Quienes comenzaron proporcionando los elementos más imprescindibles para la subsistencia de los pobladores, desde mediados del siglo XIX, fueorn los que también se ocuparon de comercializar los productos de la fauna regional, los derivados de la ganadería y finalmente, la abundante producción cerealera. Entre ellos se encontraban Juan, Pedro y Domingo Narbondo; José Aymá; Rafael García Rey; la firma Villamil y Estaráz; Leopoldo Tosco; Isidro y Francisco Soba; Eugenio Campoamor; Francisco Basterreix; Rafael Arana; Tomás Bolado; Eugenio Cortajarena y otros. Este último se distinguió en su actividad por su caballerosidad e hidalguía, honrando al comercio de Junín e imprimiéndole un sello de ejemplar honestidad. El gentleman al que hacemos referencia alejóse definitivamente de nuestra ciudad en el año 1907, falleciendo en 1964 en San Sebastián (España) cuando contaba con 92 años de edad. Al llegar el año 1896, se incorporan a la actividad comercial de este pueblo los jóvenes hermanos F...