Rauch en el Fuerte Federación: “Nada puede sostenerse sin orden ni disciplina”
El segundo comandante del Fuerte expone las dificultades de abastecimiento, el tratamiento a prisioneros y desertores, y los reclamos por los salarios adeudados
Marzo de 1828. El Fuerte Federación, origen del actual Junín, comienza a consolidarse como punto estratégico en la frontera bonaerense. Tras la partida del teniente coronel Bernardino Escribano, asume el mando el coronel Federico Rauch, veterano de las campañas del sur.
Consciente de las carencias que afectaban a la guarnición, Rauch inicia su gestión adoptando medidas que buscan garantizar la subsistencia del puesto y la continuidad de las obras. Desde su despacho en el Fuerte —rodeado por paredes aún sin revocar y el eco del viento pampeano—, el segundo comandante accede a conversar sobre los desafíos del nuevo establecimiento.
Federico Rauch, Imagen generada por IAVER MAS SOBRE EL CORONEL FEDERICO RAUCH, SEGUNDO COMANDANTE DEL FEDERACION
⚔️ “He recibido un Fuerte con cimientos firmes, pero con muchas carencias”
—Coronel Rauch, ¿qué panorama encontró al hacerse cargo del Fuerte Federación?
—He recibido un Fuerte con cimientos firmes, fruto del esfuerzo del teniente coronel Escribano, pero con grandes carencias materiales. Se avanzó en las defensas y viviendas, pero los hombres carecen de abrigo, de alimentos regulares y de brazos suficientes para proseguir las obras.
—¿Cuáles fueron sus primeras decisiones al asumir el mando?
—Dispuse revisar los contratos de abasto, pues sin alimento no hay tropa que resista. Firmé convenios con los señores Guillermo Ford y José Baudrix para asegurar el envío de ganado. Pero al mismo tiempo solicité instrucciones al Ministerio, porque desconozco los arreglos anteriores. No podemos depender de la improvisación.
VER MAS SOBRE LA BIOGRAFIA DEL CORONEL RAUCH
🐄 Abasto, remates y los recursos del desierto
El coronel Rauch supo aprovechar cada recurso disponible. En comunicación con la Inspección General, propuso el remate de los adobes abandonados en El Salto, para destinar el producto al sostenimiento del Fuerte.
“Ha quedado un considerable número de adobes que se perderán por la intemperie. No necesitándolos el Estado, conviene rematarlos y entregar su producto al Comisario de la Federación”, escribió Rauch.
La economía de frontera exigía ingenio: el ganado llegaba con demora, los fletes eran costosos y los soldados debían alternar la vigilancia con las tareas de construcción y laboreo.
Muerte de Federico Rauch. Ilustración de F. Fortuny.VER MAS SOBRE EL COMBATE DE LAS VIZCACHERAS
VER MAS: El trágico final de Federico Rauch, el militar implacable en la lucha contra los indígenas
⛓️ Prisioneros, desertores y la necesidad de mano de obra
—¿Cómo se organizó el trabajo dentro del Fuerte?
—Con los pocos hombres que hay, todo avanza lentamente. Esperamos refuerzos de presos desde Martín García, que debían ser destinados a los trabajos del Fuerte. El Ministerio lo dispuso, pero hasta el día de hoy no han llegado. Cumplo con un deber al advertir que sin aumento de operarios, la obra no podrá concluirse.
La correspondencia de Rauch con el Ministerio de Guerra muestra su insistencia en este punto. En una nota fechada el 24 de marzo de 1828, reclamaba más hombres y herramientas, subrayando que “aunque toda la tropa franca se emplea al trabajo, es insuficiente para llenar su objetivo”.
Imagen generada por IA en base a la ilustración de F. Fortuny que recrea la muerte del coronel Rauch en el marco del combate de Las Vizcacheras.Coronel Federico Rauch
El nuevo comandante también debió lidiar con los reclamos económicos que arrastraba su antecesor. Los peones y soldados del Fuerte denunciaban la falta de pago de sus salarios, responsabilidad del comisario Perichón, cuyas cuentas eran objeto de investigación.
“Remítase todo original en respuesta para que con la presencia de las diligencias practicadas, informe nuevamente el Jefe del Fuerte”, ordenaba el Ministerio, reconociendo la legitimidad del reclamo.
—¿Cómo afecta esta situación la moral de la tropa?
—Mucho. El soldado soporta la intemperie y la distancia, pero no la injusticia. Sin paga ni abrigo, el descontento puede volverse peligroso. He solicitado la regularización de los haberes y la reposición de vestuario, especialmente ponchos, que aquí valen más que un uniforme.
🧥 “El poncho es la primera defensa del soldado”
Rauch dedicó un párrafo especial a la falta de esta prenda indispensable.
“No habiéndose surtido ponchos en el último vestuario, se hace sentir mucho en el soldado la falta de prenda tan necesaria en la entrada de la estación fría... Espero se determine lo conveniente.”
—¿Por qué esa insistencia en el poncho?
—Porque el poncho es abrigo, manta, capote, montura y defensa. Con él el soldado duerme, cabalga y se protege. No es lujo, es supervivencia. Y sin esas cosas simples, no hay disciplina posible.
👁️ Espías y vigilancia
El nuevo comandante debió también enfrentar la amenaza de la infiltración indígena. Apenas asumido, dio orden de detener a José Fidalgo, sospechado de espionaje.
“Había convivido con los indios desde su niñez y no se creía que pudiera perder sus costumbres”, anotaron los partes oficiales.
Rauch consideraba que la seguridad interior del Fuerte era tan importante como sus defensas exteriores.
🪓 Construir en medio del viento
Entre quejas por la falta de materiales y pedidos de auxilio, Rauch mantuvo el pulso firme. Supervisó la construcción de los galpones, las cuadras y el pozo de agua. Cada adobe, cada viga, se convertía en una victoria contra el abandono.
—¿Qué lo impulsa a seguir en medio de tantas carencias?
—El deber. Aquí no hay aplausos ni recompensas, pero sí la satisfacción de saber que se levanta un bastión para el futuro. Quizás hoy sólo veamos barro y viento, pero mañana será un pueblo. Y el orden que aquí defendemos será su cimiento.
🏰 Epílogo
El paso del coronel Federico Rauch por el Fuerte Federación marcó una etapa de transición: de la fundación inicial de Escribano a la consolidación institucional del enclave fronterizo. Su gestión, aunque breve, refleja la dureza de la vida militar en la frontera sur bonaerense y la tenacidad de quienes, entre la precariedad y el deber, preparaban el terreno para la expansión del país.
“Nada puede sostenerse sin orden ni disciplina —diría Rauch—. Ni un Fuerte, ni una patria.”
📚 Fuentes consultadas:
-
Archivo Histórico de Junín – juninhistoria.com
-
Correspondencia del coronel Federico Rauch, marzo de 1828
-
Ministerio de Guerra, Archivo General de la Nación
VER MAS 1828: Rauch adopta medidas para garantizar el abastecimiento de los habitantes del Fuerte
ADHIEREN AL CICLO HISTORIAS FUNDACIONALES 198 AÑOS DE JUNIN






















Comentarios
Publicar un comentario