Versión en español de la página web del Vaticano, en la noche del jueves. Ya se indica que la Iglesia está en el período denominado "Sede vacante" |
"Ya no soy Papa", dijo el pontífice antes de rectificar, "ya no seré Papa, sino un peregrino", ante la muchedumbre que lo despedía entusiasta en Castelgandolfo, en su último día como pontífice.
"Ya no seré Papa sino un simple peregrino que se encamina para su última etapa como peregrino en la tierra", afirmó desde el balcón del la residencia papal donde residirá los próximos dos meses antes de retirarse en un monasterio del Vaticano.
"Gracias, gracias de corazón", dijo el Papa.
"Quisiera trabajar aún con todo mi corazón, con mi amor, oración y reflexión por el bien de la Iglesia y por el bien de la humanidad", agregó, al tiempo que los fieles clamaban: "Viva el Papa", "Viva el Papa" y lo aplaudían.
SU ÚLTIMA BENDICIÓN
Benedicto XVI abandonó este jueves el Vaticano al son de las campanas de Roma y se dirigió en helicóptero a Castelgandolfo, donde ofreció su
última bendición, menos de tres horas antes de que se haga efectiva su renuncia, la primera de un papa en siete siglos.
El helicóptero con el Papa Benedicto XVI a bordo vuela más allá de San Pedro. |
El todavía jefe de la Iglesia Católica salió al balcón para impartir desde allí su última bendición.
"Ya no seré Papa, sino un peregrino", dijo Joseph Ratzinger, el papa alemán, de 85 años, a punto de poner fin a un pontificado de ocho años, marcado en los últimos tiempos por los escándalos y las intrigas.
El Papa emitió otra bendición en su último tuit, difundido poco después de su partida del Vaticano. "Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro de vuestra vida", escribió en la red social.
Benedicto XVI anunció inesperadamente el 11 de febrero la decisión de renunciar a su misión, por "falta de fuerzas".
En su última jornada como Papa, pidió "unidad" a la Iglesia en una breve ceremonia de despedida ante 144 cardenales reunidos por la mañana en la Sala Clementina del palacio apostólico en el Vaticano.
También prometió "reverencia y obediencia" a su sucesor, que será elegido en un cónclave cardenalicio. Una afirmación que, según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, demuestra que no tiene "ninguna intención" de interferir en las decisiones del
futuro Papa.
A las ocho en punto de la noche (19h00 GMT) se hará oficial su renuncia y el Vaticano entrará oficialmente en periodo de "Sede Vacante" abriendo la vía a la celebración de un cónclave que deberá elegir al próximo jefe de la milenaria institución.
Benedicto XVI, convertido en "Papa Emérito", permanecerá unos dos meses en Castelgandolfo, antes de instalarse en un convento en el Vaticano que está siendo reformado para acogerlo.
Su Santidad Benedicto XVI saluda a sus fieles desde un balcón en la residencia de Castelgandolfo. |
El Papa a bordo del helicóptero que lo transportó a Castelgandolfo |
Camino al cónclave
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La renuncia del pontífice, un hecho sin precedentes desde la de Celestino V en 1294, abre la vía a la celebración de un cónclave que podría empezar en la segunda semana de marzo si todos los cardenales están ya en Roma.
Entre los nombres más mentados para su sucesión figuran el de los cardenales brasileños Claudio Hummes y Joao Braz de Aviz, así como el del filipino Luis Antonio Tagle o el del canadiense Marc Ouellet, un gran conocedor de América latina.
El Vaticano confirmó este jueves que ya ha recibido 3.641 demandas de acreditación de 668 medios de comunicación de 61 países para seguir la elección.
La decisión de Benedicto XVI marca un precedente en la historia moderna de la Iglesia Católica, que cuenta con 1.100 millones de fieles en todo el mundo.
Entre los temas que el próximo Papa tendrá sobre la mesa figuran la difusión del mensaje católico más allá de la congregación de fieles, la modernización de la institución y la
respuesta a las acusaciones de corrupción y de encubrimiento de curas pedófilos.
Benedicto XVI se despidió el miércoles de los fieles en una multitudinaria audiencia en la plaza de San Pedro, donde confesó haber vivido días agitados durante su papado, aunque dijo que la iglesia sigue "viva" y que Dios no la dejará "hundirse".
Durante esta inédita despedida papal transmitida en directo por televisión, el jefe de la Iglesia explicó que "no abandona la cruz", una respuesta al desconcierto y a las críticas que ha
suscitado su gesto entre algunos católicos.
CELESTINO V, ÚNICO PRECEDENTE DE PAPA QUE RENUNCIÓ
La renuncia del papa Benedicto XVI es un acontecimiento casi inédito en la historia de la Iglesia católica, ya que el único precedente conocido se remonta a hace más de siete siglos, cuando Celestino V (foto) abandonó voluntariamente el trono de San Pedro.
Además de éste, otros papas se retiraron en circunstancias históricas particulares, más o menos conocidas, pero en ninguno de esos casos se trató de una renuncia propiamente dicha.
Celestino V renunció a su función el mismo año de su elección, en 1294. El religioso había sido ermitaño hasta su nombramiento como sumo pontífice, y no se sentía preparado para asumir el liderazgo en la Iglesia.
Nacido en 1215 en una familia modesta, Pietro del Morrone vivía como monje benedictino en las montañas de los Abruzos cuando los doce cardenales del cónclave de Perugia vinieron a anunciarle su elección en julio de 1294. La elección de un desconocido debía poner fin a la guerra entre Güelfos y Gibelinos por la sucesión de Nicolás IV, fallecido dos años antes.
