Osvaldo Zubeldía: Un revolucionario del fútbol, de Junín al mundo

Desde Villa Ortega en nuestra ciudad su pasión lo llevó a Vélez, River, Boca, Banfield y dirigió Atlanta. Las innovaciones tácticas planteadas por el juninense en el fútbol de los ´60. El historial en Estudiantes. El "kinder" de Zubeldía en el fútbol colombiano. .





Osvaldo Juan Zubeldía (Junín, Argentina, 24 de junio de 19271​ † Medellín, Colombia, 17 de enero de 1982), jugador y entrenador de fútbol argentino.

Zubeldía resultó un pionero en advertir la importancia de una buena preparación física, del estudio de los rivales, de romper con la inercia de las posiciones fijas y de abrir el abanico de la táctica y la estrategia con el propósito de compensar las desventajas de materia prima.

Se desempeñó como interior izquierdo en Vélez Sarsfield, Boca Juniors, Atlanta y Banfield.3​Como entrenador, dirigió a Atlanta, Banfield, Vélez Sarsfield, Estudiantes de La Plata, Huracán, San Lorenzo y Racing Club, en el fútbol argentino; a Atlético Nacional, en la División Mayor de Colombia;1​ y a la Selección de fútbol de Argentina en 1965.

Nació en Junín, Buenos Aires, hijo de Ignacio Zubeldía y Ursulina Chidichino,​ tuvo 2 hermanos, Lidia y Daniel.

En su juventud era conocido como «Flaco» o «Paleta», apodos que le impusieron sus amigos del barrio Villa Ortega. Cuenta que cuando era chico su mamá le regaló una vez unos botines, y que esa misma noche durmió con ellos puestos. Sentía amor y admiración por River Plate y tuvo la oportunidad de ser parte de su nómina: en una ocasión lo llamaron para probarse en el equipo y al ver a jugadores de la talla de Moreno, Pedernera y Loustau, se asustó y retornó a su ciudad natal.

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JUGADOR

Se inició futbolísticamente en Vélez Sarsfield. Su tarde más recordada ocurrió el 25 de septiembre de 1949, cuando le marcó tres goles a Amadeo Carrizo, enfrentando a River Plate, partido que finalizó 5-3 a favor de Vélez Sarsfield​ y también consiguió el subcampeonato en 1953.

En 1956 pasó a Boca Juniors. ​El periodista Eduardo Rafael recuerda que para evitar patear al arco, le daba siempre el balón a Herminio González que siempre estaba en posición de gol.

En 1958 recaló en Atlanta. «Era lento para jugar pero era rápido para entregar», dijo Carlos Griguol, compañero y amigo en el Bohemio.

En 1960 se retiró en Banfield, que militaba en la Primera B. En ese momento, paralelamente dirigía a Atlanta junto a Adolfo Mogilevsky. En el club del sur del Gran Buenos Aires, conoció a Valentín Suárez de quien también aprendió mucho sobre el mundo del fútbol.​ Uno de sus sueños, que por esas cosas de la vida nunca llegó a concretar, fue el jugar en River Plate, ya que tanto él como toda su familia eran hinchas de la banda.
























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TECNICO

En el fútbol argentino

Como técnico de Atlanta, promocionó a figuras como Hugo Gatti y Luis Artime.​ Al ser entrevistados, Gatti y Artime remarcaron que fue muy importante el paso del entrenador por el club de Villa Crespo.

​ Además empezó a aplicar el trabajo diario y el doble turno. También implementó sistemas tácticos, como aprovechar el fuera de juego, las marcaciones en el centro del campo, el barredor, el mediocampista de contención, ​los córneres al primer palo con cabezazo atrás y los distintos sistemas utilizados por Zubeldía, que se siguen viendo en el fútbol moderno.

En 1965, escribió junto a Argentino Geronazzo, el libro «Táctica y estrategia del fútbol»​ y fue contratado por el club Estudiantes de La Plata. A su llegada combinó jóvenes prospectos de la llamada «La tercera que mata»,​ (una camada de jóvenes que dirigía Miguel Ignomiriello e incluía a Juan Ramón Verón, Carlos Pachamé, Eduardo Flores y Oscar Malbernat, entre otros​) con talentos de afuera como Carlos Bilardo, Raúl Madero, Juan Echecopar, Ramón Aguirre Suárez y Alberto Poletti, entre otros.​y construir uno de los equipos más ganadores del fútbol argentino.​ Hasta su llegada, tenía como único objetivo salvar a Estudiantes del descenso,6​ pero el equipo terminó el año sexto.​

En 1967 logró el título del Torneo Metropolitano 1967.​ Sucesivamente, el equipo «pincharrata» entrenado por Zubeldía resultó subcampeón invicto del Nacional 1967,​ lo que le permitió participar de la Copa Libertadores del año siguiente junto con el campeón Independiente de Avellaneda.

También fue finalista del Metropolitano 1968, derrotado por «Los Matadores» de San Lorenzo,  en tiempo suplementario, tras haberse inicialmente puesto en ventaja los albirrojos.

​ Además fue campeón de la Copa Libertadores de América en los años de 1968 (venciendo en tres partidos al Palmeiras​), 1969 (derrotando a Nacional de Uruguay​) y 1970 (frente a Peñarol también de Uruguay).​ Bajo su mando, Estudiantes también consiguió la Copa Interamericana 196924​ ante el Toluca y la Copa Intercontinental de 1968 ante el Manchester United de Inglaterra, al que derrotó 1 a 0 en cancha de Boca Juniors y empatando 1 a 1 en Old Trafford.

