1968: El mundo encantado de "El trencito de José"

Decía el diario La Verdad en su edición del 2 de noviembre de 1968: Se trata de una estela asombrosa de luz, de color y de vida de los niños de Junín, en un mundo que no debe olvidar que la felicidad y el optimismo son propiedad exclusiva de ellos. Los pequeños enloquecen de alegría ante la fiesta que significa treparse al trencito.




A principios de este año la ciudad se inundó con una carga ruidosa de niños. Había nacido "el trencito de José", proyecto encabezado por su propietario, José Garrone, quien llegó desde General Villegas con su sorprendente vehículo motorizado. Cabe apuntar como dato anecdótico que "el trencito" fue el primer premio en la Exposición Rural de Palermo, en 1964.

Sin entrar en detalles mecánicos y técnicos, diremos que la locomotora está montada sobre un chasis de camión Chevrolet Perkins y sus cinco vagones con sus bancos, abiertos a todos los horizontes, prestan comodidad a numerosa bandada de niños que sugestionados de la alegre música que les acompaña, se excitan en sus naturales sentimientos y forman una caravana bulliciosa y optimista  que se filtra por los comercios, por los bancos, por las escuelas, por las casas de familia, obligando a todos los que perciben esas voces, risas y gritos, a detenerse un instante para escuchar y asimilar en sus corazones este feliz mundo con los niños.


"El trencito de José" no cobra "peaje" en la ciudad ¿y cómo se mantiene entonces? José Garrone lo aclara: "Los recursos para mantener esta minúscula empresa material, pero grande en el sentido espiritual, salen de la publicidad, las casas comerciales, los letreros con sus paneles, entre música y música las ofertas de diferentes artículos. Son aportes suficientes para la decorosa empresaria para poder vivir pero no en la abundancia".

Los fines de semana "El trencito..." se traslada al balneario municipal. Allí hay un sitio "encantado". La inmaculada casita de Blancanieves y de los siete enanitos en el marco de un espectacular marco de césped de 40 x 100 metros, con árboles, con sol, con sombra y con un lago artificial y peces de colores dentro de una decoración que hace maravillas en los corazones de los niños. Hay, además 60 caballitos que saltan, se hamacan y brincan, produciendo las delicias de "los jinetes" y provocando también el gozo de los padres.























































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