Murió Coca Prieto, fundadora de Madres de Plaza de Mayo Junín


Junto a otras mujeres atravesadas por el dolor y la tragedia de los años oscuros tras el golpe cívico militar de marzo de 1976, organizó en nuestra ciudad Madres de Plaza de Mayo que posteriormente presidió.




Este martes 30 de marzo falleció Azucena "Coca" Caivano de Prieto. Fue una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo Junín y una incansable defensora de los Derechos Humanos, y su fallecimiento provocó un hondo pesar.

Desde el 8 de noviembre de 1977, su vida había cambiado radicalmente: ese día desapareció su hijo Walter Hugo Manuel Prieto, que estuvo detenido en un centro clandestino y recién en el 2009 el Equipo Argentino de Antopología Forense identificó sus restos, que en el 2012 fueron restituidos a su familia.

Entre 1977 y 1978 comenzaron a organizarse también en Junín las Madres del Dolor o Madres de Plaza de Mayo como ya se las conocía en Capital Federal. En ese tiempo Coca y otras madres atravesadas por el dolor y la tragedia de aquellos años oscuros que tanto sufrimiento provocó a las argentinas y argentinos, marcando por décadas la historia del país, se fueron conociendo  y reconociendo como familias con hijos desaparecidos y asesinados por la dictadura.

Comenzaron a viajar a Capital allí se contactaron con  Madres;  viajaban y participaban de marchas y  actos  y también en ciudades vecinas. Se reunían con Madres de Lincoln, Chacabuco, Vedia, Los Toldos.  A partir de 1980 se empiezan a visibilizar sus actividades y las primeras marchas en Junín una vez al mes: Luisa de Torretta, La Negra Romié, Elena Ossola, Elena Frontini, Alba Garófalo, Benita de La Blunda, Azucena Caivano de Prieto, Luisa de Moroni, Lucía Albamonte de Sadoux, Pirucha Anabeca Prieto de Horane, Beca de Depratti, Mary Mesa (hermana de Beto), Señora de Gutierrez (mamá de Benigno), Nelly de Zatylny ( mamá de Ricardo Héctor Zatylny).

En marzo de 2006, a tres décadas del golpe de Estado de 1976, el director de Juninhistoria.com, Roberto Carlos Torres, entrevistó a Coca Prieto en su casa, junto a su esposo en un artículo publicado con motivo de una serie de notas para el diario Democracia por los 30 años del inicio de esta tragedia histórica que marcaría a las argentinas y argentinos por siempre.

No es fácil reflejar en las frías letras de un artículo de diario el relato de estas madres; no es fácil tampoco para el periodista escuchar sin inmutarse; no se trata de escribir una noticia más. No existen palabras acordes para transmitir al lector el dolor de una madre que desde hace treinta años permanece en vigilia. Con el rostro curtido por el dolor, no dudan en contar y hablar con orgullo evidente de sus hijos.

"NO TENEMOS QUE PERDER EL TIEMPO Y CONTAR A TODAS LAS GENERACIONES LA VERDAD DE LO QUE PASO"

Azucena Caivano de Prieto contó ese marzo de 2006,  que el 21 de agosto de 1977 desapareció su hijo Walter, y cómo comenzó el eterno peregrinaje de los padres. «A partir de allí -contó Coca, como le gusta que le llamen- nunca dejamos de caminar las plazas. Todos los jueves se hacían las marchas de la resistencia. Muchas madres han quedado en el camino, cansadas de esperar y sin saber dónde estaban sus hijos».

«Y nos vamos a ir todas. Por eso no tenemos que perder el tiempo y contar a todas las nuevas generaciones la verdad de lo que pasó. Hoy se cumplen 30 años de que las fuerzas armadas tomaron el poder y empezaron a llevarse a nuestros queridos hijos, que fueron secuestrados de sus casas, de la vía pública, torturados sin límite y desaparecidos. Todos eran alegres, amaban la vida, ser felices y ver felices a los demás. Era una generación entera de jóvenes que sólo querían la justicia social, que no hubiera unos pocos tan ricos y millones de pobres y marginales, ni chicos desnutridos. Por eso luchaban nuestros hijos, eran muy idealistas. Ellos querían un país sin explotados ni explotadores», señaló Coca.

