H an pasado muchos años, pero pese al tiempo transcurrido la figura de aquel inolvidable cura del Barrio Belgrano que se llamó Santiago Ghío, queda viva en el recuerdo de los que tuvieron la dicha de conocerlo. Quizás sea un atrevimiento trazar una semblanza de este sacerdote de la Congregación de Hijos de María Inmaculada, pues es inmensa la dimensión total del trabajo apostólico que realizó. Solamente se trata de traer algo de ese "gringo gaucho" que con denodado trabajo, supo transformar aquel "Villa" que iba creciendo paralela a las vías del ferrocarril. Nació en Bosio, un pueblo de la provincia de Alejandría, Italia. realizó sus estudios en Génova y en la Universidad Gregoriana de Roma donde se doctoró en Filosofía. Deseoso de transmitir el Evangelio a sus hermanos en la fe, obediente al mandato de sus superiores, arribó a la Argentina en 1935, instalándose en la humilde parroquia donde desplegó por muchos años su labor pastoral. Tiempos difíciles vivía la n...