Las cartas de la época que detallan cuál fue la participación del fundador de Junín en el movimiento conspirador que derrocó y fusiló a Manuel Dorrego

 


Rosas -que tenía cero simpatía al fundador de Junín- le advierte a Dorrego que sería víctima de la traición de Escribano. Un historiador del siglo 19 reproduce la frase del depuesto gobernador a su captor: "Compadre, ¿se ha vuelto loco? Pues no esperaba de usted semejante acción". Lavalle confirma que Escribano detuvo a Dorrego en inmediaciones de Areco, en una carta al entonces ministro de Guerra. El minuto a minuto de cómo el fundador de Junín condujo a Dorrego a Navarro, hacia su muerte.


El fundador de Junín, primer comandante del Fuerte Federación, tuvo una activa y protagónica intervención en una de las páginas más cobardes y traicioneras de la historia argentina que desencadenó en el  13 de diciembre de 1828 cuando el coronel Manuel Dorrego, gobernador y capitán general de la provincia de Buenos Aires, moría fusilado en Navarro por orden del general unitario Juan Galo de Lavalle sin proceso ni juicio previo.

Manuel Dorrego era propenso a ganarse enemigos y la lucha periodística en que se vio enredado desde el comienzo de su gobierno con el partido unitario derrotado llevó los ánimos a un enfrentamiento apenas latente.

La oportunidad que esperaban los unitarios llegó en el momento del regreso del ejército que había combatido contra el Brasil: sus oficiales estaban abiertamente descontentos con el tratado de paz firmado por Dorrego, por el que la Banda Oriental se convertía en un estado independiente de la Argentina. Dorrego estaba indefenso: a la luz del día se tramaba una conspiración para derrocarlo. La plana mayor de los generales, sus excompañeros de exilio, Alvear y Soler, junto con Martín Rodríguez, Juan Lavalle y José María Paz estaban decididos a defenestrar a Dorrego. Cuando le dijeron que el general Lavalle —antiguo compañero de armas en el ejército y a quien Dorrego había recomendado en su momento para un ascenso— iba a intentar derrocarlo, rechazó esa posibilidad.

El 1 de diciembre, sin embargo, Lavalle se puso al frente de una revolución y lo derrocó; el gobernador abandonó la capital, para hacerse fuerte en el interior de la provincia. Encargó a los generales Balcarce y Guido que resistieran dentro del Fuerte de Buenos Aires, sede del gobierno, pero estos entregaron la fortaleza.

Mientras Dorrego se retiraba al sur de la provincia, los unitarios celebraron una elección, en la que solo participaron ellos, que nombró gobernador a Lavalle. La elección se hizo de viva voz en el atrio de una iglesia, custodiada por el regimiento de Lavalle. La legislatura fue disuelta y los unitarios anunciaron en la prensa que los sirvientes “volverán a la cocina”.

Dorrego huyó hacia el sur de la provincia y le pidió a Juan Manuel de Rosas, comandante de campaña, que lo apoyase. Rosas le aconsejó que fuese a Santa Fe y le solicitase respaldo a Estanislao López, pero Dorrego decidió enfrentar a Lavalle dirigiéndose a Navarro. Imprudentemente, esperó allí a Lavalle y sus hombres, por los que fue fácilmente vencido en la batalla de Navarro. Huyó hacia el norte, buscando la protección de Ángel Pacheco, pero fue arrestado por Bernardino Escribano y Mariano Acha, dos oficiales a los que suponía leales, y entregado a Lavalle.

VER LA BIOGRAFIA DE MANUEL DORREGO

COMO SE EJECUTO LA TRAICION DEL FUNDADOR DEL FUERTE FEDERACION


La participación del Comandante Escribano en la detención de Dorrego, promueve una importante cuestión. Y es necesario referirla. Tomamos la referencia inicial que hace Angel Justiniano Carranza (foto de la derecha), en 1886, recogida de los apuntes de Diego Barrutti, que expresa: 

"Ocurrido el desastre de Navarro, Dorrego, en compañía de su hermano D. Luis, D. Javier Fuentes, D. Juan Manuel de Rosas, el doctor Manuel Vicente Maza y varios jefes, logró retirarse a la estancia del "Triunfo" (3 leguas del Salto) y luego de tomar un asado con su comitiva se preparó a continuar en demanda de la fuerza del Comandante Escribano, acantonado en el puesto del "Clavo" perteneciente a las estancias de "Las Saladas" (4 1/2 leguas del Salto) que como la anterior eran de su citado hermano.

Fue inútil cuando hicieron sus acompañantes, el Coronel Rosas en especial, para disuadirlo de idea tan imprudente, hasta observarle, que tal le amenazaba una traición, pero tenaz en su plan de no abandonar la provincia, separóse de aquellos que se dirigieron hacia Santa Fe y con su hermano alcanzó el puesto del "Clavo", en las últimas luces del día 10.

