Padre Gregorio González: el eterno reconocimiento de una comunidad a un líder religioso y social

La figura del Padre Gregorio González ha logrado trascender las barreras del tiempo y se ha prolongado y se prolongará -indudablemente- en las generaciones venideras de juninenses, por todo lo que significó no solamente desde el punto de vista de lo estrictamente de su función sacerdotal y evangelizadora, sino también en su dimensión social, en su justa preocupación por la educación y la generación de los valores fundamentales del ser humano.







La foto, tomada por Alberto Haylli el 1 de agosto de 1971, constituye un testimonio irrefutable del avance que operó el barrio, Aquí se puede observar la iglesia y el sector donde se desarrollaron los primeros pasos del Coelgio "Padre Respuela" en la parte primaria. Aún no estaba la casa parroquial y el edificio del nivel secundario.






La figura del Padre Gregorio González ha logrado trascender las barreras del tiempo y se ha prolongado y se prolongará -indudablemente- en las generaciones venideras de juninenses, por todo lo que significó no solamente desde el punto de vista de lo estrictamente de su función sacerdotal y evangelizadora, sino también en su dimensión social, en su justa preocupación por la educación y la generación de los valores fundamentales del ser humano.
Tal es así el reconocimiento comunitario que el barrio que lo vio desplegar su intensa actividad cambió su nombre en julio de 1999: era Nuestra Señora del Carmen y desde esa fecha pasó a denominarse "Padre Gregorio González".

El ejemplo y conducta de vida iluminará a toda la gente de la ciudad
Público que acompañó el acto llevado a cabo en la tarde del sábado 17 de julio de 1999.

El ex intendente Abel Miguel junto al por entonces presidente del Concejo Deliberante, Oscar Peretti descubren una placa por la cual el municipio se adhirió al acto.

Y ese reconocimiento se plasmó en los mensajes que se pronunciaron ese sábado 17 de julio de 1999 por parte de quien era en ese momento presidente de la sociedad de fomento, Marcos Amarilla; un amigo del sacerdote el martillero Omar N. Garzillo (ya fallecido) quien lo calificó como "un hombre bueno, que charlaba a diario con todos, que visitaba las familias frecuentemente. Al imponerse su nombre a este barrio, el Señor no está otorgando la dicha d eestar más cerca de nuestro amigo, porque al nombrarlo a cada instante, nos imaginamos estar con él".

El entonces intendente de Junín, Abel Paulino Miguel señaló que era un orgullo estar en el homenaje y felicitó a la comisión fomentista y vecinos por el "justo reconocimiento a quien durante muchos años, los entregó a esta obra magnífica y maravillosa, un complejo educativo y que hizo que creciera el barrio, haciendo que el padre González tuviese un lugar por siempre en la historia de Junín".

Destacó que el ejemplo y conducta de vida del sacerdote "iluminará a toda la gente de la ciudad".

Por último, Jorge Omar González -hermano del Padre González- agradeció en nombre de su familia por el homenaje a quien fuera párroco de la iglesia Nuestra Señora del Carmen quien "adoptó a esta ciudad como propia y en especial a su gente, a quien quiso de verdad", indicó.


Tras los mensajes, quien era párroco en ese momento, el presbítero Raúl Norberto Seira efectuó la bendición de las placas conmemorativas.
Omar N. Garzillo y Marcos Amarilla descubren la placa que impone el nombre de Padre Gregorio González al barrio delimitado por la avenida Padre Respuela, Benito de Miguel, Circunvalación y ruta nacional 7.

Cariñoso recuerdo y merecido homenaje

El 19 de julio de 1994 falleció el Padre Gregorio González, figura precursora en el barrio y en la ciudad, párroco desde la década del ´60 y creador del complejo educativo erigido en torno a la iglesia Nuestra Señora del Carmen.