Su etapa de éxitos deportivos con Estudiantes concluiría en 1971.

En el museo de Old Trafford aún se conserva una pizarra que Zubeldía escribió a sus jugadores el día que Estudiantes venció al Manchester United y ganó la Copa intercontinental en 1968, con la frase: «A la gloria no se llega por un camino de rosas».

Tras su salida de Estudiantes se hizo cargo de Huracán al inicio de la temporada 1971, pero los resultados no lo acompañaron. Después se hizo cargo sucesivamente de Vélez Sarsfield y luego de San Lorenzo de Almagro (1974-1975), donde dirigió 64 partidos​ y con el que ganó el Campeonato Nacional 1974.​ Después pasó sin éxito por Racing Club.

En el fútbol colombiano

Después de la salida del técnico José Curti, Hernán Botero Moreno, mayor accionista y presidente del Atlético Nacional de Medellín en los años 70, pretendía un técnico de excelencia ​ Así que envió a Argentina a Miguel Ángel «el zurdo» López y le encarga traer a Osvaldo Juan Zubeldía.​ El 12 de agosto de 1976, debutó con un triunfo ante Millonarios.

El juninense obtuvo, con Atlético Nacional, los torneos de 1976 y 1981.​ Le dio la oportunidad a jugadores que mostraban condiciones, algunos ya habían debutado y les dio la oportunidad de que siguieran; otros no respondieron y desaparecieron, pero no por falta de oportunidades.

Algunos de los jugadores que surgieron de la mano de Zubeldía fueron: Hernán Darío Herrera, Pedro Sarmiento, Víctor Luna, Norberto Peluffo, y Gabriel Jaime Gómez, entre otros.

​A esta camada de jugadores se le conoció como el «Kínder» de Zubeldía.​ Tiempo antes de conseguir el título de 1981 con Atlético Nacional, dijo: «Dejo a Nacional arriba y me voy».34​El título lo consiguió en diciembre y murió en enero.

«Marcó un antes y un después», dijo el entrenador Francisco Maturana. «Nos enseñó que el trabajo es la clave fundamental para el éxito porque antes de la llegada de Osvaldo, éramos demasiados distraídos en esos aspectos», agregó. Explicaba Zubeldía a la revista El Gráfico en 1981:

«Revolucioné el fútbol colombiano porque acabé con la siesta. Acabé con los desayunos fuertes y los almuerzos prolongados. ¡A la cancha! A trabajar mañana y tarde.»​

El periódico El Colombiano de la ciudad de Medellín, Colombia, publicó una entrevista realizada por el periodista Juan Guillermo Montoya el lunes 20 de diciembre de 1976, donde se le preguntó por su fama de defender el antifútbol. Respondió:

«Mire, Estudiantes de 1967 y 1968 fue sensacional. En Inglaterra fuimos campeones del mundo y eso no se puede conseguir con antifútbol. Lo que ocurrió fue que después de eso hubo cansancio y la fuerza no respondía a los jugadores. Eran tantas las giras, los cotejos amistosos, que prácticamente se lesionó todo el plantel. Además, el equipo era pobre y en los seis años no compramos un solo jugador. ¿Entonces que pasaba? (...) que los futbolistas en vista de que no tenían la fuerza ni el físico para jugar, se tenían que dedicar a tirar el balón afuera, a congelar la pelota y cosas así. A eso lo llamaron el antifútbol, pero no era por estrategia, era por necesidad.»





La Selección Argentina

La copa mundial de 1958, en Suecia y la de 1962, en Chile fueron malas para la Selección argentina. Tras la salida de José María Minella, a fines de 1965, Zubeldía tomó la dirección técnica junto con Antonio Faldutti.

​ La concentración, durante un mes, en el Colegio Ward de la localidad Villa Sarmiento, Partido de Morón, sirvió como preparación para el Mundial de Inglaterra en 1966.

 Los jugadores recibieron planes de alimentación y aprendieron inglés.​ La Asociación del Fútbol Argentino no aprobó su plan de trabajo ni el rango de entrenador de Faldutti, al que solo consideraba un simple asistente, haciendo que Zubeldía, en solidaridad con su compañero, dejara el cargo en manos de Juan Carlos Lorenzo.
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Su muerte

Tumba de Osvaldo Zubeldía en el Cementerio Central de Junín.

Osvaldo Zubeldía murió a los 54 años de edad en el pasaje La Bastilla de la ciudad de Medellín, Colombia, el 17 de enero de 1982, a causa de un infarto. El hecho ocurrió cuando se disponía a sellar un boleto de apuestas hípicas, su otra pasión.​ En ese momento se encontraba acompañado por su amigo Julio Arrastía.

Placa de mármol colocada en 2015.
Sus restos mortales fueron velados en el Coliseo Iván de Bedout, estadio cubierto de la ciudad de Medellín donde personas de todas las clases sociales se acercaron para darle el último adiós y rendir homenaje.

Posteriormente fue trasladado a la Argentina y sepultado en el Cementerio Central de Junín, su ciudad natal.​ La tumba, ubicada en el sector que da a la calle Alberdi, es escenario de frecuentes homenajes, principalmente de directivos e hinchas del Club Estudiantes de La Plata.

Por ordenanza Nº 6176 del Honorable Concejo Deliberante de Junín, del 7 de agosto de 2012, una calle del barrio El Progreso de dicha ciudad lleva el nombre "Osvaldo Zubeldía".

























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