Ya cerrada la noche, tomaba mate con algunos oficiales cuando el mayor Acha de orden de su jefe accidental (Escribano) le intimó prisión. Dorrego, vuelto de su estupor, comprendió, aunque tarde, la profecía de Rosas y resignándose a su su suerte exclamó: "Compadre, ¿se ha vuelto loco? Pues no esperaba de usted semejante acción". Sin pérdida de momento fue remitido con una escolta y a las tres de la mañana, era alojado en este pueblo del Salto, en casa del Comandante Rauch, que en su ausencia la cuidaba don Vicente Caparros y su esposa Da. Socorro".

VER MAS SOBRE LA BIOGRAFIA DEL HISTORIADOR, ABOGADO Y LITERATO ARGENTINO ANGEL JUSTINIANO CARRANZA (HACER CLIK ACA)

Los apuntes concluyen refiriendo que Dorrego expresó secretamente a Caparrós que "quemara unos papeles que detrás de una caja" y que Angel Pacheco le remitía un mensaje por intermedio de Indart.

Conocida la detención de Dorrego por comunicación anticipada de Escribano, Lavalle le anticipa al nuevo ministro de Guerra Dr. José Miguel Díaz Vélez: "Navarro, diciembre 11 de 1828. Sr. Ministro En este momento he recibido una nota del Teniente Coronel de Húsares D. Bernardino Escribano dándome parte de haber prendido al Coronel Dorrego en las inmediaciones de Areco y de conducirlo a este punto. 

El Sr. Coronel graduado, comandante de Blandengues, don Mariano García, regresa con su Regimiento a la Laguna Blanca , después de haber venido personalmente a ponerse a mis órdenes, Es satisfactorio que este Regimiento haya llegado a Lobos después del suceso del 9 y que se no hayan alterado la disciplina y moral que lo distinguen.

Saludo al Sr. Ministro, repitiéndole mis sentimientos de aprecio. Juan Lavalle."

Por su parte, Guillermo Brown -foto de la izquierda-  (VER BIOGRAFIA DEL MILITAR), se dirige al Comandante Escribano, recomendándole en el traslado del detenido: 

"Señor Don Bernardino Escribano

Buenos Aires, diciembre 11 de 1828 (en la noche).

El gobierno delegado escribe en este momento al señor Gobernador, sobre el acontecimiento de la prisión del Coronel Dorrego e instruído que usted lo escolta, le recomiendo muy mucho la necesidad que hay de la seguridad del individuo; en ello hará usted un servicio al país y el gobierno nunca será indiferente a su mérito.

Deseo a usted, buena fortuna y ocupe a su servidor. Q.S.M.B.

W. Brown".


Al día siguiente, Díaz Vélez (foto de la derecha) se dirige a Escribano informándole:

"Departamento de Guerra

Buenos Aires 12 de diciembre de 1828 (por la noche)

Su Excelencia, el señor Gobernador Delegado con noticia de que el señor Teniente Coronel don Bernardino Escribano conduce preso a esta Capital, con el Regimiento 5to. de Caballería al Coronel don Manuel Dorrego, ha acordado que se le prevenga que, retrogradándo con dirección a Navarro, en donde se halla el ejército con su Gobernador provisorio, general don Juan Lavalle, le presente al expresado Dorrego con el pliego, cuidando en el entretanto, de la seguridad de su persona y que no mantenga comunicación, ni por escrito ni de palabra.

Al hacer esta prevención, el señor teniente coronel Escribano, el secretario general que suscribe le pide el cumplimiento de esta disposición, para ponerla en conocimiento del Gobierno y e ofrece con tal motivo los respetos de su atención.

JOSE MIGUEL DIAZ VELEZ"

En la misma fecha, Brown informa a Lavalle: 

"Señor Gobernador Don Juan Lavalle

Buenos Aires, diciembre 12 de 1828 (en la noche).

Mi apreciado señor:

El Coronel Dorrego se halla preso y al gobierno delegado no le ha parecido bien que se introduzca su persona en esta capital, por la agitación que se ha sentido en ella luego que se anunció su captura; en consecuencia se ha mandado la conduzca con toda seguridad el Teniente Coronel Escribano al punto donde usted se halle con el ejército.

La carta original de Dorrego que incluyo a usted le informara de sus deseos de salir a un país extranjero, bajo seguridades: mi opinión a este respecto, como particular, está de conformidad pero asegurando su comportancia de no mezclarse con los negocios políticos de este país, con una fianza de 200 a 300 mil pesos de que responderán sus amigos en debida forma, antes de permitir su embarco por la Ensenada. Este es mi opinión privada, para asegurar los grandes intereses de la provincia, quedando su muy atento amigo y servidor Q.S.M.B. W. BROWN"




(Fuente: Junín, Fundación y Gobierno, de Jorge Guillermo Howden)

ADHIEREN AL CICLO HISTORIAS FUNDACIONALES HACIA LOS 194 AÑOS DE JUNIN

























   













Comentarios




 



 



 








LA ACTUALIDAD