Al cumplirse cuatro años, Chichí Maza hizo llegar una nota en donde se recuerda al padre Gregorio González. La nota dice lo siguiente:

Padre Gregorio Luis González,
sacerdote iluminado por Dios, maestro,
amigo, trabajador incansable.
Primero fue la palabra de Cristo, la que
lo conectó íntimamente con sus creyentes;
luego fueron las necesidades de esos creyentes
las que lo movilizaron, porque tocaban
muy fuerte a su corazón.
Toda su fe y todo su esfuerzo lo puso al servicio
de su iglesia y convirtió a un sector casi despoblado
de nuestra ciudad, en un barrio pujante, moderno,
con su colegio primario, luego su jardín y para
completar el Colegio Secundario Padre Respuela.
Padre González: hoy, a cuatro años de su
desaparición física, padres, alumnos, maestros,
profesores y familias del barrio lo recordamos
con el mismo cariño que usted nos brindaba, sin
retaceos, lo sentimos a nuestro lado, y nos
parece ver su figura recorriendo la iglesia,
los colegios del barrio; recibiendo el cariño
y el agradecimiento permanente de su gente.



Una simbiósis párroco-barrio-instituciones

El barrio "Padre Gregorio González" fue creciendo y adquiriendo una fisonomía propia que es reconocida por toda la ciudad.

La figura predominante en la historia del sector fue el padre Gregorio González quien dio forma a su sueño: el Jardín de Infantes, Colegio Primario e Instituto Secundario "Padre Respuela", al amparo de la parroquia Nuestra Señora del Carmen.

El Padre Gregorio González fue impulsor del Instituto "Padre Respuela" con sus tres niveles.

El nivel primario vio la luz en el año 1963 y en 1970 surgió la primera salita del Jardín de Infantes, dependiente, en una primera etapa, del Colegio Primario. La separación llegó el 1 de octubre de 1983.

El 15 de marzo de 1982 comenzó a funcionar el nivel medio, Colegio Secundario "Padre Respuela", como una consecuencia del crecimiento de lo que posteriormente sería un complejo educativo parroquial en el corazón de un barrio que fue creciendo en forma armónica y sin pausa.

Extensión de la red de cloacas, gas natural, agua corriente, colocación de lámparas en la calle en las partes más necesarias, pavimento, sede social fomentista, fueron objetivos logrados a lo largo de años y décadas de imparable trabajo por las distintas sociedades de fomento que se fueron sucediendo con el objetivo prioritario y común de contribuir cada vez más a mejorar la calidad de vida de los evcinos, que cada vez son más, lo que habla de la permanente expansión.

Un hecho significativo en la historia barrial fueron, por ejemplo, las elecciones para renovar sociedad de fomento en agosto de 1997 donde se presentaron dos listas, una encabezada por la presidente saliente en ese momento, Silvia Cava y otra por quien luego sería electo, Marcos Amarilla.

Continuando con este repaso de la historia del barrio, se pueden mencionar distintos logros que se fueron obteniendo.

La realización del gas natural, la construcción de un pozo de bombeo que se logró por la unión de esfuerzos porque era un elemento que se hacía imprescindible para la red cloacal y que fue obtenido por la buena voluntad de la D.G.I. y la Municipalidad de Junín.
La Municipalidad entregó la cañería y materiales correspondientes, mientras que la empresa SurPlat, se encargó de la mano de obra de extensión de doce cuadras de red colectora, extendiéndose desde el pozo de bombeo, hasta los complejos habitacionales 144 y Junín 90. Esto tuvo lugar el sábado 21 de septiembre de 1996.

Otro hecho que se suma a la historia barrial fue el lunes 20 de mayo de 1996, cuando se inauguró el complejo habitacional Junín ´90 concretado por la Asociación Mutual de la D.G.I.

El martes 18 de julio de 1995, primer aniversario del fallecimiento del presbítero Gregorio González, se inauguró la plazoleta "Pbro. Gregorio Luis González" ubicado en avenida Padre Respuela. Esto fue aprobado por el Concejo Deliberante a través de la ordenanza municipal Nro. 3331 sancionada el 31 de octubre de 1994.

