Juan Manuel Respuela: 24 años párroco de Junín: "Es el amigo por excelencia de todos y para todos"

Asi lo definieron periodistas del diario La Verdad en 1950. El sábado 21 de enero de 1933 se hace cargo de la parroquia San Ignacio de Loyola. Falleció el 7 de febrero de 1956.



El Padre Juan Manuel Respuela llegó procedente de Alberti donde había ejercido su ministerio sacerdotal. Fue puesto en funciones por monseñor Andrés Calcagno.
Página de LA VERDAD del sábado 21 de enero de 1933 con que se da la bienvenida al Padre Respuela.
CUMPLIA AÑOS EL DIA DEL PARROCO


El cumpleaños del Padre Respuela era el 25 de junio por aquellos años -preconcilio Vaticano II-  era la festividad de San Juan y se conmemoraba el Día del Párroco.

Esa fecha era ocasión de festejo para Junín de los años de Respuela Párroco. El diario La Verdad, en su edición del sábado 24 de junio de 1950 dice así:

"Pocas veces se halla en nuestro medio un espíritu de absoluta adhesión y simpatía hacia una persona. Ella es la de nuestro cura párroco demostración de afecto que se intensifica precisamente el día de su onomástico, que coincide con la celebración del Día del Párroco, conjuntamente con las jubilosas expresiones que caracterizan la festividad de San Juan. Cohetes y fogatas presiden en todos los lugares del mundo católico esta fiesta del espíritu cristiano.

En nuestro medio está representado por la personalidad de un sacerdote de destacados méritos, reafirmados y acrecentados diariamente por una actuación de evidente relieve.

Unida a sus condiciones de inteligencia y bondad, el Pbro. Dr. Juan Manuel Respuela ha llegado a ser en nuestra ciudad, más que un admirable sacerdote, una verdadera institución.

El Padre Respuela tiene la virtud de saber conquista cabalmente la admiración de quienes frecuentan su trato, siguen sus consejos, aplauden su acción moral y se identifican con sus orientaciones, sino lo más difícil de conquistar que es el cariño, un cariño sincero y amplio , que no se limita a la feligresía sino que rebasa las fronteras de su actividad, expandiéndose y llegando a todos los rincones de la población, convertida en el reconfortante consuelo que significa solamente su presencia.

Dotado de un fino espíritu de observación, dentro de la observación permanente de una tradicional humildad, estudioso, dinámico, convierte su despacho en biblioteca pública, discutiendo temas de gran importancia, trascendentes para el beneficio de sus feligreses, sin que en ningún momento sus amenas y profundas disertaciones, alcancen el tono de la polémica ni de la imposición.

Corazón abierto a todas las iniciativas nobles y cristianas, su dirección señera en los asuntos que conciernen a su parroquia, a sus feligreses, a su iglesia no le conceden una pausa de merecido descanso.

Se diría que el Padre Respuela no duerme. Su cerebro está en constante ebullición. Su pensamiento va de un lado al otro, nunca con precipitación, sino preciso y concreto. Sus múltiples amigos que forman una verdadera legión aprecian sus bellas condiciones de carácter que, en una palabra, lo han hecho sencillamente imprescindibles al margen de sus actividades religiosas. Es el amigo por excelencia de todos y para todos. Por eso ha conquistado un lugar privilegiado en el consenso público que se ratifica en las oportunidades en que se le rinde tributo de jubilosas manifestaciones".

Precisamente ese domingo 25 de junio de 1950 se desarrolló un espectáculo en homenaje al párroco en el Teatro Italiano:




"La bondad era proverbial en él"

“Todos hemos encontrado un poco más a Dios por su intermedio. Dios le había concedido el peligroso privilegio de ser bueno. La bondad era proverbial en él”, así lo despidió en su fallecimiento, el entonces presbítero Eduardo Pironio Eduardo Francisco Pironio quien veinte años más tarde sería designado cardenal .

El martes 7 de febrero de 1956 es una jornada de duelo en la ciudad. Ese día falleció el presbítero Juan Manuel Respuela  -una avenida recuerda hoy su figura-, un sacerdote que marcó una época en Junín. El religioso –que había nacido el 27 de enero de 1893- murió en su ciudad natal, Mercedes. Estaba al frente de la parroquia San Ignacio de Loyola desde el 21 de enero de 1933.

