Marchas y contramarchas en el avance de la construcción del Fuerte. En febrero llega Rauch. Arriban doce prisioneros de guerra proveniente del Brasil. Deserciones y llegan las primeras familias.
El 4 de enero de 1828 Escribano comunica a Rosas: "La abundancia de sabandijas que hay en este destino ha puesto la caballada del Regimiento 5to a mi accidental mando en un estado de inutilidad que no cuento con ellos para el caso de repelar al enemigo". El gobierno entonces a Francisco Acevedo la entrega a Escribano de 200 caballos que tenía en su poder.
El día 16 este confiesa que tropezaba con grandes dificultades para establecer definitivamente la nueva guardia.
Los inconvenientes para la construcción de los cuarteles aumentaban día a día. El fundador nos da idea acabada de ello en la siguiente nota dirigida al Comandante de Campaña: "La falta de tijeras y latas han paralizado la obra de los cuarteles pues no he omitido diligencia alguna para la conducción de las que se hallan en San Pedro para lo cual he tenido al oficial de la Comandancia en busca de estas ocho días por el partido de Arrecifes y en donde se sabía las había, pero todo ha sido inútil por no haber encontrado una sola".
En consecuencia, el día 7 las autoridades ordenaron al juez de paz de San Pedro, Laureano de Anzoategui "que a toda costa y bajo contrato fletara las carretas con los elementos necesarios". El 11 partían de San Pedro seis carretas que, según Anzoategui, estaban listas "para caminar al salir la luna". La celeridad con que obrara en esta emergencia el juez de paz Anzoategui mereció, por intermedio de Balcarce, una nota de felicitación del gobierno, compenetrado de la enorme importancia del problema creado al comandante Escribano por la falta de materiales.
El número de piezas conducido por las seis carretas era superior a tres mil entre horcones, tijeras, latas y sauces para cumbreras de los ranchos.
Federico Rauch |
A su llegada, Rauch (ver biografía en este link de juninhistoria.com) acusó al comisario del Fuerte Eugenio Perichón, de no haber abonado en forma completa los jornales correspondientes a los soldados prisioneros que trabajaban en la construcción de la guardia. Ordenada la instrucción del sumario correspondiente, se comprobó la exactitud de los cargos formulados por lo que Perichón fue alejado del cargo que desempeñaba.
En marzo renunció el comisionado de las obras del fuerte, Angel Pacheco, quien había sido propuesto por Rosas para el cargo en una nota dirigida al Inspector General de Armas "por reunir -decía- el complejo de aptitudes precisas para el cargo". En su reemplazo se designó el 7 de marzo a Juan Pedro Aguirre.
Para apresurar las obras de la guardia, el Gobierno envió doce prisioneros de la guerra con Brasil (25 de octubre de 1825- 28 de agosto de 1828 ver más haciendo click acá) de acuerdo con el decreto dado por Dorrego el 27 de agosto de 1827.
Rosas, al organizar la expedición fundadora, había ordenado que se entregaran a la misma 18 tercios de yerba mate, 18 rollos de tabaco y 30 resmas de papel, cuya duración calculó en tres meses aproximadamente. El cálculo no pudo ser más exacto: en marzo Rauch comunica al gobierno que estaban terminándose esas mercaderías. Desde la fecha que partiera la expedición habían transcurrido exactamente tres meses. Al tener conocimiento de esa escasez, las autoridades dispusieron las medidas necesarias para su solución, y en vista de que las obras en la guardia se realizaban con excesiva lentitud, se enviaron nuevos elementos de trabajo y además ocho prisioneros de guerra destinados para el Regimiento 5to., nueve hombres tomados de leva y cuatro desertores.
