Arrieta: "El pueblo es verdaderamente el objetivo de la acción gubernamental"

"Todo se hace con el pensamiento puesto en su bien, en sus dolores y en sus angustias", dijo en su mensaje al asumir el gobierno municipal el 29 de julio de 1944. Y agregó: Por eso luchamos agrega el coronel Perón, por desterrar esa sofística promesa preelectoral que ha permitido que nuestros obreros vivan un régimen arcaico y carezcan de garantías frente a caudillos con hechuras de medioevo convertido en patrones de pueblo"





El sábado 29 de julio de 1944 asume como comisionado municipal el mayor Alfredo Arrieta. "Con el tren "Cuyano" que arribó a las 10.40 horas trasladóse ayer desde la metropóli (Ciudad de Buenos Aires) a nuestra ciudad el nuevo comisionado municipal mayor (R) Alfredo J. Arrieta. En la estación Pacífico esperaron al viajero autoridades y público que le hicieron objeto de un caluroso recibimiento con vítores a la Patria y otras exteriorizaciones. A poco de descender del convoy y ser saludado por varias personas, el mayor Arrieta acompañado del jefe del Distrito Militar mayor (R) Ricardo Mosto se ubicó en un automòvil oficial que de inmediato tomò rumbo al centro".

Así lo describe el diario La Verdad la llegada del mayor Arrieta a nuestra ciudad para hacerse cargo del gobierno municipal de Junín.

Y agrega el matutino: "La expectativa que había despertado la transmisión del mando comunal congregó alrededor del Palacio Municipal a numerosas personas, notándose un lleno en las dependencias del mismo. El sencillo acto que tuvo sus pasajes de emoción cuando el comisionado saliente fue despidiéndose con un apretón de manos de todos sus colabores y amigos fue propalado en todos sus detalles por "Publicidad Junín". (En aquella época había también tres diarios: La Verdad, Democracia y "La Voz del Pueblo". Desde el micrófono que fuera instalado en el despacho principal, el vecindario pudo escuchar por intermedio de la red de altoparlantes de la emisora local los discursos pronunciados que arrancaron prolongados aplausos".

PALABRA DE ARRIETA

Luego de hacer uso de la palabra el comisionado saliente, mayor Oscar Madina Lascano, lo hizo el nuevo titular del Ejecutivo municipal, mayor Arrieta. El texto de su mensaje es el siguiente:

"Hace seis años dejé esta ciudad laboriosa y progresista y vuelvo a ella con profunda emoción. En aquel entonces me correspondió el honor de ser jefe de su Distrito Militar durante tres años y ahora vuelvo con la responsabilidad de actuar como representante de la Intervención Federal en la dirección de su Comuna.

El cargo importa parta mí un honor y un deber...Sintiéndome obligado a la confianza otorgada por los gobernantes que patrióticamente conducen a la República hacia nuevos horizontes; y deber porque la hora actual, difícil e incierta, impone a todos los argentinos el imperativo de su colaboración con decisión y firmeza, serenamente, sin ostentaciones, con la voluntad inflexible de trabajar por los intereses superiores del país. Con tal concepto acepto mis funciones y la misma determinación exigiré a quienes por razones del cargo deben una consagración total y apasionada de los múltiples problemas de indispensable solución para impulsar el bienestar social en este partido.

Ha pasado la hora en que los jefes de la comuna ejercían su tarea fácil y cómodamente, limitándose a dejar hacer, a afianzar la preponderancia de intereses de círculo y a proteger a sus amigos; en que las comunas eran foco de favoritismo y de seducción y corrupción electoral. Esto pertenece a un pasado sin retorno.

Mi concepción es la de una comuna activa cuya misión guarde armonía con el proceso de dignificación y mejoramiento de la vida colectiva que se halla en gestación e ilumina las esperanzas de los mejores argentinos.

Hoy el país siente que por designios de sus conductores el pueblo es verdaderamente el objetivo de la acción gubernamental. Todo se hace con el pensamiento puesto en su bien, en sus dolores y en sus angustias,

El destino del pueblo, cuna de nuestras virtudes, ha dejado de ser una mera palabra repetida irónicamente. Es una realidad indestructible pues si hasta ayer había sido sustituido con olvido de las más caras tradiciones, hoy es el único inspirador y el único fin del gobierno.

La hora actual marca un nuevo derrotero. Nadie puede negar que a la par que se resuelven los más complejos problemas, al par que la República define su dignidad, en circunstancias históricas en la afirmación inquebrantable e inconmovible de su soberanía, se contempla con sentido fraternal la condición de los sectores menos afortunados, de los obreros, madres, niños, ancianos, desválidos, en un gran anhelo de justicia social.

El ideal de la hora es la grandeza de la Patria, junto con el pleno desarrollo de la personalidad humana, todo ello en un clima de honor y de superación.

Queremos, como dijo el vicepresidente de la Nación -en alusión a Juan Domingo Perón- desterrar los fatídicos gérmenes que los malos políticos inocularon a todos los organismos para debilitarlos, fraccionarlos y explotarlos en provecho propio. Por eso luchamos agrega el coronel Perón, por desterrar esa sofística promesa preelectoral que ha permitido que nuestros obreros vivan un régimen arcaico y carezcan de garantías frente a caudillos con hechuras de medioevo convertido en patrones de pueblo.

Identificado con los ideales de la Revolución, les consagraré mis energías y no habrá para mí sino argentinos que reclaman y ansían el formal, recto y honeste cumplimiento del deber. Como soldado desenvolveré mi situación dentro de austeras, sobrias y sencillas normas y como funcionario que me debo a este pueblo me inspiraré en la tradición ética y espiritual que constituye el blasón de la argentinidad.

Aspiro a la colaboración de todos los ciudadanos con preocupaciones de bien público y mi mayor deseo será de que al concluir mis funciones, pueda retirarme con la conciencia tranquila de haber sido un trabajador más, un trabajador honesto y leal en esta ciudad de trabajadores y hombres de bien", concluyó.

JUSTO ALVAREZ RODRIGUEZ, SECRETARIO GENERAL DE LA MUNICIPALIDAD

La primera designación efectuada por el mayor Arrieta fue la del secretario general de la Municipalidad, cargo que recayó en el doctor Justo Alvarez Rodríguez, rector del Colegio Nacional.

Y adelantó Alvarez Rodríguez a la prensa a poco de asumir que de acuerdo a las instrucciones recibidas, se exigirá a todo empleado una conducta intachable, pues no podrà pertenecer a la administración municipal persona que tenga algún antecedente policial por más leve que este sea.

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