El coronel tiene a quien escribir


La carta que Juan Domingo Perón escribió a Eva durante el confinamiento del que fuera tres veces presidente de la Nación en la isla Martín García en 1945. El afianzamiento de una relación que comenzó dos años atrás.


Eva Duarte y el coronel Juan Domingo Perón se conocieron personalmente en el año 1943. En octubre de 1945 vivían en sendos departamentos del mismo piso ubicado en Posadas 1567 entre avenida Callao y Ayacucho, en el corazón de un aristocrático barrio de la Capital Federal.

Ella lo comprendió, lo acompañó, puso ternura en él, compartió el impulso de justicia, la que su misma vida reclamaba. De tal manera que terminaron viviendo juntos desde mediados del año anterior, disimulando las conveniencias con alquilar dos departamentos enfrentados. En el de Eva dormía el coronel y el otro -el que alquilaba a su nombre- Perón recibía las visitas.

Por una tradición fomentada en los tribunales de honor del Ejército, se consideraba indecoroso que un oficial viviera públicamente con su amante. En este caso la apariencia de alquilar no engañaba. Pero más allá de eso tal vez lo determinante de las molestias era la no pasividad o indiferencia de Eva Duarte respecto al tratamiento de las cuestiones que entraban dentro de la esfera de decisiones del coronel. Varios son los testimonios que acreditan la presencia y la participación de Eva en algunas de las reuniones que se realizaban en el domicilio particular de Perón en esa época. No pocos camaradas de armas resistían esa relación cada vez más pública. Tampoco la embajada de Estados Unidos era ajena a ello. 

El nombramiento de Nicolini fue, en ese marco el detonante de la reacción contra Perón. Algunos estaban contrariados con lo que denunciaban como el "clan Duarte" cuya cabeza visible era atribuída a Eva y la ideóloga, su madre, Juana Ibarguren.

Aquella relación afectiva que por entonces se encontraba afianzada, había pasado a ser por ello una cuestión de estado.

Mientras en Buenos Aires Vernengo Lima prestaba juramento y la dupla Avalos-Sabatini tranquilizados por el confinamiento de Perón, coincidía en encargar al Procurador de la Corte, Dr. Juan Alvarez la integración del resto del gabinete.

En la isla Martín García, a cargo del teniente coronel de infantería de marina Oscar Ladvocats se produjo un hecho por demás de significativo.

El coronel escribe varios mensajes manuscritos a Eva. El mismo día de su llegada hizo despachar unas líneas por correo certificado, a la vez que reitera su recomendación al teniente coronel Mercante: "Le encargo mucho a Evita porque la pobrecita tiene sus nervios rotos y me preocupa su salud. En cuanto me den el retiro me caso y me voy al diablo".

Sin duda la misiva más sustanciosa de las que se conocen hasta el momento es aquella que se entregara en mano a su médico personal el capitán Miguel Angel Mazza con motivo de la visita que este funcionario de Trabajo y Previsión realizara en el lugar de confinamiento en el Transporte Cormoran:


"Martín García, 14 de octubre de 1945

Sra. Evita Duarte. Bs. As. Mi tesoro adorado:

Solo cuando nos alejamos de las personas queridas podemos medir el cariño. Desde el día que te dejé allí con el dolor más grande que puedas imaginar no he podido tranquilizar mi triste corazón. Hoy se cuánto te quiero y que no puedo vivir sin vos. Esta inmensa soledad está llena de tu recuerdo.

Hoy he escrito a Farrell pidiéndole que me acelere el retiro. En cuanto salga nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos".

La decisión parecía firme, pues agrega:

"Te encargo le digas a Mercante que hable con Farrell para ver si me dejan tranquilo y nos vamos al Chubut los dos. 

Pensaba también que conviene iniciar algunos trámites legales. Le consultarás al doctor Gache Pirán, juez federal, muy amigo mío, sobre la fórmula cómo puede hacerse todo- Decile a Mercante que sin pérdida de tiempo se entreviste con Gache Pirán y hagan las cosas con él . Creo que se podrá proceder por el juzgado federal del mismo Gache Pirán"(**)

Es que el detenido, no acusado, era todavía un militar en actividad y merecía como tal un trato preferencial. Además el sentido común le indica la inquietud y la indefensión a la que se ve expuesta la persona que pasó a ser la más importante de su vida.

"El amigo Brosen (***) puede serte útil en estos momentos porque ellos son hombres de muchos recursos. Debes estar tranquila y cuidar tu salud mientras yo esté lejos para cuando vuelva. Yo estaría tranquilo si supiese que vos no estás en ningún peligro y te encuentras bien (...)

"Estate muy tranquila (...) Si sale el retiro nos casamos al día siguiente y si no sale, yo arreglaré las cosas de otro modo, pero liquidaremos esta situación de desamparo que tu tienes ahora.

Viejita de mi alma tengo tus retratitos en mi pieza y los miro todo el día con lágrimas en los ojos. Que no te vaya a pasar nada porque entonces terminaría mi vida.

Cuidate mucho y no te preocupes por mí, pero quereme mucho que hoy te necesito más que nunca".

La dulzura y el sabio consejo del hombre maduro no están ausentes:

"Tesoro mío. Tené calma y aprendé a esperar. Esto terminará y la vida será nuestra. Con lo que yo he hecho estoy justificado ante la historia y sé que el tiempo me dará la razón. Mis últimas palabras de esta carta quiero que sean para recomendarte calma y tranquilidad. Muchos pero muchos besos y recuerdos para mi chinita querida".

                                                           Perón.

Al margen del desánimo circunstancial respecto a la acción política, queda manifiesto con claridad el deseo del coronel preso de regularizar cuanto antes la relación afectiva que mantenía con Eva.

La distancia lo desesperaba, su mayor aspiración en aquellos momentos era lograr que lo trasladarán a Buenos Aires para estar cerca de ella.

La historia seguirá tejiendo su urdimbre sin pausa. 

REFERENCIAS

(**):El Dr. Belisario Gache Pirán nació en Buenos Aires el 5 de enero de 1908. Juez federal. Como amigo de Perón prestó su asesoramiento para salvaguardar la vida del coronel confinado. Fue ministro de Justicia e Instrucción Pública  entre los años 1946-1952, desde 1949 se llamó Justicia. Falleció en Buenos Aires el 24 de mayo de 1960

(***)Ingeniero René T. Brossens. Entre otras funciones empresariales fue delegado de SOFINA y vicepresidente y director general de la CHADE, compañía de electricidad y su sucesora CADE, desde 1946 a 1956. Perón salvó a esta empresa de una expropiación injusta.

( Fuente: Evita Casamiento en Junín, de Vargas y Dimarco, edición 1995)

 

















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