Por los pasos del Fuerte Federación

El Archivo Histórico Municipal llevó adelante una visita guiada por el área fundacional de la ciudad. Así se pudo conocer qué había, hace 185 años atrás, en los sitios donde hoy se erige la zona cívica, bancaria, comercial y residencial de la ciudad.


Escribe Roberto Torres
Redacción de LA VERDAD
(Nota publicada en la edición del domingo 30 de diciembre de 2012)


Alfonsina Iacullo y participantes de la primera experiencia propuesta desde el Archivo Histórico Municipal para recorrer, y recrear, imaginariamente, el Fuerte de la federación.




El portón levadizo del fuerte se baja lentamente para que un grupo de juninenses ingresen por él, al interior del Federación, por la “Calle Larga” rumbo a la plaza de armas en una tarde calurosa de un diciembre veraniego, un día después de que el emplazamiento que con el tiempo se transformaría en una pujante y dinámica ciudad del noroeste bonaerense, cumpliese un nuevo aniversario de su fundación, misión llevada a cabo por el comandante Bernardino Escribano.
Este viaje imaginario, de la mano de Alfonsina Iacullo, a cargo del Archivo Histórico Municipal –desde donde partió la iniciativa de la experiencia-, permitió a quienes lo hicimos ir reconstruyendo nuestro pasado y ante nuestra admiración, no podíamos menos que maravillarnos y asombrarnos a cada paso que se daba al conocer nuestro pasado en este camino que llevamos hacia el bicentenario de la ciudad.
La puerta del Fuerte Federación –que estaba rodeado por un foso- estaba sobre calle XX de Septiembre, a mitad de la primera cuadra, aproximadamente a la altura del número 168. El frente se extendía entre calle Ataliva Roca a Saavedra, con un ancho máximo que actualmente comprendería las calles General Paz a Alberdi, aproximadamente donde ahora se encuentra la Jefatura Distrital y Comisaría de la Mujer, en un extremo, y las oficinas de Telefónica, en el otro. El emplazamiento militar era una planta pentagonal y en cada vértice había un cañón para defensa –uno de los cañones es el “Gran Abuelo” que se exhibe actualmente en la entrada de la Guarnición Militar Junín y que fue declarado patrimonio municipal-.

Muros de casi 6 metros de alto

Como un dato importante, y prácticamente una primicia para quienes realizamos este minitour histórico, el profesor Heberto Lacentra –prestigioso investigador juninense autor del libro “El Fuerte Federación” que recrea al lugar en sus etapas- comentó que tras nuevas investigaciones realizadas por él, pudo determinar y comprobar que “el paredón del Fuerte era una verdadera muralla. Desde la puerta hasta detrás de la iglesia San Ignacio, tenía entre 1,30 y 1,40 metros de base y 5,80 metros de alto. Yo me guié por los historiadores que me precedieron que no pretendía modificar –hablaban de 1,20 por 80 centímetros de ancho-, pero me quedé con la duda hasta que pude encontrar el documento que demostraba esa medida”, comentó.
Lacentra también hizo referencia a los treinta prisioneros brasileños, que fueron traídos en la época del Federación, cinco de los cuales quisieron quedarse aún cuando recuperaron su libertad.
El Fuerte se encontraba dividido en dos: la primera parte era el cuadro de la guardia hasta calle Francia y Gandini y desde allí hasta el extremo, por lo que es hoy la Plaza Alem, se extendía el “Gran Potrero”, lugar donde estaban los animales y caballerizas, a la cual se debía acceder por un segundo punto puesto que estaban separadas ambas partes del Federación por un foso.

Calle Larga

Es la actual XX de Septiembre y fue la primera denominación que tuvo dicha arteria de la ciudad. Luego pasó a nombrarse Mitre, posteriormente Aparicio y por último XX de Septiembre, pero la Junta de Investigaciones Históricas viene llevando a cabo desde hace tiempo una campaña de restitución del nombre primigenio.
Y aquí llega el tiempo de otra anécdota: uno de los participantes del recorrido –que residió durante muchos años en la mencionada XX de Septiembre- rememoró que en la primera mitad del siglo XX y por los años ´50 de la centuria pasada, también se la conoció popularmente como “la calle de los suspiros”, denominación ganada por su frondosa arboleda.
Y algo más, en el número 92 de la calle mencionada se puede apreciar que arriba de la puerta de acceso –actualmente funciona un local comercial- está inscripto el año de construcción del inmueble: 1892.

