Adiós a un maestro: Falleció Roberto Veros



"Periodista todo terreno, dibujante historietista y músico en los años dorados" lo describió el periodista Jorge Sharry en una entrevista que le hizo en diciembre de 2021 para el sitio web La Banquina. En sus últimos años se dedicó a pleno a la música, llegando a integrar la Banda Municipal pergaminense.




El miércoles 4 de enero de 2023 falleció en la ciudad de Pergamino el periodista y músico Roberto Veros. Una de las más tristes noticias que recorrió las redacciones de todos los medios de Pergamino, de Junín, de la región. 

En su sitio de Facebook, el programa "100 x 100 Pergamino" conducido por el periodista Diego Gastón del Valle -que se emite por Canal 4 de Pergamino los martes a las 21.30, miércoles a las 19.30 y jueves a las 12- lo recuerda compartiendo una de sus entrevistas y su encabezado lo hace con estas palabras: ''Un Señor Periodista'' con esas palabras abríamos una de las tantas entrevistas que hicimos y que aquí compartimos. Roberto Veros, periodista y músico #pergaminense hablando de la Argentina y del Pergamino de otros tiempos... de los trenes, del Barrio Acevedo y de su pasión por el periodismo y la música 

 


PRIMERA PLANA: FUE DIARIO, TELEVISION, RADIO, PERO EN TODOS LOS CASOS UN PERIODISTA MINUCIOSO, VALIENTE E INFORMADO. UN HOMBRE CULTO


El sitio web informativo pergaminense Primera Plana.com lo despide con estas palabras:

"La ciudad, la región, su otra patria, Junín y nosotros, sus discípulos y amigos, estamos de luto. Se nos fue una persona increíble, alguien que conocía claramente el significado de la palabra ética, el último gran periodista de Pergamino. Tuve la suerte de ser uno de sus discípulos, todos los días en la vieja redacción de La Opinión, en la que Roberto oficiaba de jefe y como jefe decidía, pero siempre tenía algunos intervalos para acercar el amigo.

Roberto Veros fue un periodista impresionante que muchos, quizás, no valoren en la medida de su estatura. Estábamos preparando los papeles para que fuera designado “Pergaminense Sobresaliente” o lo que fuera, un mimo en el Concejo Deliberantes y se nos apuró en la partida.

Roberto daba cátedra a quienes tuvimos el privilegio de trabajar bajo “sus órdenes”, pero, también nos recomendaba las mejores películas con el criterio de un amante del cine popular y conocedor de cada uno de los fotogramas que rodeaban sus sueños.

Era una enciclopedia abierta de música (un baterista y percusionista de aquellos que podemos llamar “grandes”) y era maravilloso escuchar sus anécdotas de los principios del rock nacional (había tratado a la mayoría de sus protagonistas) en aquellas giras con ese hito de la música Junin-Pergamino como fue Magia Negra.

Roberto fue el historietista más importante de Pergamino llegando a escribir una tira diaria para su querido diario que fue éxito absoluto durante muchísimo tiempo (con dibujos de Luis Contreras, “Nacho Quiroga”)).

Roberto fue un locutor “brillante”. Lo conocí cuando era un pibe; mi vieja pensando que yo era más prodigio de lo que nunca fui, me llevo a un programa de Publicidad Mas a cantar y él era el locutor con esa alegría que identificaba a los animadores de la época

Roberto fue diario, televisión, radio, pero en todos los casos, un periodista minucioso, valiente e informado, un hombre culto. Siempre recuerdo cuando le tocaba hacer las editoriales y se rodeaba de tantos libros que no le alcanzaban las mesitas de la redacción, para hacer una carilla y media que era lo que podía entrar en esa página (grandes enciclopedias, libros de todos los tamaños, todo era para cada una de las palabras que exponía en sus textos). Esos días me resultaba más atractivo mirarlo hacer, que hacer lo mío y así aprendí lo que después de él, ya no vi.

