1950: Los talleres ferroviarios: el escenario de un crimen y la redacción novelesca del hecho policial

La crónica periodística de un grave hecho policial de mediados de 1950. Una noticia redactada casi como novela policial. El estilo periodístico de una época donde cada artículo o nota procuraba ser casi una obra literaria.






"Un obrero ferroviario atacó a tiros a sus superiores. Una de las víctimas, el señor Victorio Camerini, murió alcanzado por un proyectil".

Así era el titular del diario La Verdad, del sábado 8 de julio de 1950 describiendo un hecho policial ocurrido el día anterior.

La crónica periodística es la siguiente:

"La intemperancia de un obrero del riel ha originado ayer -viernes 7 de julio- en nuestra ciudad un luctuoso suceso que, no solamente lleva el luto a un estimado hogar, sino que pone en peligro la vida de otro laborioso vecino. La consternación producida por el hecho se hizo extensiva a todos los círculos. Es que los protagonistas, especialmente el caído bajo el plomo homicida, son personas conocidas en los distintos sectores de Junín.

La muerte del señor Victorio Camerini provocada por manos extraviadas, es lo que más ha conmovido al vecindario, pues tanto por la forma en que se eclipsó su existencia como por la pérdida sensible que ello significa para la sociedad, esos motivos se conjugan en una expresión de dolor intensa. Es que no solamente se ven así disminuidas las filas de trabajadores honestos y capaces sino que se suscita un vacío irremediable en un hogar, por tantos conceptos merecedor de la consideración general.

GRAVE INCIDENCIA

Eran aproximadamente las 8.45. Los grandes talleres del F.C. Gral. San Martín entraban en plena función. Entre ese enjambre humano que a diario concurre a esas importantes instalaciones, nadie sospecharía, por supuesto que en un rincón donde la actividad es más intensa, un arranque de cólera iba a truncar la vida de un camarada y causar otra víctima.

Fue en la sección Calderería, entre el ensordecedor ruido de remachadoras y demás elementos mecánicos. A raíz de una diferencia ocasional, el oficial Jesús María Mercado, de 51 años, casado, luego de discutir acaloradamente con sus superiores: el jefe de la sección señor Victorio Camerini (foto de la derecha), argentino, de 49 años, casado, domiciliado en Borges 320 y el subjefe Rafael Cachione, que vive en Francia 386, los atacó a tiros de revólver. Al primero lo alcanzó un proyectil en la región del cuello, sin orificio de salida lo cual le produjo el deceso en contados minutos, mientras que al segundo otro balazo le causó una herida de pronóstico reservado en la articulación escapulo humeral (hombro). En su furia agresiva, Mercado aplicó varios golpes en la cabeza a Cachione, provocándole, además, una serie de lesiones leves. El herido quedó internado en el Hospital Ferroviario.

SE CONSTITUYO EN DETENCION

Después de cometer el criminal atentado, Mercado se encaminó en dirección al túnel y cuando llegó a su puerta de acceso, el sereno L. Rivero intentó impedirle la salida ya que el homicida carecía de la autorización especial que se acuerda para alejarse del lugar de trabajo.

Claro está que Rivero estaba ignorando por completo lo ocurrido.

Ante esta negativa, Mercado hizo ademán de atacarlo con su arma y entonces, ante la terrible amenaza, el sereno optó por dejarlo seguir no sin pasar por un momento de angustia.

El malhechor se dirigió a su domicilio y allí hizo un cambio de indumentaria, llevándose un sobretodo. Poco después se presentó en la guardia de la comisaría central (actual Comisaría Primera) dando cuenta de lo que había hecho.

CUESTIONES DE TRABAJO

El homicida alega que atentó contra sus superiores por cuestiones de trabajo. Dice Mercado que las relaciones con aquellos se había enfriado últimamente a raíz de que le disgustaba tener de ayudante a un obrero con quien no simpatizaba y que a pesar de haber pedido el cambio de ese hombre, el prolongarse esa situación lo exasperó hasta hacer crisis.

En sus primeras manifestaciones no parece experimentar nada que denote estar arrepentido de su delito. Habla con soltura e insiste en que a consecuencia del agrio altercado, perdió el control de sus nervios. Parecería que buscara justificarse en esa circunstancia.

ESCENAS RAPIDAS

Todos los pormenores que han podido recogerse, hacen presumir que las escenas se sucedieron como en una proyección de cine.

Tal la forma en que se precipitaron los acontecimientos que nadie pudo terciar en la disputa e impedir sus fatales resultados. Se tiene la impresión, con bastante fundamento, que ha sido difícil a los demás operarios que estaban trabajando cerca del lugar del hecho, poder escuchar la incidencia que vino a degenerar en semejante tragedia.