Este proyecto fue apoyado por el municipio en la persona del entonces intendente municipal Abel Paulino Miguel, autoridades comunales, empresa Ashira, Rotary Club Junín Sur, alumnos y docentes del colegio "Padre Respuela" y vecinos de la comunidad. 

El día de inauguración hicieron uso de la palabra el presidente del Concejo Deliberante Oscar Peretti, el arzobispo de Mercedes-Luján monseñor Emilio Ogñenovich y dos alumnas del colegio primario "Padre Respuela" ( foto )

Del homenaje también participó el entonces obispo de Avellaneda, monseñor Rubén Di Monte y quien al retirarse Ogñenovich, lo sucedió en el gobierno arquidiocesano.

En esa oportunidad, el entonces presidente del Concejo Deliberante Oscar Peretti, dijo del padre González: "se distinguió como sacerdote, hombre, amigo, consejero, confesor y educador. Trascendió en toda su humanidad como los hechos en la historia de aquellos que aperduran en el tiempo, nos dejan sus enseñanzas y nos transmiten su riqueza espiritual".
"Este es el testimonio de su obra -continuó Peretti- un barrio que hoy es un ejemplo, uno de los más pujantes y modernos de la ciudad de Junín. 

La trascendencia del padre González la visualizamos en haber podido percibir anticipadamente la necesidad de desarrollar la educación en este medio, al conformar este complejo con tres niveles excelentes, con una formación basada en la solidaridad, ayuda al próximo y sentimientos fraternos".

Al finalizar, el concejal señaló "son tiempos en que ojalá tuviéramos muchos padres González en el país".

El 3 de enero de 1995 fue inaugurado el pavimento en el barrio entre las calles Mariano Moreno, entre Juez Pérez y Sampayo; Mariano Moreno, entre Pastor Bauman y Juez Pérez y Juez Pérez, entre Mariano Moreno y Canavesio.

El 20 de julio de 1997, en coincidencia con el Día del Amigo, la sociedad de fomento publicó la siguiente carta: "En este día tan especial, no se puede dejar de recordar a un ser tan especial, sencillo, humano por sobre todas las cosas, gran visionario, incansable precursor de adelantos, progresos, de nuevas ideas, enérgico, que contagiaba con vigorosa fe y amor al prójimo.

...A ese ser especial, en el que cada uno de los que tuvo el place de conocerlo, encontró en él un verdadero amigo...

...No hace falta mención, pensar en él significaba reconocer su alma de niño alegre, como lo veían sus chicos, con su sonrisa a flor de piel.

...Así recordamos su eterna figura, que seguirá en la mente y en el corazón de cada uno de los que tuvieron la oportunidad de compartir un trozo de su vida y de su obra.

...Con amor se eleva una Oración al Padre Gregorio L. González, recordando su testimonio espiritual, en el tercer aniversario de su desaparición física.

En el Día del Amigo, la sociedad de fomento saluda con cariño a su continuador en la Fe, Pedre Raúl Seira", concluye la nota haciendo alusión al sacerdote que lo sucedió al frente de la parroquia "Nuestra Señora del Carmen".





La tarea de un sacerdote comprometido con sus ideales y la gente



"Si los hombres callaran, gritarían las piedras, las obras. Llegó como adelantado a este barrio incipiente y fue soñando al calor de los ideales, de la fe, para ir plasmando este monumental colegio por el que entregó gran parte de su vida", así describía el Arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Emilio Ogñenovich (ya fallecido) la figura del presbítero Gregorio Luis González.


Durante la homilía realizada en la Misa de exequias, el arzobispo recordaba que en numerosas conversaciones que mantuvo con el sacerdote, le había pedido que descansara pero siempre manifestaba su deseo: "Quiero morir de pie, junto a esta comunidad que amo, quiero y he aprendido a servirla".


