Osvaldo Zubeldía: Diez frases maestras del viejo zorro en el día que cumpliría 97 años


En la jornada de hoy, Osvaldo Zubeldía estaría cumpliendo 97 años. El ícono de Estudiantes y algunos de sus conceptos más memorables en el Pincha.  Nació en Junín, revolucionó el fútbol argentino, marcó una era en Estudiantes y a 40 años de su muerte lo siguen reconociendo

 

Si bien los focos de la actualidad hoy están puestos en Lionel Messi o Juan Román Riquelme, para todo Estudiantes el 24 de junio representa una jornada muy especial. Y es que se conmemora un nuevo aniversario del nacimiento de Osvaldo Zubeldía, quien hoy estaría cumpliendo 97 años.

Ícono y piedra fundacional de la historia grande del Pincha, el Zorro fue el primer gran adelantado y, como tal, tenía una forma muy particular de ver el fútbol y de vivir una pasión que ha transmitido a lo largo de los años. Frente a esto, una de las mejores formas de repasar su legado, más allá de los títulos, es recordar sus diez frases más icónicas.

Osvaldo Zubeldía y el miedo a morir en una cancha

"Es imposible que yo me muera en una cancha. Si cuando yo estoy en la cancha siempre sé lo que va a pasar. ¡Cómo me voy a morir ahí! ¿Sabe dónde me voy a morir yo? En un hipódromo. Con los burros nunca se sabe…"



La mayor dificultad del entrenador

"¿Sabe a lo que no me puedo acostumbrar todavía, pese a mi experiencia? A ver que un jugador se lastima, sea de Estudiantes o de un rival. Y hay gente que piensa que yo mando a pegar patadas. Mi otro drama es tener que sacar a un jugador. Hasta mi mujer se da cuenta. Y no puedo dormir. A veces pienso que no tengo que hacerme tanto problema y proceder como en Europa: poner en un pizarrón los nombres que juegan y no dar ninguna explicación. Pero llega el momento, agarro la tiza y la vuelvo a dejar. Y ahí lo llamo al jugador aparte y le hablo como siempre".

La revolución en el fútbol argentino y el pragmatismo

"Cuando llegué al fútbol estaba todo inventado. Lo único que hice fue sistematizar las experiencias recogidas, trabajar muchísimo, vivir para el fútbol siete días por semana, exigir, dar el ejemplo todos los días del año y aplicar todo eso en beneficio de mis jugadores. Pero mis jugadores son los que el club pone a mi disposición. Y yo tengo que actuar en base a ellos. Si yo tuviera tres virtuosos como Verón jugaría distinto. Y si tuviera a Perfumo o a Marzolini como defensores, posiblemente me tomaría libertades que no me puedo dar con la defensa de Estudiantes. Y conste que considero al jugador de Estudiantes el mejor y el ejemplo de lo que debe ser un profesional en el fútbol. Yo no fabriqué un campeón del mundo. Lo hicieron los jugadores, yo ayudé".

Estudiantes, equipo "defensivo"

"Una vez vino un periodista brasileño y me preguntó: ´¿Cómo se las arregla Estudiantes de La Plata para salir campeón de América tres veces y ganar una Copa Intercontinental si todos lo acusaban de ser defensivo?´ Le dije: ´Mi amigo, se está contestando solo…´. Lo que pienso es que están confundidos. Estudiantes no era un equipo defensivo. Era una fuerza de contraataque, que es distinto. Este sistema ha rendido en favor del conjunto. No sólo en resultados, sino también fue del agrado de los jugadores. Fíjese que Estudiantes nunca se caracterizó por amontonarse dentro del área. Hemos mantenido posiciones en todo el campo. Hemos controlado al adversario en todas partes. Esa no es una fórmula defensiva. Es un sistema que llega a inhibir al equipo contrario por una sola razón: en todas partes del terreno hay jugadores de Estudiantes".

 


Único e inigualable: Zubledía fue le mejor en lo suyo, la historia lo respalda y reconoce.


El resultadismo y el lirismo

"Los resultados son la única verdad del fútbol. Y el fútbol que jugaba ese Estudiantes era el que a mí me gustaba. Ni Estudiantes-equipo ni Osvaldo Zubeldía tuvieron vergüenza de salir a marcar a determinado jugador si ese jugador justificaba con su juego que así fuera. No teníamos por qué dar ventajas. El lirismo es muy lindo. Yo también fui lírico cuando venía de Junín para ver las exhibiciones de La Máquina. Me volvía loco cuando Loustau frenaba y arrancaba en una baldosa. Pero el lirismo necesita sustentarse en triunfos. Si usted juega bien y pierde el lirismo se termina a la tercera derrota".

Estudiantes, la viveza y Pelé como referencia

"El mismo Pelé, que era un fenómeno, trataba de conseguir ventajas especulando con ser Pelé. Por eso fue un fenómeno. Cuando Pelé se tiraba para que le cobren penal, ¿dejaba de ser Pelé? No. Está explotando a su favor la fama que tiene para sacar una ventaja. En mis tiempos lo hacía Labruna, que fue un jugador fabuloso. ¿Y cuántos partidos ganó River con los penales que fabricó Labruna? Cuando Pelé reaccionaba mal y golpeaba, siempre se las ingeniaba para aparecer como víctima. Eso no es ser tramposo. Es ser vivo".

Su Estudiantes, equipo de época

"Sin dudas que Estudiantes marcó una época para mí brillante del fútbol argentino, como ante lo había hecho La Máquina de River. Tengo derecho a seguir pensando que ese Estudiantes se adelantó a su época. Además, de una cosa estoy seguro: ojalá siempre pudiera volver a dirigir once jugadores como aquéllos".

La importancia del estudio del rival

"Simplemente voy a decir que ningún técnico que se considere serio puede sacar a su equipo a la cancha sin saber cómo juega su adversario".

El nacimiento del offside

"Surgió en una charla. Un día vino Luis Cardozo, aquel gran zaguero de Independiente y Boca, y me dijo: ´Osvaldo, anoche vi a Boca y el Bratislava, y los checos hacían una jugada sorprendente: cada vez que tenían un tiro libre en contra dentro de su campo, se adelantaban todos juntos y dejaban a los delanteros de Boca en offside´. De inmediato la empezamos a practicar en Atlanta y al poco tiempo la hacíamos a la perfección, hasta con pelota en movimiento. Muchos la consideraron una táctica defensiva. Pero no es así. Al contrario: sirve para que la defensa no se encajone en el fondo y el equipo no le regale la cancha al adversario. Eso sí, era muy útil, pero también peligrosa".

Osvaldo Zubeldía y las cábalas

"¿Si fui muy cabulero? En cada partido que perdíamos rompía una cábala".







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