El transporte de cargas, pasajeros y encomiendas

La tradicional carreta de dos ruedas sujetadas con lonjas de cuero crudo, eje y pértigo de madera dura proveniente de milenarios bosques norteños, techada con cueros de potro o vacunos, y arrastrada por dos o tres yuntas de bueyes, constituyó en nuestra extensa llanura pampeana el primer medio utilizado para el transporte de cargas.
Después de algunas modificaciones acordes con la natural evolución, la primitiva carreta fue sustituida con algunas ventajas por el carro de dos altas ruedas con eje y llantas de hierro, denominado "carro castillo" por su llamativa altura, ya que sus ruedas medían unos tres metros de diámetro.
Este carro fue reemplazado más tarde por distintos tipos de chatas y vagones de cuatro ruedas, tirados por un grupo de ocho o diez caballos, animales éstos que proporcionaban un mejor servicio por su mayor rapidez y facilidad de manejor.
El referido sistema de transportar cargas, las que llegaban a los pueblos y ciudades del interior para ser transbordadas a los vagones del ferrocarril, perduró hasta el advenimiento del transporte automotor, utilizado en la actualidad como un signo evidente del progreso tecnológico.
En aquella época de incipiente organización, la industria relacionada con la construcción y reparación de carros, y demás carruajes, posibilitó un más eficiente transporte de cargas y pasajeros dando lugar al desarrollo del ágil intercambio comercial que cada vez se hacía más ostensible en nuestra campaña.
Entre los pioneros de dicha industria, llegados a Junín desde mediados del siglo pasado y de actuación tan positiva, podemos citar a Mamerto Mansilla, los hermanos Elizalde, Antonio Comuni, Carlos y Alfonso Panizza, Serafín Rodoni, Emilio Puricelli, Vicente Gioia, Victorio Gianello, José Plez, Angel Brianza, Busetti, Cerruti, etc., etc.
Por aquellos tiempos, en los caminos no existían puentes ni terraplenes; los pajonales ocupaban profundos baches que era necesario sortear con habilidad, los pasos fangosos y los cañadones eran de sumo riesgo y se los encontraba frecuentemente en la mayoría de los itinerarios habituales.
Aquellos hombres y aquellas llantas fueron precursores de las líneas de ferrocarriles, los que trajeron una solución de suficiencia a los agudos problemas viales de entonces, resueltos hasta ese momento a fuerza de corazón, de perseverancia y coraje.
Entre quienes actuaron en Junín y su zona de influencia figuraban: Luis Zerbini, Antonio Guerrero, Pedro Levalle, "Pascualin", Francisco Arregui, Bartolomé Ferrá, Miguel Anolles y otros más.,
Miguel Anolles se vinculó a Junín allá por el año 1863, actuando durante mucho tiempo como mayoral de diligencias. Más tarde se estableció con una empresa de volantas y por último con un servicio de pompas fúnebres.
Durante el año 1876, época en que se ocupaba de explotar su empresa de volantas, tomó parte en la expedición del coronel Conrado Villegas, la que partiendo del fuerte General Levalle -actual ciudad de General Pinto- tuvo por objeto la fundación del fuerte de Trenque Lauquen.


(Fuente: Luis Sciutto Ferretto, "Junín en la historia y hombres que lo impulsaron")
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