Frases que describen la personalidad de un hombre, de un sacerdote entregado por completo a su tarea pastoral.


Fue ordenado el 6 de diciembre de 1953 y comenzó a desarrollar su tarea evangélica en Junín, a principios de la década del ´50 como vicario cooperador de la Iglesia Matriz San Ignacio de Loyola.


Su accionar se abocaba a la enseñanza del catecismo que se hacía en la entonces capilla Nuestra Señora del Carmen queya estaba erigida y que posteriormente se convertiría en parroquia.

Los centros misionales -de los cuales posteriormente surgirían capillas y hasta una parroquia como el caso de San Francisco de Asís-, lo tuvieron como principal animador.
Como Jesús, prefirió estar rodeado de los niños, de los jóvenes, siempre abierto a todos los requerimientos y sacando permanentemente el bien del buen tesoro de su corazón.

Un líder natural

En oportunidad de la inauguración del complejo habitacional Junín 90 viviendas llevada a cabo por la hoy AMCIPA, quien fuera el presidente de esta institución durante varios años, Horacio Ferrari por aquel tiempo secretario general de la A.E.D.G.I. y fallecido en 2011, decía en mayo de 1996:

"Al comienzo de la década del ´70, el sur de nuestra ciudad era casi un descampado surcado por algunas calles de tierra: los techos bajos de las pocas humildes viviendas parecían ser mojones de esperanza, para un progreso que no llegaba y que conducían al corazón del barrio, donde en el centro de un predio mayor, se levantaba el edificio de lo que había sido la barraca "Campini, Galdeano y Pereyra".

No recordamos cómo ni porqué se ordenó el remate de la barraca y sus lotes, sí nos imaginamos al Padre González con su sotana llegando en bicicleta cada día y a la hora señalada para comprar, sin plata, pero con pasión para servir y educar, pese a la dura oposición que en las contraofertas plantearon los intereses individuales, los terrenos y el viejo edificio.

La recordación al Padre González rememora que "ya en 1963, el Colegio de Varones Padre Respuela, abrió sus puertas y allá fuimos no más de sesenta gurrumines a sentarnos en las aulas de primero inferior, primero superior y segundo grado. Y ahora ya no imaginamos, recordamos, cuánto amor nos diste, Padre González. Fuiste el líder natural de todos los que te rodeaban, de nuestros padres y de aquellas maestras, que al igual que las de hoy, dejaron su vida para educarnos.

Vos nos enseñaste el sentido de la vida, con vos aprendimos el valor de la fe, la esperanza, la caridad, la honestidad, la equidad y la justicia. Como escribiste en aquel primer anuario de 1963 llegamos a las aulas "desnudos de espíritu y en los bancos de madera lastimada por otros iguales a nosotros, encontramos la meta luminosa, antorcha de toda nuestra vida.

Recordamos aquellas kermeses donde nuestros padres derrochaban energías organizando y luego atendiendo los distintos entretenimientos y donde hasta el más humilde de los vecinos donaba para el Colegio la lata de arvejas o el osito de felpa que legítimamente había ganado a la lotería o al tiro enblanco.

Recordamos aquella cena para dos mil personas en los galpones de Mattiazzi y nos parece verte encabezando la organización, pero además tabajando a la par de los demás.

Recordamos la celebración de los cumpleaños en el patio de la escuela y nuestra alegría compartiendo aquella torta sencilla, con vos, las maestras, nuestros padres y todos los compañeritos.

Hoy aquellas tres o cuatro aulas se hicieron más que treinta, y los tres grados pasaron a ser jardín de infantes, primario y secundario, todo aquello detrás de tu inmensa iglesia, bajo cuyo altar quedó guardado para siempre la piedra fundamental que contiene, anónimamente, los nombres de aquellos pioneros que como los que hoy continúan tu obra, ayudaron a forjar tu inmensa obra material y espiritual.