No la quiero hacer larga, pero Roberto Veros fue el periodista y un amigo compañero (con todo lo que significa esa palabra) que me valoró como pocos lo han hecho en lo que a periodismo se refiere. Cuando se multiplicaron los días de su licencia semanal a dos en vez de uno, me llamo y me dijo: “Vos vas a ser el Jefe de Redacción en mi ausencia, los días jueves…" Le dije un día, no hace tanto, que no leía Clarín ni La Nación porque había que pagar y no pensaba darles un solo mango, pero de él aprendí que se lee todo. Entonces encontró una manera de entrar sin pagar y, hasta hace muy pocos días, me enviaba artículos que sabía me interesaban.

Voy a sentir tu ausencia, “Rober” querido y perdóname que no te dije más veces lo mucho que te he admirado y te admiro; lo mucho que te agradezco tus enseñanzas, las charlas en el café y los abrazos.

Es un vacío inmenso que dejas en la base intelectual de esta ciudad y me animo a decir que en Junín (que tanto amabas) también.

Pasarán muchos años para que haya un periodista con tanta ética, solidaridad, docencia y generosidad como la tuya.

Me cuesta dejar de escribir porque te me estas yendo en cada letra, pero te despido.

Chau, amigo y maestro siempre"

Fuente: Primera Plana.com

Cari Devia, Roberto Veros, Pepe Motta, Carlos Marilao, Rully Chalon. (Foto, Facebook Pergamino Viejo)

TALENTO Y HONESTIDAD

El periodista Jorge Sharry en 2021, le hizo una entrevista para el sitio web La Banquina, publicado el 1 de diciembre de ese año, titulado Roberto Veros, Talento y Honestidad.



Si hablamos de alguien que marco el tiempo de la segunda mitad del siglo pasado y principios de este, se llama Roberto Veros, periodista, músico, conductor radial y televisivo, dibujante, historietista, con un área de influencia que pasa por Rosario, Pergamino y Junín y, esporádicamente, Buenos Aires.

Todo realizado con absoluta profesionalidad y (al menos para quien escribe la nota) no solo, ha sido y es un ejemplo como comunicador, sino que, en sus otras actividades, descolló por su increíble talento y creatividad.

Roberto fue el alma mater del diario local en sus mejores épocas y musicalmente integro los grupos más reconocidos de los 70. Sus historietas y dibujos también fueron protagonistas de ese tramo y transición de siglo, generando siempre sorpresa y “adicción” en quienes lo leían.

Pero que lo diga el…

Lo presentamos: Roberto Veros, un joven de 80 años, nos cuenta vida y latir de la comunidad a través de su tránsito en ella.

En tu vida atravesaste o te atravesó el periodismo oral y gráfico; el dibujo, la historieta, la música y algunas cosas más, que hacen a la integridad artística como el ser un cinéfilo ¿con cuál de ellas te definirías?
Me defino como baterista, ¡mira vos! Nada me hubiera gustado más que ser un buen batero, peeeeeero… (quizás, en la próxima vida).

EL PERIODISTA

Yendo al periodismo ¿Qué recuerdos te traen tus inicios en Radio Más o en Canal 3 de Rosario y como llegaste a cada uno de esos lugares?

En realidad, empecé de adolescente, los domingos antes de la misa de 11, en Publicidad Mon. Era un programa de media hora, puro jazz, junto a mi amigo Jorge Resa Leclerc, bajo la atenta mirada/escucha de don Ernesto Montardit. Después, sí, en la Publicidad Mas, de Héctor «Pololo» Masagué, con Elena Mondot como locutora y operadora. Era un espacio de media hora, con tangos instrumentales y textos de las «Aguafuertes porteñas» de Roberto Arlt. Luego vino todo lo demás.

¿Cómo llegas a la televisión rosarina?