El aumento de personal para poder continuar las obras había sido solicitado por Rauch en nota del 24 de marzo:
Batalla de Ituzaingó, Guerra con el Brasil |
Con la misma fecha, Rauch se preocupa por la peligrosa situación del regimiento a su mando en virtud de las continuas deserciones, en una nota dirigida a la Inspección General, cuyo titular era José Rondeau (ver biografía haciendo click acá) en la que expone el grave problema que se había creado:
Dice así:
José Rondeau |
Interesado como lo exige mi deber en llenar todos los objetos que el Superior Gobierno se ha servido encargarme cuando me hace el honor de confiarme el mando de esta frontera es mi obligación representa a V.S. que la poca fuerza que tiene el regimiento de mi mando es un motivo poderoso para desconfiar que aquello se cumpla. En el día tiene este regimiento 330 plazas de las que V.S. no ignora que siempre hay bajas en el Hospital, caballadas y otras comisiones indispensables en un cuerpo, con lo que queda reducido a poco más de doscientos hombres disponibles. A este estado ha llegado el regimiento en virtud de las bajas que ha tenido desde el mes de junio y julio del año pasado en que constaba de 560 plazas, pero la deserción y los dados de baja por orden superior e inútiles y el no haber tenido sino una u otra alta casual lo han disminuido como ya he dicho y probablemente cada día será más si no hay entrada de reclutas. El que suscribe cree muy conveniente dirigir a V.S. esta exposición que es seguramente interesante cuando de ella estriba el verdadero concepto que la superioridad puede formar de la seguridad y adelantamiento de esta frontera, debiendo yo hacer presente que del buen resultado de una u otra cosa no puedo ser responsable en la actualidad, en consecuencia de los motivos en que me fundo.. Dios guarde a V.S. muchos años, Fuerte Federación, Marzo 24 de 1828".
A pesar de todos los inconvenientes con que tropezaba, las autoridades del naciente fuerte no desmayaban en su obra, ayudadas en su propósito por un reducido núcleo de familias, cuyo estoicismo queda revelado en la dramática simplicidad de la siguiente nota dirigida por Rauch al gobierno de la provincia:
"Para que el superior gobierno vea realizados los beneficios que se propuso proporcionar a la provincia, cuando dispuso la formación de la nueva frontera, creo de mi deber como encargado de este punto hacer presente a V.S. las observaciones siguientes para que se sirva poner en conocimiento de la Superioridad: Al tiempo de emprender esta fuerza su marcha desde el Salto, se dio orden en el cuerpo para que cada individuo que a ella pertenece pudiera traer consigo su familia, prometiéndoles los palos y demás auxilios para hacer los ranchos. Esta orden fue dada por el jefe que se halla a la cabeza del regimiento y en virtud de promesas hechas a este de parte del Sr. Ministro de Guerra y del Sr. Comandante General de Milicias, pero aún cuando no hubiesen ofrecido estas circunstancias, es una medida indispensablemente necesaria el que se proporcione a las familias de estas tropas estos recursos y para el Estado es un gasto de poca consideración y para el soldado es del mayor interés estando en la imposibilidad de proporcionárselo por sí mismo.
Ha venido un número regular de familias y más que se han podido aguardar esperando hasta ahora que se les proporcione auxilios para levantar un triste rancho, pero la estación fría se presenta con rígidez, las familias de las que tienen muchas criaturas chicas, están a la intemperie lo que causa tanta más compasión cuando se considera que por la carestía de los géneros y el escaso sueldo de sus maridos se hallan medio desnudas. Muchas de ellas regresan a la frontera vieja en donde no falta quien de compasión le dé abrigo en algún rancho y un pedazo de carne para su manutención. Atrás de algunas familias se desiertan algunos soldados pues es impracticable el contener hombres en un lugar donde no existen mujeres.
Lo expuesto será suficiente para conocer que de este modo, este establecimiento lejos de prosperar se irá disminuyendo diariamente y el gobierno no verá el fruto de sus benéficas miras; los gastos efectuados hasta ahora no proporcionan un resultado útil y los jefes encargados de estas obras se esmeran en vano en su adelanto...El Jefe que suscribe está íntimamente persuadido que si la superioridad se digna proporcionar los auxilios y dar la protección necesaria a esta establecimiento, tendrá dentro de poco tiempo una población regular, una frontera respetable y aún esta campaña igualará en breve al resto de la Provincia. Dios Guarde a VS. muchos años, Fuerte Federación, Marzo 25 de 1828"
El documento transcripto no necesita mayores comentarios, pues nos advierte, por sí solo, la terrible situación de una población semidesnuda, viviendo a la intemperie por carecer del más mísero rancho en qué alojarse. El gobierno contestó lacónicamente: "Dígase que siendo la existencia del Nro. 5 en el Fuerte de la Federación accidental por ahora y no estando el gobierno obligado a dar casa para las familias, se acomoden estas del modo posible hasta nueva resolución".