Recordamos la grandeza y bondad de todas tus maestras, cómo olvidarnos de algunas de ellas cuando nos enseñaste a quererlas y respetarlas; por vida les seguiremos estando agradecidos.

Hoy nuestros hijos conocen a nuestra señoritas "Colo" y "Nené" y nos presentan a otras que no conocíamos y que al igual que aquellas para nosotros, serán sus madres en el afecto, hoy queremos que nuestros hijos reciban todo lo que nos diste, porque como también escribiste en aquel anuario del ´63:..."Estos niños serán los encargados de escribir renglones de verdad y caridad para nuestra sociedad y para que lo logren nuestra ayuda será indispensable. Si ellos son derrotados por los obstáculos que se le presentarán en la vida, la culpa será nuestra.

Recordamos nuestra primera comunión, nuestro casamiento, el bautismo de nuestros hijos. Recordamos nuestra algarabía y tu risa bondadosa, cuando ante torrenciales lluvias y el anegamiento de las calles anunciabas "esta tarde no hay clases"... Tu presencia en todos los hogares del barrio, cualquiera fuera el motivo por el que te necesitáramos o también cuando te recibíamos en casa como invitado de honor para compartir una cena en familia...Tu denodado esfuerzo venciendo los obstáculos incluída tu sana "picardía" superando a toda burocracia que se opusiera.

Tu larga prédica a través de conducta ejemplares demostrando que lo importante no es tener más, ni tener poder entre los hombres, sino ser mejor persona y servir a los demás, porque es claro que el que no vive para servir, no sirve para vivir...A los que te criticaron con o sin causa, sin comprenderte, y para los que dejaste una última enseñanza en tu testamento espiritual al pedir perdón por tu debilidad y defectos.

Fuiste un muy digno ministro del Señor, que hoy te llamó para tenerte a su lado, que es donde mereces estar y donde te encontramos todas las noches de nuestras vidas, para que nos sigas guiando, las legiones de pequeños aspirantes a "Padre González" que sembraste en esta tierra.

Como escribiste en aquel famoso anuario del ´63: "Los humildes comienzos del Colegio Padre Respuela tuvieron algo del grano de mostaza mencionado en el Evangelio: la más pequeña de las semillas se transformó en vigoroso y bello arbusto" y la puerta de tu escuela, no es una puerta más, sino una reja serena, tranquila y somnolienta que en los ojos entrecerrados reluce mechones azules de patria...Reja entrecerrada que nunca se cierra, para que se cuelen, mañana y tarde, seres que con la frente limpia, los ojos argentinos y el corazón henchidos en Cristo aprendar a forjar un mundo cuyas armas sean la fe, la esperanza y la caridad. Por esto esto, querido Padre González, no podemos dejar de fundirnos en un abrazo con vos y decirte: nuestro barrio es tu barrio, nuestra obra es tu obra. A tu memoria, Padre González.

El último reportaje

Tuve ocasión de entrevistarlo en varias oportunidades y lamentablemente, la última charla que mantuve con él fue el jueves 13 de enero de 1994. El Padre González falleció el lunes 18 de julio de ese año en la Capital Federal donde estaba internado en el CEMIC, centro asistencial en el cual había sido intervenido quirúrgicamente debido a una dolencia que lo aquejaba desde hacía tiempo.

La intervención quirúrgica había sido satisfactoria pero complicaciones agravaron su estado de salud provocando su fallecimiento en las últimas horas de ese lunes 18 de julio de 1994.
Los restos fueron velados en el templo parroquial y sepultados a un costado del atrio tras una misa oficiada por monseñor Emilio Ogñenovich entonces arzobispo de Mercedes-Luján, y sacerdotes de toda la jurisdicción, asistiendo autoridades políticas encabezadas por el ex intendente Abel Miguel, funcionarios, instituciones intermedias y la comunidad barrial y de la ciudad.