Pulperías, ranchos y las casas de los oficiales
Los fantasmas de la pulpería de “la Portuguesa” miran desde el pasado en el espacio que actualmente se erige el edificio de la AFIP. En el mismo sitio estaba asentado uno de los primitivos comercios que tuvo el Fuerte.


Siguiendo con el recorrido por XX de Septiembre, Alfonsina Iacullo refiere que a partir de la segunda cuadra –a la altura de la calle Roque Vázquez- se encontraban las viviendas de los oficiales de rango y donde se recibían a los visitantes ilustres. “Eran otra clase de viviendas”, refiere.
Vale mencionar que entre el acceso al Fuerte y el sitio referido en el párrafo anterior –unas dos cuadras-, se ubicaban los ranchos de soldados y sus familias. En el lugar donde se emplaza actualmente el edificio de la AFIP, XX de Septiembre y Avellaneda, estaba la pulpería “La Portuguesa”, en la época del Federación.
Cruzando la calle, por la línea de la plazoleta “Juan Comuni” se encontraba el salón para bailes, y por la actual Avellaneda hacia Mitre, los cuarteles para la tropa, enfrente se ubicaban las letrinas. En el “Jockey”, en la época del Fuerte funcionaba otra pulpería y avanzando hacia Lebensohn, por donde está el acceso a alcaidía de Tribunales y el Banco Provincia, estaban la habitación donde se guardaba sebo para la fabricación de velas y jabón, cuya elaboración se hacía en otra pieza lindante.
Donde ahora está el edificio del Banco Nación, se encontraba el depósito de municiones de la tropa; en el emplazamiento actual de los Tribunales, en la época del Fuerte, se encontraba el lugar de repuesto de pólvora; en el edificio del Banco Provincia ubicado en calle Mitre y Lebensohn, estuvo la casa que habitó durante cuatro años Blas Mancebo quien realizó el nuevo trazado del Federación a pedido de Juan Manuel de Rosas (año 1831); en el lugar donde están ahora los bancos Río y Galicia, estaba otro sector de ranchos para soldados. Enfrente, donde se erige actualmente el HSBC Bank (Lebensohn 28) estaba la cuadra de la caballería; el actual Hotel “9 de Julio” estaba ocupado por otra pulpería y el estudio de la doctora Luciana Gómez Panizza era la casa del capitán Mariano García, comandante del Fuerte entre 1833 y 1834 mientras que el edificio que supo ocupar el Banco de Junín era el lugar de almacenaje de elementos de la tropa.
La plaza “25 de Mayo” era la plaza de armas del Fuerte. En la primera cuadra de calle Arias –entre Rivadavia y Sáenz Peña- se encontraban el edificio de la guardia, donde había un carro para hacer ronda (se cumplía funciones de policía), donde hoy está la confitería “Homero”, eran los calabozos del Fuerte; en el emplazamiento actual del Correo Argentino (Arias y Rivadavia) estaba la armería y casa del armero. Más atrás se encontraban los ranchos que servían de alojamiento para la tropa y cuerpos de los regimientos de Defensores (Husares) y de los Patricios que en un momento tuvieron asentamiento en el Federación.
Donde ahora se encuentra el Palacio Municipal, en el siglo XIX estaba la iglesia y la casa parroquial mientras que en el terreno del actual templo de San Ignacio de Loyola estaba la casa del Comandante Corvalán –quien estuvo al frente del Fuerte entre 1836 y 1839-. Por el lado del inmueble conocido como Casa Basterreix, sobre Belgrano y Benito de Miguel, se encontraba el lote grande para pasar al Gran Potrero.
En el emplazamiento actual de la farmacia Verrilli estaba la cuadra de infantería; enfrente donde supo estar la panadería “La Nueva Epoca” se erigía la cuadra que alojaba a efectivos del Regimiento 4 y a un costado, sobre Benito de Miguel, la Compañía de Dragones.
En esta esquina de Avellaneda y XX de Septiembre funcionó el primer salón de baile que supo conocer la zona, en los tiempos del Fuerte Federación