El 11 de agosto se produjo una importante invasión de indios que fue dificultosamente contenida por Rauch en las proximidades de la laguna "El Carpincho". En el parte que elevara a la superioridad, Rauch hacía notar que sus soldados, por carecer de monturas, habían tenido que combatir "montados en pelo".
El gobierno se sintió molesto por estas manifestaciones e hizo a su vez, cargos al coronel Rauch por su actuación en el combate. Este, afectado por los cargos, solicitó que un consejo de guerra juzgara su conducta en los hechos del día 11. El gobierno, reconociendo sus virtudes personales y condiciones militares, no accedió al pedido de juicio dándose por satisfecho.
El día 29 de agosto fugaron del fuerte seis brasileños hechos prisioneros en la guerra que nuestro país sostenía con el suyo y que había sido destinados a trabajar en las obras de la nueva guardia.
Debemos recordar que cuando Escribano partió con el regimiento 5 para fundar Federación, llevaba consigo 32 prisioneros brasileños, número que fue aumentando más tarde con nuevos envíos desde Buenos Aires. Los 37 que había en total fueron puestos en libertad por orden del gobierno el 12 de octubre de 1828. Treinta de ellos optaron por regresar a su país y el resto se radicó en Buenos Aires.
El 13 de noviembre, Rauch, sintiéndose enfermo, solicita autorización del Gobierno para trasladarse a la Capital, con el objeto de atender su salud. La nota respectiva decía así: "El que suscribe pone en conocimiento del Sr. Inspector General que habiéndose agravado aún más la enfermedad de que dió cuenta en comunicación del 30 del pasado y careciendo aquí de los recursos que son necesarios, espera que V.S. se servirá permitirle trasladarse a esa Capital con ese objetivo".
Juan Lavalle |
Por una circunstancia especial tienen activa participación en los sucesos posteriores al estallido de ese movimiento cinco hombres de preponderante actuación en los prolegómenos de la fundación y primeros pasos del Fuerte Federación: Rosas, Dorrego (ver biografía haciendo click acá), Escribano, Rauch y el comandante Acha.
En efecto, derrocadas las autoridades legítimas, Rosas y Dorrego se dirigen hacia Navarro, Lavalle derrota a este último en dicho lugar y en vez de dirigirse hacia el norte, Escribano decide marchar con rumbo a Areco en busca del Regimiento 5to. que, a las órdenes del Coronel Pacheco, se hallaba en las inmediaciones del lugar. Rosas se separa de él no sin antes prevenirle de la posibilidad de una traición por parte del coronel Escribano. El Regimiento 5to había sido mandado durante muchos años por el coronel Federico Rauch quien se encontraba distanciado de Dorrego y que, como dice el historiador Saldías, conservaba aún su prestigio entre los oficiales de ese cuerpo.
Dorrego alcanza a la división en las inmediaciones de Areco. Escribano y el sargento mayor Acha se sublevan contra la autoridad de Pacheco y le hacen prisionero al gobernador vencido, conjuntamente con aquel y Luis Dorrego.
Los tres prisioneros son conducidos a Buenos Aires por el propio Escribano quien se pone en marcha al día siguiente, 11 de diciembre. En el viaje permite a Dorrego escribir dos cartas dirigidas al Almirante Brown y al doctor José Miguel Díaz Vélez. Mientras tanto, el general Lavalle ordena al coronel Rauch que reciba a los detenidos y los ponga a disposición del cuartel general. El día 13 de diciembre, Dorrego es fusilado por orden de Lavalle. Su fusilamiento apresura las horas luctuosas que esperan al país.
(Fuente consultada: "Apuntes para la historia de Junín", de René Pérez)
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DORREGO EN LA OPTICA DE FELIPE PIGNA (FRAGMENTO DE ALGO HABRAN HECHO....CON MARIO PERGOLINI)
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