La figura del Padre González, quien había nacido en la ciudad de Nueve de Julio, estaba profundamente enraizada con el sector que creció bajo la sombra protectora de Nuestra Señora del Carmen.

Dialogar con el Padre González significaba introducirse en la historia de este importante sector de Junín y a medida que iba desmadejando los recuerdos, uno imaginaba los duros comienzos de todos los pobladores que ya estaban asentados y los que se iban sumando.
El padre González cumplió a principios del mes de diciembre de 1993, meses antes de su fallecimiento, cuarenta años de sacerdocio. La primera misa la celebró un 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción.

Cuando comenzó su tarea en el barrio, "había muy pocos habitantes y todo comenzó en una venta de lotes. Desde allí y con el trabajo de toda la comunidad, se pudo llegar a lo que es hoy el barrio Padre Respuela", rememoró en el último reportaje que concedió.

La labor pastoral no se detuvo sino que siguió incesante, funcionando también en el ámbito parroquial un grupo de Cáritas que prestó un servicio extraordinario de ayuda a familias carenciadas ubicadas en un sector próximo al Regimiento de Artillería 101 y en el barrio "Los Almendros".

El deceso del Pbro. Gregorio González enlutó a toda la comunidad juninense, más allá de sus creencias, ya que su figura se constituyó en ejemplo para muchas generaciones y su iniciativa, su trabajo evangelizador y social, contribuyó a hacer pujante un sector importante de la ciudad.

La despedida
En la foto, monseñor Emilio Ogñenovich,  junto a la madre y hermanos del extinto sacerdote.

El miércoles 20 de julio de 1994, en el marco de congoja y dolor que afectó a la comunidad parroquial de la iglesia Nuestra Señora del Carmen fueron inhumados los restos del Rvdo. Padre Gregorio Luis González.

Los restos del Padre González fueron sepultados en un sector lindante al atrio del templo parroquial tras haberse oficiado una Misa de cuerpo presente presidida por el Obispo de la Diócesis de Mercedes-Luján monseñor Emilio Ogñenovich y sacerdotes de la diócesis.

En el momento de la misa, la capacidad del templo se encontraba colmada por fieles, alumnos de los tres niveles del colegio "Padre Respuela" como así también por autoridades civiles, encabezadas por el entonces intendente municipal Abel Paulino Miguel y el presidente del Concejo Deliberante, Oscar Peretti, educativas, policiales y militares además de representantes de instituciones intermedias.

Mons. Ogñenovich: "Somos peregrinos"

Durante la homilía, monseñor Ogñanovich sostuvo que "para nosotros, los sacerdotes, particularmente, y para los cristianos la muerte no nos asusta porque sabemos que es el tránsito necesario para la vida eterna. Sabemos que somos peregrinos en marcha hacia la vida eterna cuyo día solo conoce el Padre y ninguna fuerza tiene derecho a cortarla en cualquier etapa de la existencia, desde el comienzo de la vida hasta la muerte natural del hombre".

Agregó que "la pena humana y comprensible, queda velada desde la fe por esa alegría interior de que nuestro hermano, cargado de méritos, ha terminado ese vía crucis de quince estaciones, hasta llegar a esta estación final de llegar al cielo, estar en los brazos de Jesús, junto a la Madre que tanto amó, la Virgen María, reencontrándose con tantos otros que a lo largo de su ministerio de 41 años de sacerdote, fue ayudando, animando, apacentando, alimentando con la palabra y la vida sacramental y que se adelantaron a su llegada al cielo. Por eso, esa serena vida interior que se anida en el corazón de cada penitente".

El prelado señaló que "para el hombre que no tiene fe, qué triste ha de ser la ida de un ser querido pensando que después de la muerte, la nada. Uno no tiene palabras de consuelo, solamente el estar junto a él, acompañando en silencio. Pero para los hombres de fe, las palabras sobran y estos momentos nos ayudan a pensar en aquellas sabias palabras que ha significado en algunos un cambio total en su vida, encontrando nuevas rutas, una nueva razón de vivir; de qué le aprovecha al hombre ganar todo el mundo, si al fin pierde lo único que tiene valor: la vida preciosa de la vida eterna".

