En 5.000 años, Junín tendría salida al Océano Atlántico

El dato surge de una hipótesis que trazó la National Geographic sobre los efectos del calentamiento global. Capital Federal y Rosario desaparecerían bajo el agua al igual que parte de la provincia de Buenos Aires.
         




National Geographic elaboró un mapa interactivo que muestra cómo quedaría la Tierra si el calentamiento global derrite a toda la masa de hielo. El calentamiento global que, de no detener su ritmo, en unos 5000 años derretiría toda la masa de hielo del planeta, que se volcaría al mar y cubriría ciudades como la capital argentina, Londres, Tokio, Lima, Nueva York, Barcelona, Shangai, Amsterdam y San Francisco, entre otras, según un mapa interactivo elaborado por National Geographic (NG).
"Si seguimos añadiendo carbono a la atmósfera contribuiremos a crear un planeta sin hielo y con temperaturas promedio de 27 grados en lugar de 14", advierten los especialistas que trabajaron en la proyección de lo que podría ocurrir si se desvanecen los cinco millones de kilómetros cúbicos de hielo distribuidos a lo largo y ancho de la Tierra.
En total, son siete mapas que muestran en detalle qué podría pasar en América del Sur y del Norte, Africa, Europa, Asia, Australia y la Antártida.
En América del Sur, la cuenca del Amazonas, en el norte, y la cuenca del río Paraguay, en el sur, se convertirían en las entradas del Atlántico, acabando con Buenos Aires, la costa de Uruguay y la mayoría de Paraguay. Sobrevivirían extensiones montañosas a lo largo de la costa del Caribe y América Central.
Teóricamente, parte de la provincia de Buenos Aires desaparecería hasta casi el límite con ciudades como Junín y 9 de Julio, lo que determinaría que nuestros descendientes de ese momento vivan en poblaciones costera. Igual suerte correría otra ciudad cercana como Bragado. De acuerdo a este mapa, esta región bonaerense estaría en el límite de la parte continental y el mar, de no sucumbir bajo sus aguas por escasos kilómetros.
En Argentina también quedarían bajo agua parte de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco, Corrientes y Formosa.
Del Cono Sur, Chile no sufriría ningún daño considerable.
De continuar el ritmo de calentamiento global de la actualidad, en 5 mil años más ciudades enteras podrían desaparecer, de acuerdo al mapa que muestra qué ocurriría si los más de 20 millones de kilómetros cúbicos de hielo se derritieran.
Así, veríamos a todos esos conocidos lugares completamente inundados y cubiertos por los 66 metros de agua extra.
Además, la temperatura promedio pasaría de los 14º de la actualidad a 26º centígrados.
En el caso de Chile, el mapa no destaca ningún punto en especial, aunque no parece improbable que las principales ciudades costeras sufran algún daño.

El mundo del futuro

En América del Norte, la costa atlántica se desvanecería junto con Florida y la costa del golfo. Mientras que San Francisco, en California, se convertiría en un grupo de islas y el valle central en una bahía gigante. Nueva York y Miami también quedarían sepultadas por las aguas.
En comparación con otros continentes, África perdería menos extensión de tierra, pero el aumento del calor la haría mucho más inhabitable. Ciudades como Egipto, Alejandría y El Cairo serían inundadas por el Mediterráneo.
En el caso de Europa, Barcelona sería una de las grandes ciudades que pasarían a estar completamente anegadas, ante el avance del Mediterráneo, que también habría engullido los mares Negro y Caspio. Londres y Venecia serían sólo bonitos recuerdos. A los Países Bajos no les habrían servido de nada sus diques y la mayoría de Dinamarca se iría también a pique.
África apenas perdería su contorno actual pero habría que decir adiós a El Cairo y Alejandría: todo su patrimonio quedaría sumergido. En Asia, las peores consecuencias se las llevarían Bangladesh, totalmente anegada, una zona de China que habitan ahora mismo 600 millones de personas y una buena franja de la costa de la India. Tokio: desaparecida.
En Australia, por último, las consecuencias serían nefastas. Observando el mapa no hay una gran diferencia comparando la silueta actual con el hipotético deshielo. Pero un dato es clave: cuatro de cada cinco australianos viven en las proximidades de la costa, lejos de las regiones desérticas que ocupan la mayor parte del continente. Australia, así, ganaría un mar interior, pero perdería gran parte de la estrecha franja costera en la que viven cuatro de cada cinco de sus habitantes.

De vuelta al Eoceno

Es sólo una proyección, pero sustentada en datos sólidos. El geoquímico Gavin Foster, de la Universidad de Southampton, en Inglaterra, explica que «la concentración de dióxido de carbono llegará a las mil partes por millón a finales de siglo». Una cifra que no se alcanzaba en la Tierra desde los inicios del Eoceno, hace 50 millones de años. ¿Qué ocurría entonces? Que no había hielo.
5.000 años es, quizás, un plazo demasiado largo como para despertar las conciencias necesarias para frenar la escalada de las emisiones contaminantes y el calentamiento global. Para entonces, si las previsiones no fallan, habremos dicho adiós a un buen puñado de las ciudades más emblemáticas del planeta. Aunque no habrá que esperar tanto: los expertos vaticinan que dentro de dos siglos Nueva York estará plagada de canales. Como Amsterdam, la ciudad de sus fundadores.


Comentarios




 



 



 








LA ACTUALIDAD