 En las acciones de las Madres de Junín, un año trajeron al premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel, entre otros defensores de los derechos humanos.

Sobre algunos juninenses víctimas de la época de terror, Coca relató a DEMOCRACIA que «Hugo Torretta, Adrián Romie y Beto Mesa fueron secuestrados el mismo día y torturados. Estrenaron la cárcel con ellos. Ellos fueron secuestrados, torturados y (asegura) enterrados en Junín».

«Ese mismo día le pegaron al padre Julio, profesor de la escuela Marianista», agregó.

«Fuimos perseguidas, nos llevaron detenidas pero igual marchábamos», recordó Coca quien reconoció que «nos costó muchísimo comunicarnos con la sociedad de Junín porque acá era como si no hubiera pasado nada, algunos por miedo, otros por indiferencia». Coca también reflejó que «nosotras decimos que nuestros hijos nos parieron. Nosotras estábamos en la cocina, criábamos, no sabíamos lo que pasaba a nuestro alrededor pero ellos nos abrieron los ojos, por ellos conocimos el drama de los chicos desnutridos, de las villas miserias, por eso reivindicamos la lucha de nuestros hijos y levantamos las mismas banderas: la de la justicia social, porque cuánta razón tenían...»

http://www.diariodemocracia.com/especiales/el_golpe_del_76_en_junin.php

RECUERDOS QUE DUELEN


En otro reportaje que el periodista Roberto Carlos Torres, director de Junínhistoria.com, le realizó en agosto de 2007, Azucena Caivano de Prieto, integrante de Madres de Plaza de Mayo de Junín, destacó en aquel momento la importancia de los Juicios por la Verdad, que generaron que en Junín comience a investigarse los casos de desaparecidos durante la última dictadura militar. Junto a su marido, en aquel mes, estuvo presente e una charla realizada en la UNNOBA, con abogados que llevaron adelante los procesos judiciales relacionados con estos casos, tanto en el orden provincial como en local.

Al referirse al avance de las causas por “la memoria , la verdad y la justicia’, Coca dijo en aquel momento  que era “importantísimo, en este momento, que la sociedad supiera quienes fueron los asesinos”. “Que se haga un juicio y estén donde deben estar. Que no estén tranquilos en sus casas como estuvieron hasta ahora”, afirmó.
 
“Que se lleven adelante los juicios es invalorable. Los asesinos, los que cometieron tantos desmanes y atropellos, los que se llevaron a los chicos, los torturaron y los mataron, deben estar en la cárcel. Pienso en todo lo que le hicieron a mi hijo Walter, que no sé cuánto lo habrán torturado y dónde estará, si en el fondo del mar o bajo el pavimento, porque no supimos nada más desde que se lo llevaron. Esa gente tiene que estar presa”, señaló. En cuanto al rol que cumplió la sociedad de Junín, en aquellos años de terror, la señora de Prieto expresó que por entonces era muy indiferente.

"Aquí hicimos durante 9 años la ronda por la plaza, pero la sociedad era muy indiferente, pese a que ya habían desaparecido Hugo Torreta, ‘Beto’ Mesa y Adrián Romie. Aún nos falta conocer dónde están sus cuerpos porque sabemos que los tuvieron en la cárcel de Junín, cuando todavía no se había inaugurado. Los torturaron y los mataron, pero no sabemos en qué lugar los enterraron", recordó en aquella entrevista

Azucena también recordó sus experiencias de Madre de Plaza de Mayo, que hasta hoy le duelen, por la crueldad con que fueron tratadas por la gente. “Luego de que desapareciera gente de Junín, empezamos a trabajar aquí mismo, ya que antes íbamos a Buenos Aires para tratar de averiguar lo que había pasado con nuestros hijos. Desde Capital nos dijeron que teníamos que trabajar acá, había 34 desaparecidos de Junín. ¡Y qué trabajo nos dio! Nosotras con los pañuelos blancos, dando vuelta la plaza principal, mientras la gente daba vuelta la cara, miraba para otro lado, dicen que era por miedo, pero no sé...”, expresó.