"Estamos serenamente tranquilos porque sabemos que el Padre Gregorio le respondió que sí a ese llamado silencioso pero insistente del Señor, cuando en su adolescencia sintió el llamado para seguir a Jesús que lo necesitaba como sacerdote para hacerse presente en la carne humana en medio de la comunidad. Puso las manos en el arado, siguió su marcha en una fidelidad a la Iglesia y a su sacerdocio de 41 años", resaltó el obispo al referirse a la vocación sacerdotal del querido y popular Padre "Goyo".

Al hacer mención al trabajo realizado en la comunidad del barrio, monseñor Ogñenovich destacó que "si los hombres callaran, gritarían las piedras, las obras. Llegó como adelantado a este barrio incipiente y fue soñando al calor de los ideales, de la fe, para ir plasmando este monumental colegio por el que entregó gran parte de su vida, momentos nos todos fáciles y felices, sino un camino sembrado de rosas y de espinas pero siguió adelante. En las conversaciones con él le pedí en más de una oportunidad que descansara junto a su familia y así contribuir a su recuperación, pero siempre me respondió así: Emilio, yo sé que no se bueno para mi salud, pero es bueno para mi alma. Quiero morir de pie junto a esta comunidad que amo, quiero y he aprendido a servirla".

Finalmente, monseñor Ogñenovich -ya fallecido- expresó en aquel momento: "quiero decirte, hermano sacerdote, gracias por lo que has hecho y por lo que fuiste. Recuérdanos, tú, que ya estás en el cielo para que al final de nuestros días, las obras que realicemos sean la única corona que llevemos a nuestra vida eterna. Descansa en Paz, tus obras te siguen".

Condolencias del cardenal Quarracino

El por entonces cardenal Antonio Quarracino (fallecido el 28 de febrero de 1998 y que fue ordenado sacerdote en Luján tras haber cursado sus estudios en el Seminario de La Plata, siendo también profesor del Seminario de Mercedes y obispo de Nueve de Julio-ciudad de la que era oriundo el Padre González- entre 1962 y 1968), envió un mensaje de adhesión ante la imposibilidad del prelado de trasladarse a nuestra ciudad para despedir los restos de su amigo sacerdote.



Los sacerdotes que participaron de la Misa de Exequias el miércoles 20 de julio de 1994 retiran del templo el féretro conteniendo los restos del Pbro. Gregorio González para sepultarlo en el atrio de la iglesia parroquial.
 Una vista de la multitud que se congregó para tributar el último adios al querido y popular Padre Goyo, en la tarde del miércoles 20 de julio de 1994.

TESTAMENTO ESPIRITUAL

Declaro que amo a la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, por la cual he trabajado toda mi vida.
Que amo a la Santísima Virgen María, a la que he consagrado mi sacerdocio.
Amo mucho a mi Parroquia, a la que he dejado mis años con alegría.
Pido perdón a todos mis feligreses a los que pude haber ofendido por debilidad y/o defectos.
Agradezco al personal docente del Colegio Primario y Jardín de Infantes, quienes me han acompañado en las buenas y en las malas.
Agradezco a todo el personal del Colegio Secundario y a la comisión Cooperadora de la Parroquia y Colegios que ayudaron a levantar la obra.
Doy gracias a Dios por todo lo que me ha brindado: una buena familia, madre, hermanos, cuñados, buenos feligreses y amigos.
Bendigo a todos y especialmente a los niños de mi Colegio, de mi Parroquia y de mi barrio.
Pido que recen por mí, cuando vaya a la casa del Padre Celestial.



Iglesia Nuestra Señora del Carmen (2012)



Fachada del Colegio Secundario "Padre Respuela" sobre la avenida del mismo nombre (2012)






















Comentarios

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