Pietro del Morrone toma el nombre de Celestino V y traslada la corte a Nápoles. Pero el nuevo Papa no tarda en exponer las razones que le impiden asumir su función: su humildad y su salud.
Por ello, renuncia el 13 de diciembre de 1294, en acuerdo con los cardenales.
El 24 de diciembre, el cardenal Benedicto Gaetani es designado para sucederlo, con el nombre de Bonifacio VIII. El nuevo pontífice mantiene por la fuerza a Celestino a su lado. El monje intenta escaparse para unirse a su orden, que adoptará el nombre de "Celestinos", pero los guardias del Papa le dan caza. Celestino V fallece en 1296 y es enterrado en la iglesia de su orden en LAquila.
La eventualidad de la renuncia había sido prevista por varios pontífices a lo largo del siglo XX, y en último lugar por Juan Pablo II, que la contempló explícitamente en la Constitución
apostólica Universi dominici gregis, publicada en febrero de 1996.
A pesar de una larga agonía, no recurrió a ella.
Años más tarde, Joseph Ratzinger afirmó en el libro de entrevistas, Luces del mundo, que un Papa "tiene el derecho y, según las circunstancias, el deber de retirarse" si siente que
menguan sus fuerzas "físicas, psicológicas y espirituales".
LAS ETAPAS PARA LA ELECCIÓN DE UN NUEVO PAPA
Tras la renuncia del papa Benedicto XVI, que se materializará este jueves, empezará el
proceso en varias etapas para elegir al próximo jefe de la Iglesia Católica.
SEDE VACANTE - A las 19h00 GMT, la hora fijada para que se haga efectiva la renuncia, se abrirá el periodo llamado de "sede vacante", es decir de trono vacante, a partir del cual dejarán sus funciones todos los jefes de los dicasterios (los ministerios) de la Curia Romana, el gobierno de la Iglesia. El viernes, el Vaticano imprimirá un sello especial utilizado durante la sede vacante.
El CAMARLENGO, LÍDER TEMPORAL DE LA IGLESIA- El camarlengo (administrador de la propiedad y las rentas del Vaticano) será temporalmente el máximo responsable de la Iglesia durante el interregno. El papa Benedicto XVI nombró en 2007 para ese cargo al número dos del Vaticano, el cardenal italiano Tarcisio Bertone.
CARTA PARA CONVOCAR A LOS CARDENALES - Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio (también llamado "sacro colegio"), enviará el viernes cartas a todos los cardenales (tengan o no derecho a voto) para convocar las llamadas "congregaciones
generales" , donde se empieza a discutir el nombramiento del nuevo papa.
EL ANILLO DEL PESCADOR - El anillo del pescador, un anillo de oro macizo que llevan todos los papas con su nombre grabado en latín y que en la antigüedad servía para sellar documentos, será destruido a martillazos por el cardenal Bertone cuando empiece la
primera reunión de cardenales, lo cual evitará cualquier falsificación. El camarlengo también será el encargado de colocar el anillo en el dedo al nuevo Papa.
LA FECHA DEL CÓNCLAVE - Durante las congregaciones, los cardenales también deciden la fecha del cónclave. La constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada el 22 de febrero de 1996 por Juan Pablo II, fijaba un plazo de 15 a 20 días desde la declaración de la "sede vacante" para el inicio de esa asamblea de purpurados. Pero antes de renunciar, Benedicto XVI publicó un decreto ("motu proprio") que permite anticipar la fecha "si los cardenales están presentes" en Roma.
PARTICIPANTES Y DURACIÓN DEL CÓNCLAVE - El cónclave (del latín "cum clave": "bajo llave") es la reunión a puertas cerradas de 115 cardenales "electores", aunque el número podría variar. En 1970, el papa Pablo VI fijó en 80 años la edad límite para tener derecho
a voto. La duración del cónclave no está fijada de antemano.
SISTEMA DE ELECCIÓN - La elección se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, dentro del palacio apostólico del Vaticano. Se necesita una mayoría de dos tercios para nombrar al nuevo papa. La votación se hace con papeletas que se ponen dentro de un cáliz.
HUMO BLANCO, HUMO NEGRO - Durante el cónclave se vota dos veces por la mañana y dos veces por la tarde. Tras cada votación, las papeletas se queman en una estufa especialmente en la Capilla y que tiene salida al exterior. Si no se alcanza un acuerdo, se
añaden productos químicos (en la antigüedad era paja húmeda) para que el humo sea negro. Si el resultado es positivo, se queman las papeletas, lo que provoca el humo blanco que anuncia la elección del nuevo Papa. En ese momento la gran campana de la Basílica de San Pedro empieza a redoblar.
DOS PREGUNTAS PARA EL NUEVO PAPA - Una vez elegido, el nuevo Papa responde a dos preguntas. "¿Acepta su elección canónica como Soberano Pontífice?" y "¿Con que qué nombre quiere ser llamado?".
Si responde positivamente a la primera pregunta, el elegido se convierte en Papa y arzobispo de Roma.
Luego pasa a una habitación anexa, llamada "Sala de las lágrimas" porque muchos pontífices lloraron en ella al tomar conciencia de la importancia del cargo. El nuevo Papa se pone
entonces una de las tres sotanas blancas (de tallas distintas) preparadas por el sastre oficial del Vaticano.
El "protodiácono" (el cardenal más veterano, actualmente el francés Jean-Louis Tauran) anuncia entonces la noticia desde el balcón de la Basílica de San Pedro, con la fórmula en latín "habemus papam ("tenemos Papa"), revela el nombre del nuevo pontífice e imparte la bendición "Urbi et orbi" ("a la ciudad y al mundo").
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