Pablo Vargas, brazo viril, pecho de soldado argentino, corazón de prócer

 

Nació en Santiago del Estero y falleció en Rufino en 1911. Sus jefes militares destacaron siempre ampliamente su valor y conocimiento del terreno. Fue distinguido por el presidente Domingo Faustino Sarmiento. Destaca el historiador Luis Sciutto Ferretto:  "La avenida del progreso (actual Pastor Bauman) en aquel entonces aledaña, y frecuentemente transitada por el heroico miliciano durante sus vigilantes recorridas, con el bien justificado nombre de este esforzado custodio".


Dice el historiador Luis Sciuto Ferretto en su libro "Junín en la historia y hombres que lo impulsaron" (1967):

"Junín tiene un héroe, un hombre que actuó en estas tierras de adopción después de emigrar de su nativa Santiago del Estero; enastó con tacuaras las lanzas de combate y ciñó sable a la cintura, peleando heroicamente en defensa de la civilización y del progreso.

A causa de nuestro olvido injustificado todavía no se ha comenzado a citarlo en las escuelas locales con la merecida consideración a la que se ha hecho acreedor.

Vargas se destacó por la hidalguía de sus actos, así como por el valor demostrado en sus frecuentes entreveros con los indios ranqueles en aquellos azarosos tiempos que le tocara vivir.

Actuó como un adalid ejemplar, ora trabajando en los campos de labranza y en los rodeos de hacienda, ora parando en lucha organizada o en arriesgada acción personal, los continuos intentos depredatorios de los aborígenes que se hacían presentes en la zona. Era habitual que éstos, tras incendiar las viviendas y pasar a degüello a los hombres que caían heridos o que eran hechos prisioneros, se llevasen cautivos a las mujeres y a los niños como parte integrante del botín.

La alusión atañe a tribus de indios ranqueles, capitaneados por el bravo, audaz y temible cacique Pincén, indicando ello que se trataba de comportamientos heroicos y decididos tanto de una como de otra parte.

Pablo Vargas, brazo viril, pecho de soldado argentino, corazón de prócer; siempre firme en la barrera interruptora de cualquier invasión enemiga. Lanza en permanente posición de ataque, sable blandido con destreza, habilidad para dar el golpe y puntería para arrojar "las tres marías" a las patas de los caballos de los jinetes que huía n (N.de la R.: Las tres Marías, uno de los tipos de boleadoras usadas por los gauchos argentinos. Las Tres Marías tiene tres ramales de varias longitudes y varios pesos para que se extienda y capture al animal. Las Tres Marías fueron usadas principalmente para los animales grandes como ganado).

Erguido sobre el recado, en su escogido pingo zaino, escudriñaba con ojos de lince el horizonte, tratando de descubrir cualquier peligro en cierne para aprestar de inmediato la defensa.

Los indios atacaban desde el sur por el Paso de Piedra del Río Salado o costeando la Laguna de Gómez cuando ésta se encontraba poco crecida. Desde el oeste penetraban por la angostura que separa la laguna de Gómez de la laguna Mar Chiquita, sitio donde hoy se encuentra el Puente Morote.

Hablar de Pablo Vargas significa despertar una tónica de espiritualidad y patriotismo que conduce a nobles emociones y motiva el respeto y sincera consideración a lo tradicional en todo el valor que ello encierra.

He aquí otros antecedentes que honran la trayectoria militar del capitán Pablo Vargas.

El 28 de septiembre de 1873 el comandante de la frontera Norte y Oeste, coronel Hilario Lagos solicita a la Superioridad la incorporación permanente de Pablo Vargas a la plana mayor de la Comandancia de Junín, con los siguientes fundamentos:

"Existe en el regimiento de Guardias Nacionales de este punto, el capitán Pablo Vargas el que ha servido desde Alférez en el mencionado cuerpo, habiendo con este motivo adquirido gran influencia entre sus compañeros de armas, debido a su comportación toda vez   que se ha ofrecido batir a los indios agregándose a todo el completo conocimiento del desierto".

El mismo militar en otro informe del 1 de septiembre de 1873 pide premiar a Vargas con el alta de defender la frontera, resolución que es firmada por el Presidente Sarmiento, aunque se ha comprobado que siguió en acción durante mucho más tiempo.

El 3 de agosto de 1874, Vargas al frente de unos 30 guardias nacionales logra detener otra importante invasión de indios en el paraje denominado "La Caldera" y toma prisionero al bravo capitanejo Coillá. El coronel Rufino Victoria, inspector general de armas, al llevar a conocimiento del Ministerio de Guerra, este hecho, informaba:

"Habiendo sido notable la conducta que observó en este encuentro el capitán Pablo Vargas, me permito recomendarlo a la consideración de Vuestra Excelencia".

Igual reconocimiento se hace para el capitán Pascual Leiva y el alférez Fermín Sánchez los que, acompañando a Vargas habían peleado con arrojo y valentía.

El historiador y periodista Raúl Roux escribe:

"Uno de los hombres más fieles al comandante Ataliva Roca fue el capitán Pablo Vargas: excelente persona, gaucho valeroso y habilísimo baqueano, pues conocía palmo a palmo el desierto; que gozó no solo de la consideración de Ataliva Roca, sino también de todos los jefes de frontera, incluso  la del coronel Villegas, quien le obsequio su retrato con una sentida dedicatoria".

El mayor Benjamín Moritán -héroe de Boquerón- le regaló su propia espada, en tanto que el gobierno de la provincia de Buenos Aires lo distingue obsequiándole un revólver con la siguiente inscripción: "El gobierno de la provincia al capitán Pablo Vargas".

En el año 1909 el Congreso Nacional, a moción del diputado Pedro Luro, le acordó una pensión graciable de doscientos pesos mensuales que le permitió solventar sus gastos durante los últimos dos años de su vida".

Y el historiador hace una alusión final en su reseña: "Nuestras autoridades municipales presentes o futuras, procederían con estricta justicia histórica si rebautizaran a la avenida del progreso (actual Pastor Bauman) en aquel entonces aledaña, y frecuentemente transitada por el heroico miliciano durante sus vigilantes recorridas, con el bien justificado nombre de este esforzado custodio. Y para completar el merecido homenaje, también deberían procurar el traslado de sus restos que nos honran y nos pertenecen- sepultados y olvidados en la ciudad de Rufino, luego de su muerte acaecida en el año 1911.

Capitán Pablo Vargas...la historia no debe olvidarte"

Lamentablemente a 113 años de su muerte estos homenajes pedidos por Luis Sciutto Ferreto no se concretaron, aunque Vargas es recordado con una calle en su memoria que atraviesa los barrios Emilio Mitre y Ricardo Rojas hasta la avenida Circunvalación.

 

 

ADHIEREN AL CICLO HISTORIAS FUNDACIONALES (DECIMA EDICION) 196 AÑOS DE JUNIN






























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