Línea de fortines a mediados del siglo XIX, la región en la época del Fuerte: Coronel Rauch en el actual cuartel 8 de Bragado
Estaba ubicado en el cuartel 8 de Bragado. La división de la frontera en tres sectores: Norte, Centro y Sud. Formó parte de la línea de fortines de "La Zanja de Alsina"
El 27 de enero de 1855 el gobierno de Pastor Obligado dictó un decreto que dividía la frontera de Buenos Aires en tres sectores: Norte, Centro y Sud. El coronel Laureano Díaz fue designado Comandante de la Frontera Centro; los coroneles Díaz y Aguilera y los sargentos mayores Eugenio Bustos y Francisco Clavero, tuvieron activa participación en la construcción de fortines en la zona de Bragado.
El 25 de julio de 1858, el sargento mayor Zoilo Palma del regimiento de Blandengues, informó al ministro de Guerra y Marina que el 22 de julio había partido con el Regimiento de Blandengues Nro. 1 y Guardias Nacionales de los Regimientos Nros. 7 y 18 con el "...objeto de dar principio a los trabajos de fortificación, a doce cuadras al norte del fortín "Los Angeles", por ser el paraje más adecuado..."
Forma: En agosto de 1858 se solicitó al general Zapiola los elementos y artículos para la construcción ya que se encontraban realizados los zanjeados del foso y potreros. Rápidamente fueron remitidos ladrillos crudos, mojinetes, esquineros, costados, cumbreras, maderas, tijeras, tacuarillas, puertas, ventanas, 12 carretillas de mano, barretas, clavos, picos y seis palas inglesas de muy buena calidad.
El 20 de agosto se informa que "...se está construyendo el nuevo fortín entre dos hermosas lagunas llamadas "Dos hermanas".
El 8 de octubre, el Jefe de Regimiento de Blandengues del fortín "Coronel Rauch" informa que la artillería está inutilizada y solicitaba que se le envíen desde Buenos Aires algunas piezas de campaña y algunas mulas para ahorrar caballada.
Orígen del Nombre: Provisoriamente se lo denominó "Dos Hermanas" por las cercanías de las lagunas, pero al poco tiempo se dispuso el nombre de "Coronel Rauch" por los servicios del finado coronel especialmente en la lucha contra los bárbaros en la guardia de "Salto" en 1821 y a las órdenes de Martín Rodríguez en sus campañas contra el indio en 1826 y 1827. Fue derrotado y muerto en el combate de "Las Vizcacheras" en marzo de 1828 a manos de una partida de indios leales a Rosas a órdenes del cacique Nicasio.
Ubicación: A 300 metros de una pequeña laguna, a 15 kilómetros del fortín "Ituzaingó" y a 5 kilómetros del fortín "Los Angeles" en el cuartel 8 de Bragado, en la que fuera propiedad del coronel Laureano Díaz en 1860, de Juan Pablo Rodríguez en 1872, de Pedro Actis Caporale en 1923 y 1954 t de Ismael Quarleri en 1987.
REFERENCIA HISTORICA:
El avance de la frontera hacia Trenque Lauquen, Guaminí, Carhué y Puán, en mar- zo de 1876, fue un claro indicio de ello. Con la nueva línea de fortines, sobre la cual se construiría la famosa “Zanja de Alsina”, se ganaron 56.000 kms2 de tierras a los indíge- nas. Se establecieron más de 40 fortines entre las comandancias, a aproximadamente 15 kms de distancia uno del otro, para asegurar la defensa de la frontera y las comunicacio- nes entre los mismos. De norte a sur, se denominaron: Lamadrid, Fraga, Campos, Villa- lón, Martínez de Hoz, Montes de Oca, Rauch, Cabot, Olavarría, Vega, Petit, Orellano, 10 de junio, Batallón Nº 2, Guardias Nacionales, Nicolet, Vanguardia, Regimiento Nº 3, Junineros, 25 de Mayo, 24 de Mayo, General Mansilla, Frías, Necochea, Lavalle, Mar- tínez, Belgrano, Rosetti, Fraga, Legión Militar, Regimiento Nº 1, Carlos Klen, Romero, 17 de Agosto, Coronel Sandes, Capitán Rosas, San Salvador, Fuerte Argentino, General Ivanosky, Leo, Nueva Roma, General Pirán, Teniente Farías, Cuatreros, Cabeza, de Buey, Romero, Colorado e Invencible".
Leonardo Daniel Canciani, Frontera, militarización y política armada la Guardia Nacional de campaña de Buenos Aires durante el proceso de construcción del Estado Nacional (1852-1880) Tesis presentada para la obtención del grado de Doctor en Historia - Directora: Reguera, María Andrea. Codirectora: Lázzaro, Silvia Beatriz
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La zanja de Alsina
Cuando los fortines de la línea, correspondiente a la Frontera Norte fueron terminados y ocupados por las distintas fracciones, el resto de las tropas de la División comenzó con la concreción de la tercera fase del plan del ministro Alsina que fue la construcción de un obstáculo para desalentar a los indígenas de malonear: una zanja con parapeto.
