La guarnición se había reducido y esto permitió a los pueblos originarios recuperar en su avanzada las zonas más próximas al Salado. Tribus amigas y enemigas rodean el reducto militar.
Año 1830. El Fuerte de la Federación está casi abandonado. Dentro de las manzanas circundadas por paredes de adobe, los pocos ranchos habían cedido a la mano del tiempo y a la presión de los ataques de los pueblos originarios.
Una referencia militar consigna que la tropa al cuidado del Fuerte "era toda la que se podía disponer sin abandonar los altos servicios de la frontera y la provincia". No establece la cantidad pero se presume que se trata de un desmembramiento del quinto regimiento en razón "de que parte de la tropa al mando del coronel Ramos partía en su auxilia portando vituallas".
Por otra parte los pueblos originarios recuperaban en su avanzada las zonas más próximas al Salado.
Algunos pehuelches, un sector ramificado de las tribus pobladoras del centro, que se habían resistido a la pacificación ofrecida por Rosas en su primer intento por sumar como aliados, constituidas en independientes y parte de la agrupación del cacique Chancalín, se habían afincado en la zona sur del Fuerte, rivalizando con otra tribu tendida más al oeste y en las proximidades del Morote.
Aunque el mismo Rosas había estimado a la vieja tribu de Chancalín formada por unos 800 lanceros -lanza con moharra, bola suelta y honda- aquellos eran, sin duda´, más numerosos ya que en la táctica de sus incursiones no empleaban su fuerza total dejando agrupaciones para los flancos y protección de retaguardia para la toldería.
No se encuentran documentos que certifiquen quién ejercía la función de Jefe entonces en el Fuerte. Se presume no obstante que dependía del coronel Pedro Ramos en razón de haber estado ligado al fuerte desde 1828 ya definitivamente en la Comandancia del mismo en noviembre de 1831.
A mediados de 1830 Rosas restituye el nombre primigenio del Federación al Fuerte Junín y de esta manera la novedad es comunicada por intermedio del Departamento de Guerra y Marina:
Buenos Aires, Junio 9 de 1830.
El gobierno que tuvo la gloria de establecer la línea de fronteras venciendo las grandes dificultades que se le oponían, tuvo también indudablemente el derecho de dar al Fuerte Federación este nombre glorioso en la guerra de la Independencia y no puede menos que mirarse como injurioso al honor de la provincia, que un poder intruso, osase sustituirle con el de Junín para perpetuar la memoria del resultad funesto de una acción de armas que fue consiguiente al escandaloso motín del 1 de diciembre de 1828, en esa virtud, el Gobierno ha acordado y decreta:
Artículo 1°: Se declara nulo el decreto del 13 de de julio de 1829 por el que al Fuerte Federación se le sustituyó el nombre de Junín y en su consecuencia quedará establecido el primer nombre que se dio a dicho Fuerte desde su fundación.
Artículo 2°: Comuníquese a quien corresponda, publíquese y dese al Registro Oficial. JUAN RAMON BALCARCE
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