Carlos Torres, el primer sacerdote que tuvo Junín en la época del Fuerte Federación

El primer sacerdote con asiento efectivo en el Fuerte Federación, fue el presbítero Carlos Torres, que desempeñaba esas funciones en el Curato del Salto, en varias oportunidades había solicitado al gobierno su designación en Federación y recién el 1 de diciembre de 1833, por decreto que transcribimos, se concreta el pedido:
"Por cuanto es de necesidad proveer el destino de Capellán castrense del Fuerte de la Federación que se establece por resolución de ésta fecha en persona que reuna las cualidades necesarias para su buen desempeño.
Por lo tanto, y concurriendo éstas en el presbítero don Carlos Torres, cura del Salto, ha venido el gobierno en nombrarle como capellán castrense del Fuerte de la Federación, con la dotación de seis mil pesos anuales sin ayuda de costas. A cuyo efecto se le expide el presente despacho, firmado, sellado y autorizado, según coresponde del que se tomará razón en la Contaduría General.
Dado en Buenos Aires, a once de diciembre de mil ochocientos treinta y tres.
Con la misma fecha se remite nota al reverendo Obispo de Aulón y vicario aspotólico de la diócesis, informando:
Con esta fecha ha creado el Gobierno el destino de capellán castrense del Fuerte de la Federación y nombrado para servirlo al presbítero don Carlos Torres, cura del Salto.
La respuesta del Vicario Apostólico está contenida en los siguientes términos:
Buenos AIres, diciembre 14 de 1833
Año 24 de la Libertad y 18 de la Independencia. Al ministro de Estado en el Departamento de Gobierno:
Queda impuesto el Vicario Aspotólico del nombramiento que ha hecho el Superior Gobierno en la persona del presbítero don Carlos Torres para capellán castrense del Fuerte de la Federación, cuyo título también ha recibido y remitido a dicho presbítero oportunamente.
Nuestra historia registra a don Carlos Torres, como primer cura que prestó los servicios religiosos en el nuevo Fuerte, a solo seis años de la fundación del Fuerte de la Federación, hoy ciudad de Junín.
Del libro de Jorge G. Howden, "Junín, fundación y gobierno", reproducido por el historiador Roberto Dimarco en su número 2 de la revista "Historia de Junín".

La iglesia de Salto: madre de la expansión de la fe en Fuerte Federación
Frente actual del
 templo de la iglesia
"San Pablo", de Salto.

En el año 1762, ya estaba levantada en Salto la Capilla con su capellán, el mercedario Fray Pantaleón Guzman, la misma depende de la Parroquia de San José de los Arrecifes. 
Dejando atrás la capilla, llegamos a la época en que se crea la Vice- Parroquia (noviembre de 1798), con su propia autoridad eclesiástica y con sus propios registros, aunque éstos los debía firmar el párroco de Arrecifes. Sirve de Parroquia castrense. El patrono sigue siendo el mismo de la Guardia "San Antonio".

El 3 de junio de 1825,  la Vice - Parroquia de Salto  se erige en Parroquia "San Pablo del Salto"; el decreto eclesiástico lleva la firma de Gervasto Antonio Posadas, así se desvincula definitivamente en materia religiosa de "San Jose de los Arrecifes". El cambio de nombre del Patrono se debió a las confusiones que se suscitaban con San Antonio de Areco. La nueva denominación aparece en un asiento parroquial del 31 de julio de 1825: "Parroquia San Pablo del Salto".
Es en el año 1828, en que se encuentra al frente de la Parroquia el sacerdote Dr.Carlos Torres. A él le tocó la triste misión de administrar los sacramentos al Teniente Coronel Cuadras y al Capitán Tarragona, ambos unitarios, que fueron fusilados por orden de Rosas en la plaza principal de nuestro pueblo.
Dice así el acta de defunción: "El 7 de noviembre de 1831, yo, el cura - vicario de San Pablo del Salto, hice dar sepultura a los cadáveres del Sr. Teniente Coronel Cuadras, natural de Chile, y al Sr. Capitán Tarragona, que juntos fueron fusilados en este pueblo; éste era natural de Bs. Aires y soltero, aquel era casado pero enviudó pocos días antes de morir. Recibieron los santos sacramentos con respeto; y murieron con un valor sin igual. Firmo Dr. Carlos Torres".
Se preocupó por el funcionamiento de las escuelas y ofreció su casa para instalar una, ya que no se conseguía "casa ni rancho alguno desocupado en este pueblo y ya por la estrechez de casi todas, no es posible encontrar ahora ni una habitación proporcionada" . . .
Fue él quien en 1858, intercedió ante el Gral. Urquiza, por la libertad de Doña Carlota Silva de Gazaba y sus dos hijos Joaquin y Anacleto, cautivos de los indios. Pero fue calumniado y denunciado por lo que fue separado del curato con gran pesar de la feligresía salteña, que reconoció en él el sacerdote múltiple, que se dedicó de lleno a su santa misión. Ejerció su sacerdocio por más de 30 años en la Villa del Salto. Es el P. Antonio Lima, quien sucede al frente de la Parroquia hasta el 21 de junio de 1863.

La capilla San Ignacio de Loyola

La primitiva iglesia la construyó Blas Mancuso en marzo de 1833, en el lugar donde hoy se encuentra la Municipalidad.
El techo era de paja retorcida, el frente revocado y con frisos. Los muros de los costados tenían 3 ventanas. En el interior había un púlpito al que se accedía por una escalera de caracol que llegaba hasta la torre.
La parroquia, primero dependió de Salto y luego de Rojas. El 1º Capellán fue el Presbítero Carlos Torres.
El templo fue denominado San Ignacio de Loyola y se inauguró a fines de 1834.

En 1902, esta iglesia fue demolida y se realizó un intercambio de terrenos con el Municipio, iniciándose la construcción del templo actual. Los constructores fueron Luis Isabeller y Valentín Alessandrini.
















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