Los ruidos extensos que en la sección Calderería se van sucediendo en toda la jornada, producidos por el funcionamiento de los sopletes automáticos y demás elementos hacen casi imposible a veces, poder entenderse a corta distancia.

EL AUTOR

Jesús María Mercado, el autor del suceso, es más conocido por su sobrenombre "El Tucumano", a pesar de que es nativo de Catamarca. Fue trasladado a Junín de los talleres de Mendoza, en 1937, habiendo ingresado a esa labor en 1926.

Tiene todas las características de hombre de acción y gustaba hacer alarde de guapeza. Hacía gala, igualmente, de buen vestir, detalle que no descuidó tampoco al momento de constituirse en detención.

LAS VICTIMAS


Con la inesperada desaparición del señor Victorio Camerini, el deporte local pierde a una de sus figuras propulsoras.

Las instituciones locales, entregadas a esa actividad, le deben mucho de sus iniciativas. Tuvo una actuación descollante en el Club Junín, habiendo sobresalido por su aficción al tenis. Fue igualmente un militante activo en la Unión Ferroviaria.

Por su parte, el señor Rafael Cacchione (foto de la izquierda), es un entusiasta aficionado a la pesca mereciendo en el medio que frecuenta la mayor consideración y estima.

INTERVENCION DE AUTORIDADES

La sangrienta novedad que cundiera rápidamente en todas las secciones de los talleres poco demoró en ser comunicada a la superioridad, de tal suerte que uno de los primeros en arribar a su escenario fue el jefe de personal, señor Patricio Manifesto -quien posteriormente sería intendente de Junín por el Partido Peronista- quien secundado por sus colaboradores adoptó de inmediato todas las providencias necesarias.

Cuando tuvimos oportunidad de abordarle en su despacho el señor Manifesto se mostraba profundamente apenado por lo sucedido. Facilitó nuestra misión en lo necesario, sin dejar de reiterar sus sentimientos de pesar.

LA POLICIA

Puesta la policía en conocimiento del hecho, interviene el oficial ayudante H. Luis Ferrari, el subayudante Luis Bernat y el cabo Eugenio Goicochea.

Estos hicieron trasladar a las víctimas hasta el Hospital Ferroviario, donde de inmediato se le prestó al herido los servicios de emergencia.

Luego de practicársele al cadáver de Camerini la autopsia que exige la instrucción del sumario respectivo, fue entregado a sus deudos.

INDIGNACION COLECTIVA ENTRE LOS FERROVIARIOS

Haciéndose eco de la indignación colectiva que provocara el grave suceso entre los obreros de los talleres y a su pedido, la Comisión de Reclamos de la Unión Ferroviaria notificó a la superioridad que habíase dispuesto como protesta condenatoria y en adhesión al duelo, no concurrir a las tareas durante las horas de la tarde.

El cese de actividades fue total en aquellos departamentos, no así en las oficinas de administración y superintendencia, donde por razones de servicio debió trabajarse.

Esto no fue impedimento para que el personal hiciera un paro de cinco minutos a las 15, rindiéndose así homenaje al inmolado en aras de sus obligaciones y como acto de solidaridad a la determinación de los demás trabajadores"


EL HOMENAJE UN AÑO DESPUES

El sábado 7 de julio de 1951, al cumplirse un año de este crimen, se realizó un homenaje a ambas víctimas fatales. En la edición del diario La Verdad del domingo 8 de julio de 1951  indicó que el acto contó contó con las adhesiones de todas las secciones y departamentos administrativos de los talleres, así como el Club Junín y del hogar Belgrano la que rindió homenaje a Camerini, el cual fue benefactor de la entidad.

Uno de los oradores fue José Merlo quien dijo: "Hace ya un año el departamento de Calderería del ferrocarril San Martín se sintió lacerado por un rudo golpe que hizo estremecer los corazones de todos los compañeros que vieron caer bajo el plomo homicida disparado por la mano criminal de un hombre que no pensó un instante lo brutal de su acto contra la vida de dos personas que gozaban de gran estimación entre sus superiores y compañeros por lo relevante y excepcional de sus condiciones: Victorio Camerini y Rafael Cachione.

Dos hombres laboriosos de conducta intachable, Fieles cumplidores de su deber como superiores del departamento, que sabían interpretar con abnegación y cariño las inmensas tareas que requería la vida diaria del ferrocarril que hacían con su nobleza más llevadera la vida de trabajo y que sembraban al paso de ambos simpatía y estima profunda.

Así pagó con la vida Victorio Camerini por ser bueno y confiado ante un hombre que vivió en acecho como una hiena, para poder dar así el zaparzo mortal a sus victimas. Rafael Cacchione otra víctima de esa mano despiadada que al ver caer a su compañero corrió para defenderlo pagando también tributo a tan noble acción".




















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