Colegio San Luis: Sueño educativo de los Mayo

 


En 1912, de la mano de un destacado poeta llegado de España, nacía en Junín un colegio que anunciaba su método de enseñanza "persuasivo". Funcionó durante 37 años. Foto: Los hermanos Manuel y José Mayo en fotografías publicadas en el Album del Centenario


José Mayo, un inmigrante español de apenas 27 años, el 20 de enero de 1912 solicitó permiso para instalar un colegio privado en Junín. El 30 de marzo le fue concedida la autorización, quedando constituido el establecimiento educativo que se llamaría Colegio San Luis. El propio José Mayo sería su director y también profesor junto a su hermano Manuel.

Inicialmente abrió sus puertas en la calle Santa Fe, actual Pellegrini, 72; posteriormente funcionó en General Paz 222 y en Quintana 245.

El Colegio admitía alumnos externos, pupilos y medio pupilos. para los pupilos contaba con amplias comodidades que incluían un gran patio arbolado y comida que se anunciaba como "variada, sana y muy abundante", fundamental para que los alumnos permanecieran durante el curso escolar en perfectas condiciones de salud.

Además de la educación primaria, se dictaban también clases especiales de segundo nivel de enseñanza, preparatorias para ingresar a las escuelas de parteras, de mecánicos de la armada y otras academias oficiales.

Las clases eran principalmente prácticas, atendiendo con preferencia aquellas materias que eran consideradas como indispensables para el desenvolvimiento comercial y personal como castellano, contabilidad, correspondencia y aritmética comercial.

Con el fallecimiento de José Mayo, en 1949, el colegio perdió impulso y finalmente cerró sus puertas. 

En el Album del Centenario de Junín publicado en 1928, se incluyó una página sobre el Colegio San Luis, en la cual se resaltaba la capacidad de los hermanos Mayo, se denunciaba el "desquicio" y el "descrédito" de emprendimiento educativos privados anteriores y se indicaba que el colegio utilizaba un "persuasivo" método de enseñanza, mediante el cual los profesores se anticipaban a las faltas de los alumnos, logrando corregir "sus intemperencias e inclinación al mal".

El texto publicado es el siguiente: "El Colegio fue fundado en 1912 por los citados señores quienes desde sus comienzos pusieron en la obra todo el entusiasmo y la actividad propio tan solo de personas que sienten con verdadera vocación el sublime apostolado del Magisterio. Ellos, sin otras miras que elevar la obra que habían iniciado, mucho debieron trabajar para sostenerla, puesto que por aquel entonces mantener un colegio privado era difícil por la razón de que los existentes fueron un desquicio y un descrédito para las escuelas privadas. Pero ellos, hombres tesoneros y convencidos de que con el tiempo impondrían el Colegio San Luis, no escatimaron esfuerzos para que con el tiempo fuera una institución que mereciera la consideración que hoy le dispensa el pueblo de Junín, mandándole un buen número de alumnos como ocurre actualmente.

Y no podría ser de otra manera porque los métodos y planes de enseñanza puestos en prácticas por los profesores del San Luis son de gran mérito educacional. Ellos emplean como método el persuasivo: prevén la falta antes que los alumnos puedan cometerla y aconsejando paternalmente la manera de evitarla. Ello forzosamente llega hasta el alma de los niños, quienes corrigen sus intemperencias e inclinación al mal"(...)

"Las familias de Junín tienen en el Colegio San Luis una necesaria y cómoda institución educadora. Sobre todo las familias del campo hallan en este Colegio, las mismas comodidades que en Buenos Aires, con la doble ventaja que tienen aquí a sus hijos como en la misma casa, por lo cerca, y con más economía porque evitan los gastos de viaje y del tiempo que se emplea viajando. En caso de enfermedad, la dirección del Colegio avisa de inmediato a sus padres, quienes en un corto espacio de tiempo están al lado de sus hijos  y les pueden proporcionar los cuidados que ofrece el calor familiar" (...).

"La vida ejemplar del Colegio San Luis merece la admiración de las familias de Junín  que le dispensan la confianza más absoluta  dejando con toda seguridad sus niños en este Colegio con la certidumbre de que serán atendidos paternalmente  y aprenderán los más útiles conocimientos para desenvolverse en la vida, siendo útiles a sí mismos, a la familia y a la sociedad".

Profesores y alumnos del Colegio San Luis reunidos en un día de fin de curso, en la década de 1920.

JOSE MAYO: DOCENTE Y VICECONSUL ESPAÑOL

José Mayo Fernández nació el 3 de agosto de 1884 en Cebrones del Río (Zebrones del Riu en leones), un pequeño pueblo de la provincia de León, España. Sus padres eran Santiago Mayo y María Soledad Fernández, unos humildes labradores. Desde niño, José trabajó en el campo segando con hoz y cavando viñas.

A los 20 años de edad decidió emigrar a Cuba. Allí cortó caña de azúcar y trabajó como camarero en un hotel de Camagüey. Luego viajó a Nueva York donde trabajó como obrero. Tras dos años regresó a España, desempeñándose como celador de un colegio y dando clases de inglés. Por las noches, a la luz de una vela y sin profesor alguno, completó los estudios de Magisterio en la Escuela Norma Superior de León. Con ese título emigró a la Argentina radicándose en Junín, junto a su hermano Manuel.

En 1912 fundó el colegio privado San Luis, del cual sería también profesor de diferentes asignaturas por más de 25 años, hasta su fallecimiento.

La Asociación Nacional de Damas Patricias Descendientes de Guerreros y Próceres de la Independencia Argentina lo nombró delegado de honor en Junín y el gobierno español lo nombró vicecónsul, cargo que desempeñó durante ocho años. Además fue uno de los primeros miembros del grupo cultural Asterisco.

Pronunció numerosos discursos de toda índole. También se dedicó a la pintura y a la poesía, siendo para ello absolutamente autodidacta: nunca vio pintar ni tuvo un profesor de Literatura. Es autor de bellos cuadros y muchos trabajos literarios como Miel y Acibar, Rocío de la mañana, Hojas que se agitan, Recuerdos que perduran, Crepúsculo y Ecos de Ayer, entre otros. Muchos de sus versos los firmó con el seudónimo Ariol del Afán.

Mayo falleció en Junín el 13 de mayo de 1949, a los 64 años de edad. En 1951 se publicó el libro de poesías "Brisas y viento", con parte de su obra.

En su homenaje, una calle del barrio "Emilio Mitre" lleva su nombre.

(Fuente: Espacio de Historia de Junín, de Germán Ramos, del diario Democracia, domingo 20 de octubre de 2024)

























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