Lo de «De 12 a 14», por Canal 3 de Rosario, fue así: un sábado al mediodía fui a cubrir para «Pergamino entre 15 días» un programa del INTA Pergamino (con viejos compañeros de la Estación Experimental, como Carlos Vanaro) que se emitía por la TV rosarina. El productor, Moisés Guterman, se fijó en ese periodista (medio chacarero pero caradura) y dos semanas después me convocó para que fuera a Rosario para una prueba ante cámaras y con el director Raúl Serrano. Allí conocí a mi compañera de conducción, Nora Garavelli, una bellísima modelo local que puteaba como un carrero correntino, jajajajá, pero muy buena persona. Aprobamos. Con ella inauguramos ese programa que aún sigue en el aire, decano de la TV rosarina. Estuve casi un año. Y un día me fui: lo que me pagaban apenas me alcanzaba para los viajes, la comida y una pensión en la que había otros pergaminenses que estudiaban allí. Y rechacé la convocatoria para coconducir en Buenos Aires «La campana de cristal» junto a Héctor Larrea, Leonardo Simmons y Fernando Bravo. ¿Estaba loco? Sí: yo estaba loco; tenía flojo algún tornillo de 7/8.

¿Y la música?

Los fines de semana era el baterista de Pepe Motta, quien, entre semanas, grababa en Buenos Aires para la inglesa EMI-Odeón. En casi todos los temas estoy en los tambores, en otros «Chiche» Concilio. Yo viajaba después del programa a Pergamino, de acá a la Capital Federal, grababa allá y regresaba a tiempo para hacer, al mediodía del otro día, «De 12 a 14». ¡Una locura! Pero el cuerpo aguantaba…

¿Cuáles son las pautas básicas para ser un buen periodista?

No mentir, no mentir, no mentir. Ser honesto, aunque vengan degollando. Preguntar todo, tooooooooodo, con cara de «yo no fui». Disparar las preguntas como una Smith & Wesson .32 largo, pero envuelta en pañuelo de seda.

LA DICTADURA
En tu trayectoria como periodista gráfico ¿Cuál fue el momento más difícil de atravesar?

Hubo muchos; dramáticos, peligrosos. Quizás, cuando fui a los cuarteles de Junín a preguntar al coronel Félix Camblor (N de la R: a cargo de la región en la última dictadura) por 22 amigos y amigas que habían sido «chupados» por la dictadura la noche anterior. Los tuvieron amontonados en un celular, un día, bajo el sol, y luego en la cárcel de Junín que aún no había sido inaugurada. Allí, desnudos, cagados a golpes, torturados en la «parrilla» y luego llevados a la cárcel de San Nicolás, fueron liberados tres meses después. Eran absolutamente inocentes de todas las acusaciones. Fue entonces que los uniformados me dijeron que yo tenía «tarjeta amarilla» por las caricaturas que dibujaba del intendente Raúl Rossi «que le hacen el juego a la subversión». Textual. Ya en democracia me enteré de que en los archivo de la DIPBA (Dirección de Informaciones de la Provincia de Buenos Aires) yo figuraba como «pinchado» (sospechoso de subversivo). Pero en esos días trágicos pude informarles a los familiares que los detenidos estaban, por lo menos, vivos. No era poco.

¿Qué es lo que jamás debe hacer un periodista?

Aceptar regalos, prebendas, invitaciones sospechosas. No tener bien afilada la herramienta: el idioma. Y, de nuevo, no mentir, no mentir, no mentir.

Redacción de La Opinión en la calle Merced cuando Julio Venini era el director.

¿Un periodista que tengas como referencia?

Tres referentes locales: la profesionalidad de Héctor Del Giúdice y Mario Lombari. Y la honestidad de don Julio Venini. Y otro más, nacional, aunque algunos se enojen: Bernardo Neustadt, quien me enseño las pautas básicas de la técnica periodística cuando colaboraba con él en la producción del primer «Tiempo nuevo», en Rosario.

¿Qué experiencia podemos poner en primer lugar dentro de tus recuerdos: La Opinión, el diario de Junín, De 12 a 14 en Rosario, la tele en Canal 4 de Pergamino, o alguna otra actividad que no conozcamos?

Es como cuando tenés varios hijos: no podes elegir uno. En Pergamino Canal 4, LT 35, La Opinión, Show, Imagen, Pergamino entre 15 días, El Tiempo, Lunes, Radio Mas (y algún otro que se me escapa). En Junín LT 24, FM Tango, Vos y Junín, diario Democracia. En Rosario, Canal 3. En Buenos Aires, revista Extra (de Bernardo Neustadt).