En nuestra ciudad cumplió una vasta acción pastoral y social. Una multitud acompañó el cortejo hasta la iglesia que lo supo tener como párroco y guía durante 23 años.
La comitiva oficial estaba encabezada por el comisionado municipal, capitán de corbeta (r) Hernán D. Copello, integrándola también el segundo jefe del Regimiento 1 de Artillería “Brigadier General Iriarte”; teniente coronel Abel Francisco Spotorno; el jefe del Distrito Militar 17, mayor Miguel R. Müller; el interventor de la Unidad Regional de Policía, capitán Felipe Zaballa Carbó; miembros de la Junta Asesora, José Aníbal Ortega, Claudio Cormick y otros; comisario R. Zabaleta y el presidente de la Junta Parroquial, Romualdo Nelly, además de oficiales de la guarnición militar, representantes de la banca, la industria y el comercio, así como delegados de distintas instituciones. Junto a ellos, los presbíteros  Santiago Ghío, cura párroco de Villa Belgrano; Juan Filgueira, cura párroco de San José; José Güida, cura párroco de 9 de Julio; Benito Kaufman, cura párroco de General Viamonte y otros sacerdotes de la zona.
Fotos publicadas por el diario LA VERDAD. Una multitud acompañó los restos del Padre Respuela.

El miércoles 8 se efectuó el sepelio de sus restos. La misa principal fue oficiada por el cura párroco de Villa Belgrano, Pbro. Santiago Ghío y por la tarde, el obispo diocesano, monseñor Anunciado Serafini ofició un solemne responso cantado, asistido por los Pbros. Lino Giacinti y Domingo Güida, mientras que el Pbro. Eduardo Pironio realizó la función de maestro de ceremonia.

Luego de la oración, el presbítero Eduardo Pironio pronunció una emotiva homilía: “Es la primera vez, después de 23 años, que la familia parroquial de San Ignacio se reúne sin su Padre. Pero a los pies sin movimiento de su Padre (…)Todos hemos encontrado un poco más a Dios por su intermedio (…)Dios le había concedido el peligroso privilegio de ser bueno (…) La bondad era proverbial en él. Quizás un poco temperamental en sus principios, pero convertida luego en auténtica caridad sobrenatural, porque amaba fuertemente a Dios, a la Iglesia, a sus hermanos. Amaba fuertemente al hombre (…) Tuvo un hondo sentido de la amistad, sobre todo de la amistad sacerdotal. Era quizás exageradamente amigo. No entendía que en los repliegues del corazón humano pudiera encerrarse la insinceridad y la falsía. Por eso era a veces incontroladamente abierto”.

Por su parte, el entonces obispo diocesano, monseñor Anunciado Serafini, ofició el último responso en el cementerio Central, donde fueron trasladados los restos de Juan Manuel Respuela. Despidieron al sacerdote, con elocuentes palabras, los señores Aníbal Sánchez, por el diario LA VERDAD; José Aníbal Ortega, por la Municipalidad y la Comisión Asesora; Martín Guibelalde, por los amigos y Romualdo Nelly, por la Junta Parroquial.
Tapa del diario LA VERDAD del miércoles 8 de febrero de 1956 donde se informa sobre el fallecimiento del Padre Respuela.
El traslado de sus restos al templo


ARRIBA: El cura párroco de San Ignacio (1957) Pbro. Vicente Di Yorio en momento de recibir los restos del Padre Respuela a la entrada del templo. ABAJO: Asisten al acto religioso, autoridades locales y familiares del extinto.

Al cumplirse un año de su fallecimiento, el 7 de febrero de 1957, los restos del Padre Respuela son trasladados y sepultados en la iglesia matriz San Ignacio de Loyola (“allí en el rincón de la izquierda”, como lo quiso y lo hizo saber cuando vio acercarse su última hora), cumpliendo así un deseo del sacerdote.

La crónica del diario La Verdad del 8 de febrero dice así: "Ya descansa al pie de su iglesia parroquial en Junín el que por casi un cuarto de siglo fuera su pastor celoso, el padre generoso de toda su feligresía que la comprendía no sólo la grey católica, sino los habitantes todos de la ciudad esta, a la que quiso como propia desde el día de su llegada y a la que se dedicó por entero, con entrega total de su dinamismo desbordante y de su gran corazón. El Presbítero Juan Manuel Respuela fue para Junín sobre todo eso: un padre generoso para todos sus hijos y un entregarse constantemente a remediar sus necesidades espirituales y temporales. Una prueba de ello es que sus 24 años de labor en Junín y los otros muchos cumplidos con anterioridad en Alberti y en Chivilcoy no le reportan ventaja material alguna.

