El primer teléfono en el Barrio Belgrano: lo tuvo el hipódromo

Fue por allá lejos, donde la mirada se va perdiendo en lontananza: 1915. La entonces Villa Belgrano o Tierra del Fuego, tenía un pequeño hipódromo, estaba un poco más adelante de lo que fueron los hornos de don Saverio Di Marco. Había empalizada y una pista que era preparada por gente experta para que llegado el domingo, todo estuviera listo y así repetirse la inextinguible frase: "Largaron". El programa era variado ya que no faltaban las pruebas de trote y las de lonjas en cuyos lances los jinetes hacían derroche de habilidad y de coraje sobre la cruz de los pingos. En el entrevero estaban los que ahora llaman "catedráticos", los de vista corta y larga, y aquellos que gustaban del acomodo. Los desafíos concitaban el interés de concurrencias numerosas y se cruzaban fuertes apuestas entre los partidarios de los parejeros montados por mozos habilísimos como fueron Brígido Acosta, más mentad...