Aquel 17 de Octubre de 1945 en Junín

Era miércoles. La movilización ferroviaria. En la foto, 1945, esquina de Arias y Sáenz Peña que unos años después pasaría a ser la esquina de calles Mayor Arrieta y Eva Duarte de Perón, hasta 1955. El paro del 18: cómo se sintió en la ciudad. Marcha de jóvenes por la zona céntrica en forma festiva tras el discurso del coronel Perón en Casa de Gobierno. El acto en la plaza "25 de Mayo" vitoreando a Perón donde hasta habló el presidente de la sociedad de fomento céntrica.



La ciudad ese miércoles amaneció calma, se podía gozar de la tranquilidad propia del interior bonaerense que Eva había experimentado en su niñez.

La novedad surgía del sector laboral más representativo en esos momentos. Un grupo de trabajadores ferroviarios seguidores de Perón, apenas había perturbado la cotidiana normalidad, pretendiendo hacerse cargo de la conducción local del gremio.

Sus principales referentes eran Roberto Polastrelli, D. Mango, Raúl Rodríguez, Laguzzi, Gabriel Parra, B. Dimarco, Tobares, S. Palacio, entre otros. El día 17 a las 19 desde la comisión directiva nacional Luis T. Echave comunicó telefónicamente al secretario general de la seccional Samuel Tonarelli la adhesión al paro. Dos horas más tarde deliberaban algunos miembros de la comisión ejecutiva y de la comisión central de reclamos de talleres. Al día siguiente a las 7, más de mil obreros ferroviarios producían el abrupto ingreso a la sede sindical, donde ante la presencia policial fue labrada un acta por el escribano Ismael O. Voda.

Uno de sus más conspicuos dirigentes, Pontieri, estaba en el máximo nivel de conducción cegetista. A decir verdad, los delegados del riel estaban remisos todavía a acudir a la huelga. Esperaban ser consultados; no admitían que se desconociera su autoridad. Era el resultado de la activa militancia gremial de socialistas y comunistas en la base, obviamente opositoras al régimen de facto.

Por otra parte presionaba el interés patronal: las líneas estaban en manos extranjeras. Además la Unión Ferroviaria que era en los hechos una de las más poderosas y lideraba el movimiento obrero nacional estaba dispuesta a encontrar una solución de compromiso con los sectores dominantes del ejército a los efectos de proteger las conquistas sociales alcanzadas.

Esta actitud dirigencial generó cierto malestar entre los trabajadores juninenses que aún tenían muy presente la visita que el coronel Perón con Mercante habían realizado poco tiempo atrás. No ocultaban su rechazo a un confinamiento que interpretaban como un golpe dirigido contra los propios obreros.

Paralelamente se manifiesta en Junín la ofensiva opositora para contribuir al definitivo desplazamiento del coronel Perón. Los más interesados eran los comunistas, alegando que la cúpula gobernante era adicta al fascismo.

La prensa local medianamente refleja esa problemática. El diario "La Verdad" matutino dirigido en ese momento por Martín Guibelalde (h) había hablado en su editorial del 12 de "Libertad de agremiación", Esa misma jornada, una manifestación nutrida por elementos comunistas -según el mismo diario- había recorrido las calles Rivadavia, Arias, Sáenz Peña y José C. Paz (actual Remedios de Escalada) encabezada por jóvenes que enarbolaban banderas argentinas y voceaban estribillos hóstiles a Perón. "Frente al número 37 de José C. Paz -expresa la crónica- los manifestantes se vieron interceptados por un grupo de personas adictas al coronel, a los que se les llamaba peronistas y se produjo un conato, tomándose los contendientes a golpes de puño".

Tres días más tarde se exhortaba a la "serenidad en los espíritus".

La conducción gremial esgrimía el argumento de la oportunidad política para una medida de fuerza drástica. La táctica era evidentemente dilatoria, tal vez seducida por el discurso gubernamental de que Perón no estaba detenido sino resguardado para su propia salud.

De hecho la resolución principista declarando el paro de actividades por 24 horas para el jueves 18, sería francamente superada por la movilización popular espontánea del 17. Es que era el momento de la acción y los dirigentes no lo habían entendido así.

Muchos trabajadores ferroviarios en casi todas las seccionales abandonaron sus puestos, pese a la advertencia severa de los gerentes ingleses. La línea del Buenos Aires al Pacífico en la que Junín era un enclave importante, no escapó a ello. Si bien pocos rehusaron a ingresar a los talleres, muchos los abandonaron en la mañana.

Una excepción fueron las oficinas de la calle Newbery. En otros sectores del trabajo, como en el comercio y el campo, la actividad fue normal.

Eva Perón, que esa mañana había estado en Junín, partía hacia Buenos Aires y atrás dejaba una ciudad que lentamente comenzaba a manifestarse en su adhesión al retorno del coronel Perón. Los sectores más sensibilizados fueron los del trabajo.

LA FIESTA Y CARAVANA DE LA JUVENTUD TRAS EL MENSAJE DE PERON

Como se dijo más arriba, la comisión local de la Unión Ferroviaria que no pudo reunir el número reglamentario de miembros para resolver la actitud a asumir ante la medida de fuerza dispuesta desde Buenos Aires, resolvió dejar en libertad a sus afiliados.

El Centro Empleados de Comercio de Junín esperaba, mientras tanto, esperaba también una resolución de la mesa central.

El Sindicato local de Luz y Fuerza fue más expeditivo: resolvió parar durante toda la jornada del jueves, sin perjudicar el servicio habitual, pues los turnos se cumplirían como en los días feriados. La Sociedad de Patrones Peluqueros, otra de las organizaciones, invitó a sus asociados a mantener cerrados sus negocios.

Inmediatamente después de que Perón finalizó su mensaje, desde el balcón de la Casa de Gobierno, un núcleo de jóvenes improvisó una manifestación que recorrió largamente las calles de la ciudad, portando banderas y letreros con leyendas alusivas, en medio de continuos vítores. La jornada de protesta se había convertida en un auténtica fiesta popular.

EL PARO DEL 18/O 1945 EN LA CIUDAD

El día 18 los comerciantes abrieron normalmente y en forma espontánea. Hacia la media mañana algunos empleados se retiraron a sus casas; otros formaban piquetes invitando a sus pares al cese.

La inactividad finalmente fue total y muchas personas exteriorizaron públicamente su júbilo por el retorno del coronel, ganando la calle. Por la tarde, los manifestantes concentrados en torno a la plaza Leandro N. Alem se dirigieron hacia la plaza "25 de Mayo" donde los oradores fueron fervorosamente aplaudidos por el público numeroso, cuando hicieron el repaso elogioso de las obras del ex vicepresidente Perón. 

Hablaron Raúl Rodríguez y Gabriel Parra, por los ferroviarios; el secretario de la Sociedad de Peluqueros Di Biaggio; un representante del sindicato metalúrgico y tras un poema alusivo representado por una niña, el presidente de la sociedad de fomento de la zona céntrica, Carlos Panizza.

 

















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