1828: Rauch adopta medidas para garantizar el abastecimiento de los habitantes del Fuerte

 


El segundo jefe hace continuidad pero también adopta cambios de disposiciones adoptadas por el primer comandante del fuerte El tratamiento para prisioneros y desertores. El nuevo jefe toma hace convenios con rematadores para el envío de ganado. Sigue el problema del atraso del pago con los salarios que debió abonar el cuestionado primer comisario del Fuerte, Perichón. Pedido de más soldados para realizar los trabajos de construcción de las dependencias.


Conociendo el coronel Rauch, las necesidades del Fuerte para la prosecución de los trabajos, informa a la Inspección General, desde el Salto: "De los cuarteles que había antes en este punto y de los que se han quitado los techos, conduciendo las maderas a la Federación, ha quedado un considerable número de adobes los que se perderán por estar expuestos a la intemperie y no necesitándolos el Estado para nada, creo convenientes hacerlos rematar o vender, entregando el producto al Comisario de la Federación, quien podrá asentar la cantidad en sus cuentas y a favor de aquel establecimiento sobre todo V.S. resolverá lo que tenga por conveniente".

Careciéndose ya de los elementos indispensables para alimentar a la tropa y a la poca familia de ésta, que se hallaba en el Fuerte, Escribano, el 12 de marzo de 1828, desesperado, urge: "...solo existen en esta Compañía para racionar la tropa, prisioneros y peones, tres tercios de yerba mate, tres rollos de tabaco y dos fanegas de sal que solo alcanzan para dos semanas".

Pero el mismo día recibe cien novillos para ser consumidos en el Fuerte,

El ministro Balcarce, ya en conocimiento de los detenidos desertores del Federación en Martín García (22desertores del Fuerte, entre ellos 8 portugueses) que pueden ser incorporados a los trabajos del Fuerte y al mismo regimiento dispone: "Dígase en respuesta que los desertores y tomados de leva se destinen al 3° de Caballería de línea; que los prisioneros sean destinados a los trabajos del Fuerte de la Federación y el pasado (prisioneros) puestos en libertad, remitiéndolos a Policía para que se les de el resguardo correspondiente, adoptando el señor Inspector las medidas para realizar la marcha de todos los que sean al Fuerte de la Federación".

Se hacer cargo de la Comandancia del Fuerte, el Coronel Rauch informando con fecha 12 que "se ha firmado contrato con los señores Guillermo Ford y José Baudrix para el abasto del Fuerte", solicitando se le informe de que modo debe recibir los animales, desconociendo los arreglos que había hecho Escribano como firmante.

El día 17 se da orden de detener a José Fidalgo "donde quiera que se le encuentre" (el sospechado espía de los indios que estaba afincado en el Federación. Había convivido con los indios desde su niñez y no se creía que pudiera perder sus hábitos y costumbres).

El día 18, por el Ministerio respectivo, y relacionado con el contrato firmado para el abasto del Fuerte, se le comunica a Rauch: "Diga en respuesta que el Jefe del Fuerte se dirija a los rematadores (Ford y Baudrix) los que le entregarán el ganado que pidiese hasta llenar sus compromisos".

El mismo día y siempre sobre dicho asunto, Rauch continúa: "Aunque no se ha recibido hasta ahora la contrata celebrada con don José María Baudrix para abastecer el Fuerte de la Federación  y sin saber de qué calidad debe ser el ganado para recibirlo, ha sido preciso ocurrir a dicho señor porque el comisionado Angel Blanco, suspendido de este cargo ya cesó de hacer remesas. En esta virtud, el Sargento M. Peralta encargado del acarreo del ganado, pasó a la estancia de don J.M: Baudrix".

El 20 de marzo, en nota relacionada con la reclamación hecha por los peones del Fuerte sobre los salarios adeudados por Perichón, se disponía: "Remítase todo original en respuesta para que con la presencia de las diligencias practicadas, informe nuevamente al Jefe del Fuerte, presentando el monto de esta reclamación y haciendo los cargos al efecto".

El 24 de marzo, Rauch se dirige al Inspector General, reiterando una de las tantas reclamaciones elevadas por Escribano. Conocía sin duda, la disposición para el envío de los presos al Fuerte, pero éstos no habían salido aún de Martín García, lo que demoraría todavía más los trabajos. Y de allí su reclamación: "Con fecha 28 de diciembre último, el Ministro de la Guerra en contestación a una nota del teniente coronel don Bernardino Escribano en que hacía presente los pocos hombres con que marchaba del Salto a empezar este Fuerte; dice que respecto a que a la llegada de dicho Jefe invertiría algunos días en hacer vareadas provisionales, antes de emprender las obras permanentes, consideraba suficiente aquellos trabajos provisionales los treinta y dos prisioneros y los expedicionarios, y que luego sería remitido lo que se exponía hacer falta para emprender los trabajos del establecimiento, pero a mi llegada he encontrado con que solo aquel número de prisioneros y tropa del Regimiento se ha seguido la obra, que sin embargo de estar bastante adelantada en proporción de los pocos brazos que se ha contado; creo imposible que se concluya lo mucho que resta, si no se aumenta el número de individuos que es preciso para conseguirlo. Y cumplo con un deber haciendo presente a V.S. esta circunstancia para que se sirva procurar el aumento de los operarios de este nuevo establecimiento considerando que aunque toda la tropa franca se emplea a el trabajo, es insuficiente para llenar su objetivo, pues V.S. sabe la poca fuerza del Regimiento y contando con él solo, y las provisiones la obra es interminable. Dios guarde a V.E. por muchos años. Fuerte Federación, marzo 24 de 1828".

Con la misma fecha, el comandante del Fuerte hace reclamación de una parte del vestuario de la tropa: el poncho.

Debemos recordar la utilidad de esta prenda en todos los usos que le daba el soldado: abrigo en invierno, capote contra el agua, manta para cubrirse o colchón para domir, montura para el caballo, bolsa de vituallas y enseres, escucho para la lucha, etc.

Dice Rauch: "No habiéndose surtido ponchos en el último vestuario que se sirvió en este Regimiento, se hace sentir mucho en el soldado la falta de prenda tan necesaria en la entrada de la estación fría en que los soldados no pueden sufrir en el servicio que pacientemente tiene que hacer a la intemperie. V.S. sabe muy bien que esto así sucede y espero que se dignará determinar lo conveniente a ese objeto".



(Fuente: Junín, Fundación y Gobierno, de Jorge Guillermo Howden)

ADHIEREN AL CICLO HISTORIAS FUNDACIONALES HACIA LOS 194 AÑOS DE JUNIN

























   













Comentarios




 



 



 








LA ACTUALIDAD