Decía La Verdad en su edición del 26 de abril de 1969: Días pasados se produjo el lamentado fallecimiento de este singular y talentoso personaje de las letras juninenses, dueño de excelentes trabajos. El triste hecho causó honda congoja entre quienes lo trataron y conocieron su obra. Tenìa 77 años.
Dionisio R. Maldes fue poeta en lo más hondo de su personalidad. Cantor de las cosas nuestras merced a un estilo que fue fiel expresión de una recia personalidad. Junto con Luis B. Negretti, Mansilla y muchos otros, se adentró en la sensibilidad popular, haciendo que la ciudad lo sintiera como algo propio.
En una nota especial publicada por La Verdad, el 31 de diciembre de 1954 se lee: "una pléyade de "romanticos" muchachos hicieron sus primeros pasos literarios allá por 1920, alentados en sus esperanzas por esas páginas abiertas a todas las sanas impaciencias que constituían el periódico de don Vicente L. Casasco. Entre ellos se destacó un "poeta gaucho" de Junín: Dionisio R. Maldes, cuyos versos han recorrido el país a lo ancho y a lo largo, galopando sobre el tibio lomo de muchos semanarios.
Este singular personaje de la poesía juninense nació el 8 de abril de 1892 y falleció en nuestra ciudad el 23 de abril de 1969. Dionisio Maldes participó, como jugador, en los primeros equipos del Club Atlético Sarmiento, poco después de su fundación allá por 1911.
Fue además, un aficionado empedernido por la pesca. En sus tareas laborales se desempeñó en el oficio de pintor, jubilándose en esa condición. Residió siempre en el barrio de Las Morochas rincón ciudadano que lo contó entre sus figuras características.
Además de la poesía gauchesca que siempre cultivó, Maldes se orientó también en otras direcciones literarias, con igual acierto. Muchos de sus trabajos fueron publicados por el desaparecido "Germinal", periódico juninense.
DEL VIVIR COTIDIANO
Arriba del andamio, a pleno viento
mientras me imprime el sol besos de fuego,
como un contraste a la tarea ruda
he voloteado en mi alma tu recuerdo.
Y te ha visto mi mente en el lejano
hogar, donde eres reina, mi adorada:
como el oasis que el sediento busca
para apagar su sed en agua clara.
Y he sentido en mis músculos de acero
mientras tibio sudor baña mi cuerpo:
más vigor y tesón en la jornada
que al fin, no es nada más que este pan nuestro.
Y he cantado feliz, porque si obrero
hoy me gané, para ambos, el sustento:
el loco soñador que aún llevo en mi alma
aún a pesar de todo escribe versos
(1933)
VIAJE UTOPICO
Una mañana, clara, tranquila, placentera
con mis sueños a cuestas gané la carretera.
Y fui cruzando campos y pueblos y ciudades,
con el santo lirismo de predicar verdades.
Yo creía en el Bien, el Amor, la Belleza,
el trío más sublime que creó Naturaleza.
Soñaba en una vida de igualdad relativa,
donde el concepto hermano fue cosa más viva.
Y los malos por malos, sin saberlo, me hirieron.
Y los buenos por buenos, sin comprender, se rieron.
Hoy vuelvo de ese viaje maltrecho, dolorido.
Traigo los pies que sangra y mi sayal roído.
Y siento que la enorme tristeza me anonada
al mirar que mis sueños, se pierden en la nada.
(1932)
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