Canal 4, programa de Roberto con el equipo (Foto: La Banquina)

La historieta y el dibujo ¿Cómo llegan?

En historietas, sólo dos: Quique, un monigote con vida (muuuuuy influenciado por Quino), y Nacho Quiroga, una historieta diaria para La Opinión, dibujada por Luisito Contreras, suerte de playboy pueblerino, con ese episodio sobre el robo del Berni en Bellas Artes, y aquel gorila escondido en los laberintos del Hotel (de) Roma. Fue lindo. En Junín produje una fotonovela para «Vos y Junín», un mensuario muy desfachatado en una ciudad con un cuartel militar y una iglesia muy conservadora, dueña del influyente diario «La Verdad». Esta revista fue un golazo y, allí, aún se la analiza como un medio de comunicación extremadamente libre, independiente. Para San Nicolás produje económicamente, una publicación que desarrollaba una historieta -con guion propio y dibujos de Contreras- sobre el milagro de la Virgen del Rosario. Años después, para el municipio de Pergamino, otra publicación sobre el Bicentenario de la República Argentina.

EL MÚSICO

Yendo a la música ¿Cuáles fueron tus primeros pasos en ella?

Los viejos músicos pergaminenses siempre decimos que «todos empezamos con Gonzalito». Es cierto: yo también. Después pasé a Humberto de los Reyes con «Los Dados Blancos» y de allí, sin escalas, a «The Swing Moderns», con Mario Berrondo, Luis Velezuolli, Domingo Carusso y Gerardo Comes, que después se convertiría en mi cuñado.

Contame de Pepe Motta y sus primeros grupos en los que estuviste
Con Pepe entro en «Las Estrellas del Trópico», pura cumbia wawancó, chachachá, tumbaos y ritmo caliente. Y en un aparte, muy exitoso, los temas melódicos de San Remo, a cuatro voces. Estábamos «Pepe» Motta, «Lalo» Cabral, «Negro» Marilao, «Semilla» Rodríguez, «Cari» Devia, «Gallego» García y el aquí presente.

Unos tres años después, Motta conforma su propio conjunto, sin «Semilla» Rodríguez y sin «Lalo» Cabral y me pide que bautice el nuevo emprendimiento: nace «Pepe Motta y su Grupo Latino». Un directivo y un vendedor de Odeón preguntan por algún conjunto local y le sugieren al Grupo Latino. Una casualidad y una suerte enormes que desembocan en las grabaciones de tres LPs para la empresa, con tapas diseñadas por el quia y fotos de Eduardo Devito. Y, bien aparte, otro LP (solo instrumental) con los temas del momento. La base son los músicos del «Grupo Latino», con arreglos y dirección de Pepe, más una decena de músicos profesionales de Buenos Aires: así se graba el disco de «Michel Leroy», hermosa experiencia que me permite conocer y compartir estudio con genios como Cacho Tirao, Domingo Cura o José Bragato (primer violoncelista del Teatro Colón, director de orquesta y compositor italo-argentino, entre otros. ¡Un lujo!) Y en un estudio de grabación que era exacta réplica del Nº 2 de Abbey Road (los ingleses replican todo, como los ferrocarriles). ¿Qué más puedo pedir?

¿Cómo llegas a integrar Magia Negra y que significo grabar con ellos?