"SENTIMOS QUE ESTAMOS CON NUESTROS HIJOS"

En oportunidad de la cobertura de uno de los actos de Memoria, Verdad y Justicia realizados en nuestra ciudad, concretamente el 24 de marzo de 2008, Coca expresó en la Plaza "25 de Mayo" la misma que centenares de veces las vio y sintió marchar a las Madres Juninenses del Dolor:
"
 Quisiéramos -comenzó diciendo en aquella oportunidad- detener el tiempo pero ¿cómo hacer para detenerlo? Es que nos queda poco! Poco tiempo para luchar, para desterrar la desigualdad, la falta de oportunidades y la mala distribución de la riqueza, por lo que lucharon nuestros queridos hijos”

Y agregó: "Distintos fueron los inicios de estos actos, cuando la democracia era incipiente y muy pocos se animaban a acompañar a las Madres. Siempre, siempre estaba el “algo habrán hecho”, y fue así que con el transcurrir de los años, los jóvenes y también los viejos, se fueron “enterando” de lo que había pasado en nuestra ciudad, en nuestro Junín.
 
“Cuando estamos en esta hermosa plaza 25 de Mayo sentimos que estamos con nuestros hijos, como si ellos en vida estuvieran acá. Así lo sentimos las madres, y seguiremos siendo su voz, mirando con sus ojos, latiendo con sus corazones. Sus heroicas vidas siempre iluminaron el camino revolucionario que ellos emprendieron y humildemente continuamos nosotras”, dijo "Coca".
 
“El 2007 pasó tan rápido, es que ya estamos viejas, todas tenemos alrededor de 80, y quisiéramos detener el tiempo pero como hacemos para detenerlo, es que nos queda poco! Poco tiempo para luchar, para desterrar la desigualdad, la falta de oportunidades y la mala distribución de la riqueza, por lo que lucharon nuestros queridos hijos. Vamos a seguir, de a poco vamos a pasar la posta.
 
Las ‘viejas locas’ aún estamos en pie intentando traer el pasado al presente, sino no se puede construir el futuro”, señaló.

“Las madres aún seguimos preguntando ¿quién ordenó el secuestro de nuestros hijos?, ¿quién ordenó su tortura?, ¿quién ordenó los crímenes aberrantes?, ¿quién organizó el genocidio? Hasta ahora nadie se hizo cargo ni asumió la responsabilidad del horror, del crimen, ningún militar, marino o aeronáutico, policía, civil, empresario. Porque hubo cómplices. Las madres reclamamos cárcel a los jueces genocidas que alrededor de 400 están en actividad, y esos jueces son los que juraron por los estatutos de la Dictadura. Fueron juramentos totalmente anticons-titucionales que permitieron que la Justicia funcione absolutamente subordinada al poder militar”, expresó la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo de Junín.
 
“Por eso pedimos cárcel para todos los genocidas, pero cárceles comunes, sin privilegios. Es lamentable pero existen grupos de contención en las fuerzas armadas, para asesorar a los militares acusados de delitos de lesa humanidad. Es lamentable que en vez de asesorar a los genocidas para que hablen, para que digan qué pasó con nuestros hijos, que digan donde están los bebés apropiados, hacen lo contrario y los asesoran para que zafen. Con esto hay que terminar, todas esas reacciones de amenazas son porque se dan cuenta que van a ser juzgados, que la Justicia tardó, tardó, pero está llegando. Les estamos ofreciendo a los genocidas y a sus cómplices esos juicios que nuestros hijos no tuvieron porque no se los brindaron”, dijo "Coca" Prieto.





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