Escuela, cementerio y hospital

La Escuela Nro. 1 es la única edificación que permanece en el lugar original destinado por Blas Mancebo, por mayo de 1834. Atrás de la escuela, sobre Mayor López –donde actualmente se encuentra la fábrica de fideos- había un pisadero y detrás la casa del teniente Manuel Pérez.
Sobre calle Francia y su continuación, Gandini, estaban los corrales –6 de cada lado- y las puertas de acceso al gran potrero. En el otro extremo, estaba en la plaza Alem, el cementerio del fuerte. Entre 1865 y 1866 se decidió trasladar los restos al Central, tras su construcción y pasó a ser la Plaza de la Cruz hasta 1900 en que se convirtió en la primera plaza erigida en la República Argentina en honor al dirigente radical Leandro N. Alem.
El hospital del Fuerte estaba en el medio de lo que hoy es la primera manzana de calle Belgrano entre Benito de Miguel y Francia, lindante con la botica.

Revalorizar la historia

En aproximadamente hora y media, Alfonsina Iacullo fue describiendo el pasado en una simbiosis con el presente, entrelazando ambos tiempos. Fue un relato vívido y sentido que hacía que quienes la escuchaban llegaran a volar con la imaginación y hasta parecía que los fantasmas de aquellos primeros juninenses acompañaban el recorrido, como deseando que quienes hoy habitamos este suelo, desentrañáramos sus secretos para que la memoria los mantuviera vivos.

El fuerte proyectado en la actualidad, imagen extraída del libro “El Fuerte de la Federación”, del historiador Heberto Herel Lacentra.






Túneles: Entre el mito urbano, la leyenda y la realidad

Tema ineludible para abordar durante el recorrido guiado por Alfonsina Iacullo fue el de los túneles que se extendieron en la zona céntrica de Junín. Respondiendo a una consulta puntual del tema, el profesor Lacentra referenció que los mismos fueron construidos hacia fines del siglo XIX y principios del XX.
¿Los motivos y el uso que se les daba?. Esta descartado que se hubieran utilizado como elemento defensivo contra los ataques de los indígenas, por cuanto la fecha en que fueron construidos son posterior a los malones y es probable que los mismos fueran utilizados como lugares secretos de reuniones de los masones juninenses o también de anarquistas. Inclusive se menciona que una extensión de túneles llegaba hasta la misma iglesia San Ignacio, por lo que su trazado habría comprendido una buena parte de la actual zona céntrica de la ciudad.
Una leyenda urbana juninense menciona también que existió un túnel cuya extensión comprendía la actual estación de servicio de General Paz y San Martín hasta la estación de trenes y que había sido utilizado por Juan Duarte –hermano de Eva- para encontrarse con una amante juninense y que inclusive habría estado días antes de su polémico “suicidio”, el 9 de abril de 1953.

Períodos del Fuerte

El historiador Heberto Lacentra en su libro “El fuerte de la Federación” habla de cuatro períodos.
El primero se extiende desde la fundación hasta principios de octubre de 1829, fecha de un gran ataque indígena y destrucción parcial del Fuerte; el segundo, desde octubre de 1829 hasta agosto de 1831: etapa de deterioro y cuidado de lo existente; el tercero, desde septiembre de 1831 hasta mayo de 1834, etapa de reconstrucción y ampliación a cargo de Blas Mancebo y el cuarto, desde mayo de 1834 hasta enero de 1852: etapa de crecimiento y consolidación.
Refiere el historiador Heberto Lacentra en su libro sobre el Fuerte Federación: “Don Blas Mancebo, propietario de una estancia en Arroyo Dulce, visita el Fuerte Federación y lo recorre con interés. Desea colaborar en todo lo que sea su reconstrucción y ampliación. Intercambia correspondencia con don Juan Manuel de Rosas y el gobernador lo faculta para realizar la tarea. Así transcurre el mes de septiembre de 1831 y Mancebo se instala en un rancho de la guarnición. El 9 de octubre remite a Rosas un informe detallado de las condiciones en las cuales se hallaba la misma, además de un plano. Desde 1829 hasta casi concluyendo 1831, el azote indígena, el clima, el paso del tiempo, habían deteriorado al Fuerte, pero la descripción que hace Mancebo no es tan pesimista. Federación seguía vivo”.















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