El histórico dirigente de la Liga Deportiva del Oeste Jose Luis Montagna en la óptica de Ismael Canaparo


El periodista Ismael Canaparo escribió una semblanza del dirigente deportivo juninense José Luis Montagna, en 2020, con motivo de los 26 años de su fallecimiento. 

Con el título "Hace 26 años se nos iba un enorme dirigente: Luis Montagna" (foto de la derecha), en febrero de 2020, el periodista Ismael Canaparo escribía la siguiente semblanza del dirigente deporitivo y presidente de la Liga Deportiva del Oeste, José Luis Montagna. Fue escrito en el sitio de facebook: Si SOS de Junin".

Con el inesperado fallecimiento de Luis Miguel Montagna, ocurrido hace 26 años, el deporte juninense, más precisamente el fútbol, perdió a una de sus figuras más importantes de las últimas décadas. Víctima del cruel acertijo que suele acometer el corazón, que entra a nuestra casa sin siquiera avisar, partió el querido Gordo, dejando una larga estela de enseñanzas, recuerdos y obras materiales que serán imperecederas, además de una línea de conducta inalterable, que no supo de claudicaciones.

Desde muy joven acompañó el crecimiento del deporte lugareño. Lo hizo siempre con honestidad, sacrificio y eficiencia. Comenzó en su querido y viejo River Plate, en virtud de los lazos paternales que habían depositado a la familia en el legendario barrio “El Picaflor”. El comercio de sus padres estaba en las inmediaciones de Gandini y Tedín. Es así que desde muy chico Montagna empezó a amar entrañablemente los colores aurinegros. Ese mismo cariño que lo llevó, tras el paso por subcomisiones menores, a la presidencia de River, cargo que ocupó en tres períodos: 1962/63, 1967/68 y 1969/70. Precisamente, bajo su conducción la entidad inauguró la moderna sede social, situada sobre la calle Comandante Escribano.

Más tarde, apuntalado por su criteriosa disposición en favor del engrandecimiento del fútbol, llegó al puesto apetecido por todos aquellos que quieren de verdad a nuestra actividad más popular: presidente de la Liga Deportiva del Oeste. En el máximo cargo liguista, situado en el lapso que va desde 1976 a 1983, Montagna resultó el principal sostén de un proyecto largamente anhelado y felizmente concretado: la adquisición de la casa propia, que no es otra que aquella que el fútbol ocupa en la actualidad sobre la calle Juan B. Alberdi, casi Javier Muñiz. Posteriormente, presidió durante dos períodos el Tribunal de Disciplina. Luego de un corto descanso, aunque él no era muy proclive a “darse esos lujos” (como solía graficar en las informales charlas de café), volvió en 1991 a encabezar la Liga Deportiva, hasta el 9 de febrero de 1994, oportunidad en la que ese “bobo” impiadoso le dijo “no”. Y fue durante su mandato que la institución modernizó sus estatutos sociales y reglamento general, buscando adecuarse a los tiempos modernos.

Luis Montagna siempre aceptó con altura las opiniones del periodismo, al que respetó a rajatabla. Aún con pensamientos opuestos, nunca dudó en confrontar sus propios puntos de vistas con aquellos que pudieran ser distintos o antagónicos, exhibiendo por sobre todas las cosas una gran educación y un enorme deseo de compatibilizar ideas y procedimientos. Enamorado del fútbol juninense, jamás se quedó en “cosas chicas”, si de propender al progreso se trataba.

En su quehacer personal, se dedicó al comercio. Esa misma firmeza, idoneidad y honestidad que mostró en el deporte, también lo acompañó en su vida de todos los días. Pasó muchísimos años desempeñándose en la recordada “Casa Andrade”, uno de los últimos reductos de “ramos generales” que tuvo Junín, ubicado en el corazón mismo del barrio “El Molino”. Luego, con su propio local de ferretería, se ubicó frente al Cementerio Central. Con enorme reconocimiento, Montagna decía que su vida había transcurrido entre tres grandes barrios juninenses: “El Picaflor”, “El Molino” y “Villa Belgrano”, donde tenía su domicilio particular.

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