Necesidad de médico, ropas, malones, fusilamientos y detenciones. La vida en el Federación 8 años después de su fundación

El intercambio de correspondencia entre el comandante Mariano García y Juan Manuel de Rosas, de quien se declara su súbdito, demuestra la absoluta sumisión del primero.
En la época que estamos analizando (1835), Federación carecía nuevamente de médico. De ahí  que el 12 de mayo García dirigía al gobierno la siguiente nota; "Recuerdo también la pronta remisión de facultativo y botiquín porque el número de enfermos es considerable sin que tengan recurso alguno. la falta de profesor desmaya a la tropa y por la misma razón el vecindario no tendrá los aumentos que debía: esta medida es de preferencia".
Razón de sobra tenía el comandante García al referirse al progreso del fuerte. En efecto, la situación de la tropa y la del vecindario se tornaba cada vez más crítica, en especial la de la primera que se hallaba semidesnuda según lo hacía notar el jefe del regimiento 4 de Campaña por medio de la nota que a continuación se reproduce:
"Fuerte Federación, agosto 6 de 1835.- al Sr. Inspector y Comandante General de Armas Coronel Mayor Don Agustín Pinedo. tengo el honor de remitir a V.S. adjunto un estado de las fuerzas, armamento, vestuario y monturas del escuadrón de carabineros de línea del regimiento de mi mando. El poco vestuario que hoy tienen apenas vasta para cubrir sus carnes...Se agrega a esto que como el escuadrón se aumenta con rapidez y los que vienen son muy pobres acaban en pocos días con las malas ropas que traen y permanecen en un estado lastimoso.
Si pues ha de remontar el escuadrón a trescientas cincuenta plazas según disposición del Superior Gobierno es necesario contar con el competente número de vestuario, monturas y suficiente dotación de arma".
Además, en la nota referida, solicitaba el urgente envío de sal, papel para cigarrillos, carbón, dos ejes para el carro de policía, etc.

De inmediato Rosas dispuso la remisión de todo lo solicitado, agregando trescientos cincuenta chiripás con una estrella punzó cada uno.
El transporte de estos artículos y de otros semejantes solía hacerse en cañoneras hasta San Nicolás de los Arroyos y desde ese punto en carretas hasta Federación.
En el mes de agosto, el gobernador Rosas ordenó al comandante García la detención del oficial de artillería Rafael Bourgeois, quien encargado de la correspondencia oficial desde Buenos Aires hasta el fuerte, en cierta ocasión partió de la capital sin comunicarlo previamente al gobierno violando, de esa manera, una dé las órdenes más severas de Rosas.
En ese mismo mes, García dispuso instruir proceso contra el vecino de la Guardia de Salto, Juan Maza y Avilés. Esta medida no fue aprobada por Rosas, quien entendía que el caso era de la competencia del juez de paz de Salto.
Al conocer García la opinión del gobernador, se apresuró a escribirle una carta con fecha 26 de agosto que decía: "Mi injerencia en estas causas ha sido el efecto de un error involuntario y en gran parte del interés que me tomo por el bien de estos pueblos que consiste en el orden y bien conoce V.E. de ahora, y de antes de ahora, que los jueces o miran con indiferencia los males que afligen a sus pueblos o no les hacen frente por temor o porque capitulan con los delincuentes y en tales casos cree uno que está autorizado por la ley de la necesidad y se engaña como efectivamente me engañado yo cuando creó acertar.
Lo que si puedo decir a V.E. es que con las medidas adoptadas en algunos pueblos ha renacido la paz y la seguridad de las personas y propiedades y algunos jueces se han despertado.
La verdad que esto no justifica mi procedimiento porque debí acordarme que la ley está antes de todo y este descuido siento que me ocasione pesares por mi celo indiscreto aunque ha sido un mal feliz.
Deseando la importante salud de V.E. me repito de V.E. afable e infariable subdito".
En circunstancias que un piquete del escuadrón de línea Nro. 2 marchaba hacia Federación, once soldados se sublevaron. A raíz de ello, Rosas ordenó que cuatro de los sublevados fueran fusilados en la plaza del fuerte en presencia de los restantes a los que, por su parte, se les recargaba en cinco años el servicio en la compañía.
El 18 del mismo mes de octubre, era hecho prisionero el teniente primero de artillería Rafael Bourgeois sobre quien, como hemos visto, pesaba una orden de detención emanada del propio Rosas. La detención fue llevada a cabo por el sargento mayor Félix Antonio de Meneses, a cargo, interinamente de la comandancia del Fuerte.
El 29 Rosas ordenaba también, el fusilamiento del sargento primero de la Compañía de Dragones del Fuerte, José María Figueroa. La respectiva sentencia decía:
"Visto el presente sumario se condena al sargento 1ro. de la Compañía de Dragones del Fuerte Federación José María Figueroa a la pena ordinaria de muerte en la plaza pública del referido Fuerte; a cuyo efecto y puntual cumplimiento vuelva al Comandante del Fuerte Federación Coronel Don Mariano García para que dándose al reo después de leída este sentencia tres días de tiempo para que reciba los auxilios espirituales preparándose a morir como cristiano católico apostólico roman se procesa a su vencimiento a pasarlo por las ramas confome a ordenanza".
En el mes de noviembre se produjo una fuerte invasión de indios en las inmediaciones de la laguna El Potroso. Meneses puso en conocimiento del coronel García la noevdad y este al día siguiente se ponía en marcha desde Melincué donde se hallaba. Mientras tanto el cacique Yanquelén al frente de 250 indios había ya emprendido la persecusión de los invasores. Esto, y la noticia posterior de que el número de atacantes no era de la magnitud asignada en los primeros momentos, determinó a García dirigirse nuevamente hacia Federación.
Yanquelén continuó su tenaz persecusión y luego de tres días de marcha, el 3 de diciembre les dio alcance, rescatando cuatro cautivos y casi toda la caballada robada que alcanzaba a 800 cabezas.
Además fueron hechos prisioneros los jefes de la invasión Cariniquel, Payné y Guñupuel quienes en cinco días fueron entregados prisioneros en el fuerte.
































































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