En algunas grabaciones de Odeón colabora el «Flaco» Juan Carlos Biondini, que está en Buenos con sus colegas juninenses de «The Ugly Boys». Ingresa en el «Grupo Latino» y después de seis meses, tras los Carnavales del Club Ameghino, él y yo nos vamos. Queríamos hacer otra cosa: Beatles, Rollings, Creedence, Led Zepellin, Simon and Garfunkel. Nace «Magia Negra», de una lista de media docena de nombres. El Flaco lo trae de Junín a «Fatiga» Aguilera y yo invito de aquí a «Bocha» Uribe. Dos de allá, dos de acá: todo encaja. Me voy al programa de Fito Salinas con una demo de «Magia…» y éste me remite al productor «Cacho» Améndola. En sus oficinas estaban, en sala de espera, el «Flaco» Spinetta (Almendra), «Lito» Nebbia (Los Gatos), Javier Martínez (Manal), los de La Joven Guardia» y otros. Era tarde de lunes, día de cobro de los shows del finde. Améndola aprueba el demo de «Magia» y grabamos: fueron tres simples, durante los seis meses que nos autoimpusimos como prueba, sin perder el trabajo en nuestra región, del que vivíamos. Regreso. Íbamos subiendo en el gusto popular de la época, pero sin plata. Aun así, hicimos varios recitales, aquí y allá, con Leo Rivas. Pero, se sabe, Dios atiende en Buenos Aires…

¿Cómo se recuerda esa época en que hacer música era tener actuaciones en vivo casi permanentes y grabar un vinilo, llegar a la cima?

Una hermosa época, con actuaciones en vivo casi todos los días. Un tiempo feliz, inolvidable.

Como percusionista ¿tenés algún músico en quien mirarte?

¿Mis ídolos de los tambores?: Buddy Rich, de allá, Domingo Cura y el «Zurdo» Roizner, de acá.

Hoy, si tuvieras que elegir alguna de las actividades que realizaste para volver a ella, ¿Cuál sería?

Contestado en la primera: baterista. Y, pegadito, todo lo demás.

Jorge Sharry

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Roberto Veros en la redacción de La Opinión, Pergamino - Foto: La banquina


El sentimiento le gana al oficio, y la traza personal se impone sobre el redactor a la hora de pergeñar estos desinspirados párrafos para resaltar, a la hora de su muerte, la vida -la pródiga vida- de Roberto Veros, un periodista. Un periodista, a secas, de una, desdeñando la facilidad de agregar el innecesario “de raza”; porque si muchos trabajan de periodistas, periodistas hay pocos. Y Roberto fue uno de ellos, de los mejores que trajinaron las redacciones locales, en esa arbitraria e inasible nómina que es hábito configurar en las circunstancias tristes del postrer adiós.

Lo admiré. Lo admiré con ojos infantiles, cuando aquella epopeya irrepetible que significó Pergamino entre Quince Días funcionaba en la casa de mis abuelos, y lo veía producir, destacándose no solo por juventud sino por creativo e inquieto en medio de esa pléyade de nombres gloriosos que esta profesión grabó en la historia lugareña.

Aquella relativa diferencia de edad desapareció con el paso de los años y ya como pares nos encontramos en el diario La Opinión: él como jefe de Redacción y este cronista como corresponsal desde la ciudad de Colón. Fue un vínculo de diez años, pródigo en el intercambio cotidiano de miradas y necesidades, en la coincidencia de miradas que no requerían de estatutos.

Roberto sabía de periodismo, no sé si alguna vez estudió, pero sabía. Y sabía que sabía; por eso, era modesto y generoso al compartir su saber; sin pedantería, con sencillez, pero no por ello menos maestro.

El querido Jorge Sharry lo definió en la hora aciaga del adiós, como el “mejor historietista” de Pergamino, y es justicia al recordar la certeza de sus estampas, tan universales y a la vez genuinamente locales; y fue un notable baterista, y lucía en los escenarios con la facilidad de los dotados de habilidades a las que quizá no les daba mucho valor.

Pero, por sobre todo lo demás, Roberto Veros fue periodista; íntegro, jugado, cabal periodista. Enriqueció nuestras vidas, y la de todos sus lectores, y también la de los colegas que supieron aprovechar el notable bagaje de sus conocimientos. Cordial y ocurrente, con agrado se disponía a la charla, y en temas diversos aportaba criteriosos conceptos que mezclaban la certeza de sus convicciones con toques de humor. Tal vez esa sea una conjunción definitoria de su modo de ser.

Roberto tuvo el privilegio de saberse valorado, por periodista de veras y por ser un buen tipo. Lo recordaremos con afecto y con una admiración que no desaparece.

*El autor es periodista y conductor de La Ventana, de RADIO MAS (FM 106.7)

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