Edición del diario La Verdad del 13 de febrero de 1969: Una unidad de transporte destinada exclusivamente a los niños, empieza a recorrer la ciudad. El micro, construido en Junín dentro de un período de cuatro meses, fue ideado por Juan Salamone, con la colaboración de un grupo compacto de amigos.
Cuando el ingenio se agudiza y la voluntad no tiene límites, la posibilidad de llegar a lo que se ansía siempre encuentra un cauce alentador. Es lo que se prueba con la construcción en nuestra ciudad de un micro en miniatura destinado a la recreación de los niños y cuya aparición en la vía pública no deja de atraer la curiosidad del más indiferente.
El diseño no es propio y así lo aclara el joven Juan Salamone, empleado de la provincia de Buenos Aires, quien manifiesta que en un reciente viaje a las sierras de Córdoba, advirtió algo parecido que despertó su anhelo de encarar la no fácil empresa.
Los planos fueron confeccionados por el nombrado vecino y su hermano Víctor, y aunque no había experiencia en lo que se iba ideando, ni bien trascendieron sus propósitos entre los mismos compañeros de trabajo, cada uno se propuso de inmediato colaborar con la iniciativa, en lo que fuera posible.
Así fue que mediante los conocimientos de Cacho Rossi, Perrone, Ferrúa, Cristino Acosta, Enrique Fernández, J-. García, Verduzzo, Rogelio Gamazo, Tordó, Juan Taktak, Santiago Panziraghi, José Botazzo, Juan C. Papalini, Juan C. Carini, Dino Cengia, Rodolfo Pardo, Alberto Díaz, H. Pascussi y Carlos Ise, se llegó a la materialización completa de un transporte confortable y que desde un principio tuvo el apoyo de autoridades municipales y de la Comisión de Turismo.
Para el cuidado de los pequeños pasajeros se dispone de los servicios de una azafata, quien además de esa misión, obsequia con caramelos a los niños.
Juan Salamone se muestra muy reconocido y agradecido por toda la ayuda recibida, agregando que se emplearon cuatro meses para la construcción del llamativo micro tipo camello.
Cuando el ingenio se agudiza y la voluntad no tiene límites, la posibilidad de llegar a lo que se ansía siempre encuentra un cauce alentador. Es lo que se prueba con la construcción en nuestra ciudad de un micro en miniatura destinado a la recreación de los niños y cuya aparición en la vía pública no deja de atraer la curiosidad del más indiferente.
El diseño no es propio y así lo aclara el joven Juan Salamone, empleado de la provincia de Buenos Aires, quien manifiesta que en un reciente viaje a las sierras de Córdoba, advirtió algo parecido que despertó su anhelo de encarar la no fácil empresa.
Los planos fueron confeccionados por el nombrado vecino y su hermano Víctor, y aunque no había experiencia en lo que se iba ideando, ni bien trascendieron sus propósitos entre los mismos compañeros de trabajo, cada uno se propuso de inmediato colaborar con la iniciativa, en lo que fuera posible.
Así fue que mediante los conocimientos de Cacho Rossi, Perrone, Ferrúa, Cristino Acosta, Enrique Fernández, J-. García, Verduzzo, Rogelio Gamazo, Tordó, Juan Taktak, Santiago Panziraghi, José Botazzo, Juan C. Papalini, Juan C. Carini, Dino Cengia, Rodolfo Pardo, Alberto Díaz, H. Pascussi y Carlos Ise, se llegó a la materialización completa de un transporte confortable y que desde un principio tuvo el apoyo de autoridades municipales y de la Comisión de Turismo.
Para el cuidado de los pequeños pasajeros se dispone de los servicios de una azafata, quien además de esa misión, obsequia con caramelos a los niños.
Juan Salamone se muestra muy reconocido y agradecido por toda la ayuda recibida, agregando que se emplearon cuatro meses para la construcción del llamativo micro tipo camello.
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