Lo menos que podía prodigarse Junín, en consecuencia, era su conocimiento a esa, su incansable labor apostólica. Y esa cariñosa adhesión a su memoria, se exteriorizó ayer en oportunidad de realizarse el acto de traslado de sus restos mortales al atrio de la iglesia San Ignacio de Loyola. Y ello se quiso que coincidiera con el primer aniversario de su deceso cumplido ayer.

A la hora dispuesta, autoridades, familiares y amigos se habían trasladado al Cementerio Central donde procedieron a retirar el ataúd con los venerados restos del Pbro. Juan Manuel Respuela, el que fue conducido en una cureña cubierto de ofrendas florales. Al arribar el cortejo a la iglesia parroquial esta se hallaba colmada de fieles, oficiándose un funeral acto que estuvo a cargo del cura párroco de San Ignacio, presbítero Vicente Di Yorio. Concluida la misa el canónigo monseñor Nicolás Derisi pronunció la oración fúnebre y luego de oficiarse el responso cantado, el ataúd fue conducido al atrio siendo depositado en el lugar que se había dispuesto, respondiendo a los deseos del Padre Respuela. 

Previamente, el Vicario General de la Diócesis, monseñor Eduardo Pironi, bendijo la tumba.
Se hallaba presente la lápida de mármol con leyenda que recordará por siempre a los fieles que allí descansan los restos de su querida Padre Respuela. En ella se lee la siguiente inscripción: AQUI REPOSA EL PBRO. JUAN MANUEL RESPUELA - 24 AÑOS CURA PARROCO DE JUNIN - EN LA ESPERANZA DE SU RESURRECCION. (una cruz y la fecha de su fallecimiento) 7-2-1956

Los actos realizados ayer se cumplieron con la asistencia de las autoridades locales presididas por el señor comisionado municipal Tte. Cnel. Ernesto Castañeda Araoz; Vicario General de la Diócesis de Mercedes, Mons. Eduardo Pironio; Delegado en la Argentina del Superior General de los Hijos de Santa María Inmaculada R.P. Tomás Bertolotto; curas párrocos de Villa Belgrano R.P. Santiago Ghío y de San José, Juan Filgueiras; secretario general de la comuna, Roberto M. Portela; funcionarios, numerosos sacerdotes, familiares del Padre Respuela, amigos del extinto y numerosos fieles que siguieron con emoción las diversas ceremonias.

Durante el día, numerosas personas se allegaron al atrio de la Iglesia parroquial para rendir reverente tributo ante la tumba del ex párroco y elevar al cielo una oración por su alma.
Diario LA VERDAD, lunes 18 de febrero de 1957: HONRAN LA MEMORIA DEL PADRE RESPUELA. Como lo tenía dispuesto la Asociación Católica Ferroviaria de Junín tributó ayer un homenaje recordatorio a la memoria del Pbro. Juan Manuel Respuela que fuera primer asesor espiritual de la entidad (...)En la oportunidad, luego de ser colocada una ofrenda floral por parte de la Asociación Católica Ferroviaria, el presbítero Lino Giacinti rezó un responso.
SACERDOTES QUE ASISTIERON A LOS ACTOS DE HOMENAJE AL PADRE RESPUELA

Además de los sacerdotes de la parroquia San Ignacio de Loyola, asistieron a los actos realizados en el primer aniversario del deceso del Padre Respuela los siguientes sacerdotes amigos del extinto: Vicario General de la Diócesis de Mercedes monseñor Eduardo Pironio, Delegado en la Argentina del Superior General de los Hijos de María Inmaculada R.P. Tomás Bertolotto, monseñor Dr. Octavio N. Derisi, profesor del seminario de La Plata y canónigo de la catedral platense; Pbro. Pedro L. Menini, cura párroco de San Isidro; Pbro. Antonio Ulrich, cura párroco de Carlos Tejedor; Pbro. Gastón Romanello, cura párroco de Arribeños; Pbro. José P. Prieto, cura párroco designado de Bunge; Pbro. Abel Amondaraian, vicario cooperador de Pergamino; Pbro. Pedro Biet, vicario cooperador de Chacabuco y además los presbíteros Lino Giacinti, cura párroco designado de Baigorrita; Juan Filgueira, cura párroco de San José y R.P. Santiago Ghío, cura párroco de Villa Belgrano.

Comentarios




 



 



 








LA ACTUALIDAD