El proyecto era defender la zona ocupada y se harían unos 650 kilómetros de zanja, desde el fortín Cuatreros en Bahía Blanca hasta la laguna La Amarga, en Córdoba.
El concepto de Alsina era ganar terrenos a partir de sucesivos avances y mantener lo conquistado con un sistema de fortificaciones. Los diarios de Buenos Aires, con sus fuertes críticas, al igual que opiniones de personas de importancia de la época con conocimiento del problema indígena, no pudieron detener el proyecto de Alsina: cuando los fortines estuvieron terminados, comenzó el trabajo de construir la zanja.
Esa zanja, según se proyectó, tendría 3 metros de ancho, 2 metros de profundidad (estas medidas variaban según la geografía del lugar) y en el terraplén que daba al Este debía levantarse un parapeto de 1 metro de altura sobre una base de 4,50 metros.
Esa tarea la realizaría la División Norte a lo largo de 30 leguas. El coronel Villegas, comenzó los trabajos con esmero y en corto tiempo logró terminar con lo encomendado por la superioridad.
En la realización de la zanja trabajaron soldados y civiles contratados a los que se les pagaba 12 pesos fuertes por cada metro de zanja construida. Los trabajos fueron dirigidos por el ingeniero civil francés, Alfredo Ebelot (1) y los esfuerzos realizados por la División Norte, conducidos por su indiscutido jefe, el coronel Conrado E. Villegas. Ellos ejecutaron 152 kilómetros con 200 metros de la zanja proyectada, cubriendo una superficie de 127.472 kilómetros de tierra conquistada, la mayor superficie de todo el avance. Esa realización provocó expresiones de satisfacción del Ministro Alsina cuando visitó el campamento Trenque Lauquen en enero de 1877.
Los 600 kilómetros inicialmente proyectados no alcanzaron a realizarse, tan sólo se lograron construir unos 325 kilómetros.
Para vigilarla se establecieron 109 fortines: construcciones precarias de forma circular, de poco más de veinte metros de diámetro, con un rancho de adobe y un mangrullo en el centro, rodeados por un foso y un paredón de palos a pique para fortalecer su defensa. En cada fortín se establecían entre siete y diez soldados elegidos para ese destino, quienes debían diariamente, a lo largo de la línea, realizar descubiertas (reconocimientos que en ciertas horas hace la tropa para averiguar la situación del enemigo). La distancia entre uno y otro era corta, posibilitando una rápida comunicación en caso de malones u otras eventualidades. La comandancia era un fortín más, pero con mayor jerarquía, pues en él se realizaba el abastecimiento de caballos y se centralizaba toda la información de los fortines cercanos. Además, en ésta vivían los familiares de los soldados, aportando apoyo y compañía, con lo que disminuía el número de deserciones.
Referencia
(1)Alfred Ebelot, ingeniero, periodista y escritor, nació en Saint Saudens en 1837 y realizó sus estudios profesionales en París. Debido a sus ideas republicanas, contrarias al gobierno del emperador Napoleón III, se negó a seguir la carrera de funcionario. Esta rebeldía lo llevó a desempeñarse como secretario de redacción de la Revue des Deux Mondes, publicación muy respetada por los círculos cultivados de Europa y América. En 1870, cuando el Imperio parecía más fuerte que nunca y no se sospechaba la catástrofe que se avecinaba, decidió probar suerte en la Argentina. Llegó en 1871, en una época de transición. Buenos Aires era todavía “la gran aldea” y se hablaba de “el desierto” para referirse al vasto espacio, distante unos 300 kilómetros de la capital, que estaba al margen de la autoridad del gobierno nacional. En el país, en una población total de 1.819.000 habitantes, la colectividad francesa, de 32.000 almas, era la tercera en importancia. La formaban profesionales, industriales, comerciantes, hacendados, artistas y artesanos. En 1870, las noticias sobre la Guerra Franco-Prusiana, que provocó el colapso del Imperio y la creación de la Tercera República, tenían en vilo a la colectividad y a la opinión pública en general. Apenas llegado a Buenos Aires, Ebelot fundó un periódico de tono político, Le Républicain, con el propósito de defender los ideales republicanos y la acción de León Gambetta, al que conocía y admiraba. Terminada abruptamente esta publicación a causa de la epidemia de fiebre amarilla -que coincidió con las dramáticas jornadas de la Comuna en París-, el ingeniero francés buscó nuevos horizontes: el gobierno argentino lo contrató para realizar estudios en la línea de la frontera. Luego de dirigir la construcción de la “zanja de Alsina”, acompañó al general Julio A. Roca en la Conquista del Desierto”. Falleció en Toulouse en 1920.
Fuente
Colaboración Patricia Cabeza Miró – Trenque Lauquen.
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Mayo, José F. – Un titán del desierto, Gral. Conrado E. Villegas – Trenque Lauquen
Sáenz Quesada, María – Argentina, Historia del país y de su gente – Ed. Sudamericana
ADHIEREN AL CICLO HISTORIAS FUNDACIONALES (DECIMA EDICION) 196 AÑOS DE JUNIN
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