicio activo- revistaba como subteniente en el momento de la contienda bélica de 1982, en el regimiento 3 de "La Tablada". El libro narra una experiencia sobre la logística y el regimiento del regimiento al cual pertenecía Forti con algo más de mil soldados que pudieron sostener su capacidad de combate gracias a los esfuerzos de quienes fueron responsables. Las dificultades de la guerra Durante la entrevista, Forti recordó que su tarea durante la guerra fue atender todo lo relativo a lo logístico, es decir, alimentación, agua, equipo, vestuario, ...
El inmueble, que se encuentra abandonado desde por lo menos cinco décadas, ha dado origen a diversas leyendas y mitos y hasta se encuentra reflejada en un sitio internacional de lugares del mundo como "La casa abandonada hace décadas". El relato de un habitante de la mística casa aportado a través del grupo de facebook "Si sos de Junín no podes olvidarte de..." "Es una propiedad que data del año 1900.tenía una entrada para carruajes y escaleras para subir a la planta superior. Quedó abandonada porque según los rumores deambulaban fantasmas". Así aportaba un juninense en el sitio de Facebook "Si sos de Junín no podes olvidarte de..." sobre la misteriosa casa de calle Carlos Tejedor 42 en inmediaciones del Colegio Marianista y que es blanco de miles de conjeturas y preguntas de una gran cantidad de juninenses y de todos los que pasan por el lugar. "Conocí una señora q había vivido ahí, me dijo q por dentro las habitaciones eran chicas, muchas ...
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